Los ataques suicidas contra Rusia, parte de la estrategia chechena
La sospecha inicial fue confirmada. Los analistas en materia de seguridad habían anticipado que el ataque suicida en el aeropuerto de Moscú en enero pasado tenía todo el sello del líder de la insurgencia de Chechenia. Los pronósticos fueron acertados.
Doku Umarov, quien admitió el domingo que él ordenó el ataque al aeropuerto ruso de Domodedovo que mató a 36 personas , es la cabeza del llamado Emirato del Cáucaso, un grupo de la yihad islámica en Chechenia.
Umarov, de quien se cree tiene 46 años, es un combatiente veterano que ha sobrevivido más de tres años como autoproclamado emir, un logro en sí mismo dada la campaña emprendida por las fuerzas especiales rusas para acabar con él.
Sus apariciones en video, normalmente utilizadas para adjudicarse algún ataque terrorista, revelan a un hombre fornido con facciones escarpadas y una barba densa.
Umarov nació en el sur de Chechenia en 1964, de acuerdo con sitios web chechenos, y describe a su familia como parte de la "intelligentsia". Llegó a la mayoría de edad cuando la campaña separatista contra el gobierno ruso comenzó a echar raíces y se unió a la insurgencia cuando Boris Yeltsin envió tropas a la región en 1994.
Un acuerdo de paz alcanzado con el gobierno ruso interrumpió brevemente la rebelión chechena. Los líderes separatistas, incluyendo a Umarov, ocuparon puestos en el gobierno. Pero fue una tregua frágil y, tras una serie de ataques terroristas con bomba en Rusia en 1999, Moscú envió tropas de vuelta a Chechenia. Umarov y otros tomaron las armas nuevamente.
La brutal campaña militar de Rusia, lanzada en el 2000 poco después de que Vladimir Putin llegara a la presidencia, fue criticado ampliamente por grupos de derechos humanos. En el 2003, Human Rights Watch acusó a las fuerzas rusas de "cometer cientos de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y actos de tortura y maltratos generalizados", en Chechenia.
David Satter, investigador senior del Instituto Hudson, dijo que a los rusos "les preocupa poco las víctimas civiles y utilizan todo tipo de armas que no habían utilizado antes en la segunda guerra".
Eso cambió la naturaleza y los objetivos de la revuelta chechena . La rebelión de Chechenia -Estado habitado en 95% por musulmanes- comenzó a transformarse en una yihad para liberar las tierras musulmanas del Cáucaso. Satter dijo que Moscú "efectivamente ha creado las condiciones para el terrorismo islámico mientras elimina sistemáticamente a aquellos con los que podría tener un diálogo".
En el 2005, Umarov concedió una rara entrevista a Andrei Babitskii, un periodista de Radio Free Europe. Babitksii escribió después sobre su encuentro: "El campamento donde el pequeño grupo de Umarov, de sólo seis hombres, se localiza, no era más que unas cuantas tiendas esparcidas en el bosque y un par de mantas de plástico colgadas de las ramas de los árboles".
Umarov tenía cicatrices en sus labios y el mentón y cojeaba (aparentemente después de pisar una mina terrestre). Le dijo a Babistskii: "Todo lo que ellos (los rusos) están haciendo en Chechenia tiene el objetivo de quebrar el espíritu humano, hacer que la gente pierda su humanidad. Y están teniendo un éxito considerable con las horribles cosas que le están haciendo a la gente".
Pero su mensaje era inflexible. "Mientras nosotros no nos hayamos liberado completamente de las botas de los soldados rusos, no veo ninguna otra salida", le dijo a Babitskii.
Y a pesar de las dificultades de una vida en fuga y la falta de financiamiento, Umarov no tiene poca ambición. En noviembre del 2007, se autoproclamó el emir del Cáucaso. En un anuncio publicado en un sitio web yihadista de Chechenia, declaró, "era mi destino dirigir la yihad… voy a dirigir y a organizar la yihad de acuerdo a mi comprensión, que me fue dada por Alá".
Anteriormente Umarov se había opuesto expresamente al terrorismo. Ahora comienza a abrazarlo. Él revivió la brigada Riyad-Us-Saliheen de misiones suicidas de alto perfil. Había participado anteriormente en el sitio de la escuela en Beslán y la toma del teatro de Moscú, los cuales terminaron con la pérdida de muchas vidas humanas.
Umarov se dedicó a llevar el terrorismo al corazón de Rusia. Los ataques reivindicados por el Emirato del Cáucaso incluyeron el uso de bombas en el tren expreso en noviembre del 2009, en el cual murieron 27 personas. Umarov advirtió que "la sangre no será derramada únicamente en nuestras ciudades y pueblos", también lo harán en las calles de Rusia. Una posterior misión suicida de dos mujeres en las estaciones del metro de Moscú mató a más de 30 personas.
Andrew Kuchins, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad de Georgetown, dijo que los objetivos del Emirato del Cáucaso han mostrado la debilidad rusa. "Estas son infraestructuras de transporte claves que podrías pensar estarían bajo la máxima protección posible", dijo.
Los vínculos de Umarov con otros grupos del yihad, y particularmente con Al Qaeda, han estado sujetos a mucha especulación pero con poca certeza. Los chechenos han luchado con Al Qaeda en Afganistán, y junto a otros musulmanes de Asia central. Se ha dicho que unieron fuerzas con los talibanes del norte de Afganistán. Las autoridades rusas dijeron que operativos de Al Qaeda están involucrados en el norte del Cáucaso.
Más allá de los ataques espectaculares que han llevado el terror al pueblo ruso, la mayor parte de los analistas dice que los insurgentes no son capaces de desafiar la autoridad del Estado ruso. "Ellos están mal organizados, la fuente de las quejas de muchos grupos también son diferentes, ellos están basados más localmente", dijo Kuchin.
Pero no ve el final de la inestabilidad en el norte del Cáucaso. "Es como una clásica zona fronteriza, como las FATA (zonas tribales) en Pakistán", dijo. "Es muy difícil para gobernar, y se está volviendo cada vez más inestable, y la zona de inestabilidad está creciendo".
Umarov, frecuentemente reportado como herido o muerto en combate, no cree ser invencible. En el 2005, antes de convertirse en líder de la insurgencia, dijo que "por cada comandante que ha muerto, alguien ha aparecido inmediatamente … alguien joven y lleno de energía y que ha hecho olvidar la pérdida". Incluso entonces, fueron palabras proféticas.