Los sufis tienen la esperanza de una intervención divina en Sudán
Los islamistas radicales fruncen el ceño por sus maneras espontáneas poco convencionales, pero en Sudán el sufismo es profundo.
Mientras ellos reniegan de la política, los sufis están muy conscientes de que su país llegó ante una encrucijada histórica.
El sur de Sudán celebró la semana pasada un referéndum para determinar si el sur se separa del norte.
Pero algunos miembros de la rama mística del Islam tienen la esperanza de que una intervención divina pueda parar lo que parece ser una casi segura separación entre la mayoría musulmana del norte y los cristianos y animistas del sur .
"Pedimos a Dios que voten por la unidad", dijo Shaik Amin Brill, desde un cementerio en la ciudad de Omdurman, en donde seguidores de la orden Sufi Qadiriya se reúnen cada viernes por la noche durante décadas.
Los sufis, que llevaron el Islam a gran parte de Sudán y el África subsahariana, bailan, oran y predican utilizando el drama y el humor.
Pero lo más importante, ellos siguen una estricta prohibición del Corán en contra de la coacción y el forzamiento de la religión. Todo el mundo tiene la libertad de escoger su propio camino.
Omid Safi, un profesor de estudios religiosos de la Universidad de Carolina del Norte, describió el sufismo como la tradición mística más prominente del Islam.
"Sobre todo, aspira a tener un encuentro frente a frente con Dios", dijo.
"Arraigado en el Corán y las experiencias del profeta Mahoma, los sufis comúnmente hacen hincapié en el poder transformador del amor divino".
Éste es el poder que algunos seguidores esperan pueda ayudar a mantener unido a Sudán.
El ex funcionario de gobierno, Hussein Ali, dijo que los políticos de Sudán han destruido al país al pelear en lugar de tener un diálogo con la gente del sur.
"Se acabó. El sur se irá", dijo. "Para mí, como sudanés, me entristece ya que quiero un solo Sudán".
Pero Badr Khalafallah dijo que después de todo el sufrimiento es mejor vivir en un país pequeño en paz en lugar de en un país grande en guerra. Él trabaja en Darfur, en donde de acuerdo con las Naciones Unidas, por lo menos 300,000 personas han muerto y más de tres millones más han sido desplazadas como resultado del conflicto.
"Para mí, debido a que trabajo en Darfur como administrador civil, sé lo que es la guerra", dijo.
"Conozco la gente desplazada, conozco el conflicto allí. Para esto, no tenemos el derecho de tener ninguna guerra en Sudán".