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Hosni Mubarak, el hombre que gobernó Egipto durante 30 años

El exlíder fue depuesto en 2011 tras una revolución de tres semanas y fue condenado a cadena perpetua por la represión de manifestantes
jue 22 agosto 2013 08:19 AM
Hosni Mubarak bandera Egipto
AFP_Hosni_Mubarak_bandera_Egipto

Un gobierno de 30 años deshecho por una revolución de 18 días tuvo su epílogo cuando ordenaron al expresidente egipcio Hosni Mubarak pasar el resto de sus días tras las rejas. El Ejército de Egipto lo liberó este 22 de agosto para dejarlo en arresto domiciliario.

Después de un juicio de 10 meses, al cual asistió en una camilla, encerrado en una jaula, un juez ordenó su traslado a una cárcel de máxima seguridad en El Cairo, según la televisión estatal. Las protestas estallaron dentro y fuera de la corte, mientras aliados y enemigos del exlíder expresaron su reacción por los veredictos históricos. Algunos se lanzaron contra el juez por declararlo culpable, mientras que otros pedían su ejecución.

Aunque Mubarak fue sentenciado a cadena perpetua por su papel en el asesinato de manifestantes a favor de la reforma —delito por el cual pudo haber enfrentado la pena de muerte— fue absuelto por corrupción y sus hijos deslindados de los cargos que enfrentaban.

El juez Ahmed Refaat no tuvo dudas sobre la importancia del momento, al referirse a las tres décadas de gobierno de Mubarak como días “oscuros". "Nos comprometimos a tener un juicio justo basado en la ley local y queríamos que este juicio histórico fuera justo y equitativo, con el fin de conferirle los derechos a sus verdaderos poseedores, sin importar cuál fuera la sentencia”, dijo.

Cuando iniciaron las protestas prodemocráticas, en enero del año pasado, pocos soñaban con un castigo similar al hombre que los gobernó por tanto tiempo, en el dominó el panorama político de Egipto mediante la intimidación de opositores y la infiltración a movimientos políticos. 

La llegada al poder

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Mubarak llegó al poder en 1981, después de que el entonces presidente Anwar Sadat muriera en un tiroteo durante un desfile militar; fue asesinado por militantes islámicos infiltrados en el Ejército tras llegar a un acuerdo de paz con Israel.

Fue entrenado como piloto por los soviéticos y fungió como jefe de gabinete de la Fuerza Aérea egipcia durante la guerra de 1973 en el Medio Oriente. El éxito inicial de los pilotos de Egipto en contra de Israel lo transformó en un héroe nacional y Sadat lo nombró vicepresidente en 1975.

Tras asumir la presidencia, después de la muerte de su antecesor, uno de los primeros actos de Mubarak fue declarar un Estado de emergencia que prohibió asambleas no autorizadas, restringió la libertad de expresión y permitió a la policía encarcelar a las personas de manera indefinida. Dicha legislación expiró en mayo de 2012.

Mientras estuvo al mando, Mubarak utilizó estos poderes extensivamente. El Ejército egipcio reprimió protestas de policías inconformes en 1986 y unas 30,000 personas fueron encarceladas cuando yihadistas llevaron a cabo ataques contra turistas.

Ganó cuatro elecciones para la presidencia, consideradas una mera formalidad. Sus quintos comicios, en 2005, fueron la primera votación multipartidista en Egipto, pero también fue calificada como una farsa.

La economía del país se estancó durante los primeros 20 años de su gobierno. El desarrollo apenas reinició en la década pasada, impulsado por la reducción del control estatal y por los ingresos por turismo. Los analistas aseguran que las ganancias fueron distribuidas de manera desigual. Actualmente, al menos 40% de los egipcios vive en la pobreza.

"Útil en asuntos polémicos"

Bajo el mandato de Mubarak, Egipto fue un jugador principal en las pláticas de paz entre Israel y los palestinos, y contribuyó con soldados a la coalición liderada por Estados Unidos para sacar a Iraq de Kuwait en 1991.

Cada año, el país recibe cerca de 1,300 millones de dólares en ayuda militar por parte de Washington, solo por debajo de Israel, y ha recibido casi 30,000 millones en ayuda económica desde 1975, según cifras del Departamento de Estado de EU. 

Poco antes del derrocamiento, el presidente Barack Obama dijo que Mubarak había sido “muy útil en varios asuntos difíciles”. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo el verano pasado a la agencia árabe de noticias, Al Arabiya, que respetaba al exlíder egipcio.

En 2005, cuando los egipcios llevaron a cabo grandes protestas en demanda de una reforma fundamental, Mubarak intimidó a los líderes de la Hermandad Musulmana, oficialmente prohibida; acosó a manifestantes de la clase media y se las arregló para derribar a los dirigentes.

Derrocado en 18 días

En febrero de 2011, fue obligado a retirarse después de un levantamiento de casi tres semanas, durante el cual los manifestantes exigieron reformas y un nuevo gobierno. El grupo de derechos humanos, Amnistía Internacional, estima que unas 840 personas murieron y más de 6,000 resultaron heridas durante la revolución.

Egipto está dirigido provisionalmente por un consejo militar, que prometió entregar el poder después de las elecciones, pero que todavía se aferra al poder después de la anulación del Parlamento y que los dos candidatos, un miembro de la Hermandad Musulmana y un exministro de Mubarak, se declararan ganadores. 

Ninguno ha sido favorecido por los revolucionarios que derrocaron a Mubarak y algunos temen que el ex primer ministro Ahmed Shafik represente al antiguo régimen con un nuevo disfraz.

Durante sus años al mando, Mubarak salvó al menos dos intentos de asesinato, incluido uno en 1995, cuando militantes islámicos abrieron fuego contra su caravana en una conferencia panafricana en Etiopía.

En 2003, el autócrata se desmayó mientras pronunciaba un discurso televisado ante el Parlamento egipcio. Regresó después y dijo que había sido un resfriado. Mubarak viajó en 2004 a Alemania para una cirugía de espalda y regresó después, en 2010, para que le quitaran la vesícula biliar.

A pesar de sus enfermedades, nunca escogió a un vicepresidente. Se creía que su hijo, Gamal, sería su sucesor. Él y su hermano Alaa vieron cómo su padre, que nunca expresó remordimiento en su juicio, fue condenado a prisión de por vida. Mubarak es el primer líder depuesto durante la Primavera Árabe en recibir una sentencia.

“Este veredicto nos dice que no todos los líderes son inmunes a los juicios y que en el mismo corazón del mundo árabe, en una corte civil, un líder fue llevado ante la justicia”, dijo David Scheffer, un exembajador  especial para  crímenes de guerra estadounidense. “Eso es extremadamente importante”.

Mohamed Fadel Fahmy, Saad Abedine, Ed Payne y Matt Smith contribuyeron con este reporte

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