Nelson Mandela: Patriarca, leyenda, pero sobre todo, hombre de familia
Nelson Mandela es muchas cosas: ex presidente, un ícono antiapartheid, premio Nobel de la Paz, pero de acuerdo con su hija, a él le gustaría ser recordado, ante todo, como un hombre de familia.
"A mi padre, creo, le encantaría ser recordado como un hombre de familia, como un persona que si logró cambiar la mente de una persona hizo su trabajo", dice Zenani Mandela Dlamini, hija del ex presidente sudafricano. "Mi padre no se detiene a pensar en quién es, solo es un ser humano normal".
Mandela tiene 93 años y en enero fue hospitalizado en Johannesburgo, debido a una infección respiratoria. Ahora se recupera en su casa . Los doctores aseguran que están contentos con su progreso, una opinión que comparte Zenani.
"Lo está haciendo muy bien. Está mejorando lentamente", comenta. "Es un hombre de 92 años así que la situación se tiene que tomar con seriedad, pero tiene muy buen ánimo, adora estar con sus nietos y bisnietos, y mantiene un gran sentido del humor".
Mandela estuvo 27 años en prisión tras ser declarado culpable de sabotaje e intento de derrocar al gobierno bajo el antiguo régimen del apartheid. Fue liberado en 1990 y en 1994 elegido presidente por cuatro años. El viernes fue el aniversario 21 de su liberación.
Desafío las reglas de la minoría blanca y lideró la lucha contra la segregación racial, lo que llamó la atención del mundo hacia el sistema de apartheid que prevalecía en Sudáfrica. Se convirtió en él símbolo de la lucha para terminar con esa práctica y establecer la igualdad racial en su país.
Recientemente publicó sus memorias llamadas Conversaciones conmigo.
"Mi abuelo es el ícono de íconos. Se mantiene de pie por la humildad y por la paz", dice Zaziwe Dlamini Manasay, una de las nietas de Mandela. "Estoy muy contenta de que esté con nosotros después de 20 años y de que sea capaz de compartir estos días con él".
Zamaswazi Dlamini, otra de sus nietas, dijo que estaría encantada de poder transmitir el sentido de compasión y humildad de Mandela a sus propios hijos.
"Dice mucho de él haber soportado 27 años en prisión y haber salido como una persona humilde e indulgente después de todo lo que pasó”, dijo. “Estoy agradecida por haber visto lo que pasó en este país, la transición, cómo hemos crecido…el solo hecho de saber que mi abuelo fue parte de ello y que jugó un rol tan importante me hace sentir muy orgullosa".
En 1993 Mandela y el entonces presidente de Sudáfrica, F.W. de Klerk, fueron laureados con el Premio Nobel por su trabajo.