WikiLeaks y el impulso que le dio a la revolución en Túnez
Nota del editor: Maha Azzam es un experto en el Medio Oriente y Norte de África, y es un investigador asociado del comité de expertos Chatham House, con sede en Londres.
LONDRES (CNN)— La corrupción ha sido una de las principales características del régimen de Zine El Abidine Ben Ali en Túnez . Iba de la mano con el control autoritario del Estado. Grupos opositores y la gente en general a menudo hablaban de la corrupción endémica entre la élite gobernante de Túnez .
Sin embargo, las revelaciones hechas por WikiLeaks de que en junio del 2008 la embajada de Estados Unidos en Túnez dijo que "ya sea en efectivo, servicios, tierras, propiedades, o también incluso tu yate, se rumora que la familia del presidente Ben Ali desea y se dice obtiene lo que desea", dio un peso aún mayor y pruebas a una creencia generalizada de que Ben Ali y la familia de su esposa, Leila , los Trabelsis, eran una "cuasi mafia", comúnmente conocida como los tunecinos.
Esto se añadió a la larga lista de quejas contra del régimen que había estado en el poder durante 23 años y había permanecido ahí sin afrontar ninguna responsabilidad.
Con el aparato político y de seguridad bajo su control, el régimen pudo explotar el sistema económico y el sector financiero para enriquecerse.
El clan de Ben Ali metió las manos en todos los aspectos de la nueva economía, ya fueran derechos de importaciones o exportaciones, medios de comunicación, proveedores de internet, telecomunicaciones, bancos, centros comerciales o bienes raíces.
Según WikiLeaks, bienes raíces de primera clase fueron expropiados a sus dueños por el gobierno para el uso de la autoridad del agua, y después fueron otorgados a Mohamed Sakher El Materi, yerno de Ben Ali, para uso privado.
Los cables informaron: "Con el desarrollo en bienes raíces en auge y los precios de la tierra a la alza, ser dueño de una propiedad o tierra en la locación correcta bien puede ser un golpe de suerte o un boleto de ida para una expropiación".
Las privatizaciones ofrecieron un canal valor. Miembros de la familia compraban a precios simbólicos y después vendían a empresarios con gigantescas ganancias. Ellos adquirieron comisiones en inversiones extranjeras y continuamente fueron los intermediarios en la adjudicación de contratos públicos. El cable filtrado de la embajada de EU cita que "la supervisión laxa hace del sector bancario un excelente blanco de oportunidad, con múltiples historias de esquemas 'primero la familia'".
Cualquier persona que hiciera un negocio en Túnez, ya fuera local o extranjero, estaba al tanto del poder de los Ben Ali, los Trablesis y de los cotos de poder que los rodeaban. Sin embargo, las revelaciones de WikiLeaks se añadieron al "asco", que muchos tunecinos ya sentían por el abismo de riqueza prevaleciente en la sociedad tunecina, un país donde el desempleo llega al 30%.
Las protestas generales estallaron debido a las presiones económicas y a la corrupción, pero también estaban en contra del sistema político que abusaba de los derechos humanos y no mostraba respeto por las leyes.
Una nueva generación de tunecinos, conectados a internet y utilizando Twitter, fue galvanizado para actuar en contra de la fuerza policiaca represiva y los servicios de seguridad. La tecnología actual les dio los canales que, a pesar de las restricciones del gobierno, probaron ser invaluables en la difusión de información y apoyo para las protestas, mientras WikiLeaks simplemente expuso un ya desacreditado y vilipendiado régimen.
Otros en la región comparten el mismo descontento largamente gestado . La pregunta que ahora está en la mente de muchos es si el egipcio de 50 años que gritó consignas contra el gobierno frente al parlamento de su país antes de inmolarse el lunes, y los cuatro argelinos que lo hicieron en los últimos días, haciendo eco a la acción de Muhammad Al Bouazizi , el joven tunecino que se inmoló en diciembre y murió el 4 de enero, ayudarán a poner en marcha una cadena de acontecimientos similares.
Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente de Maha Azzam.