EU suma testimonios de terroristas salvadoreños en caso Posada Carriles
La jueza Kathleen Cardone, encargada del caso del anticastrista Luis Posada Carriles, aceptará como pruebas en el juicio entrevistas hechas por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) a dos salvadoreños presos en Cuba, informaron medios locales.
El diario La Prensa Gráfica aseguró este lunes que Cardone “aceptó que la Fiscalía Federal presentara como pruebas las entrevistas” hechas a Francisco Chávez Abarca y Otto Rodríguez Llerena, ambos condenados días atrás a 30 años de prisión por su vinculación con una ola de atentados ocurridos en centros turísticos de la isla en 1997.
Según el periódico, Chávez Abarca fue entrevistado por el FBI “entre diciembre de 2007 y en fecha tan tardía como marzo de 2008 en El Salvador” y agrega que el padre de éste, Francisco Chávez, aseguró que su hijo "se reunió con los oficiales" aunque "desconoció de qué habló con ellos".
El pasado 21 de diciembre Francisco Chávez Abarca fue declarado culpable por actos terroristas y condenado a 30 años de prisión . Durante el juicio celebrado en La Habana, Chávez Abarca admitió haber cumplido órdenes directas de Posada Carriles.
Casi una semana después, la Justicia cubana conmutó por 30 años de prisión la pena de muerte a la que fue condenado el otro salvadoreño, Otto René Rodríguez Llerena, también por "terrorismo con carácter continuado", en los sucesos de 1997 y que provocaron la muerte del ciudadano italiano Fabio Di Celmo.
El medio afirma que el abogado defensor de Posada Carriles, Arturo Hernández, intentó frenar la incorporación de estas pruebas, "pero no lo logró".
El juicio contra el anticastrista de 82 años, quien se enfrenta a 11 cargos por presunto fraude, obstrucción de procesos, perjurio y falsas declaraciones por presuntamente mentir a funcionarios de Estados Unidos durante los interrogatorios de petición de asilo político y de ciudadanía, comenzará este lunes en un tribunal de El Paso, Texas.
Posada Carriles también está acusado por el gobierno de Cuba de estallar un avión comercial, de ser el cerebro de una campaña de bombardeos en diversas atracciones turísticas de La Habana y de intentar asesinar a Fidel Castro.
El anticastrista fue arrestado y juzgado en Venezuela en 1985, donde había trabajado para los servicios de inteligencia del país. Mientras las autoridades planeaban el juicio por la voladura del avión, escapó de la cárcel.
