Los tunecinos abren las puertas de sus hogares a refugiados de Libia
Tan pronto empezaron a llegar las olas de refugiados a la frontera de Túnez huyendo de los disturbios en Libia , Ali Ben Issi se unió al cuerpo de voluntarios para ayudarlos.
Ben Issi, un estudiante tunecino de 20 años, trabaja todos los días en el nuevo campamento temporal que instaló la agencia de refugiados de la ONU, ayudando con los pasaportes y documentos de los refugiados.
"Quiero ayudar porque los italianos están ayudando a los refugiados tunecinos y yo quiero hacer lo mismo por otras personas", comentó. "Tengo dos primas y varios amigos que también son voluntarios. Y también hay muchísimos voluntarios que ofrecen comida, ropa y hasta dinero".
Cuando tenga que regresar para continuar con sus estudios, Ali ha prometido que seguirá como voluntario los fines de semana en la Organización Internacional de Migración por el tiempo que sea necesario.
Ben Issi es uno en un verdadero ejército de tunecinos que se han convertido en el pilar de los esfuerzos para ayudar a cerca de 150,000 personas que cruzaron la frontera de Libia y Túnez durante la semana pasada.
Organizaciones de asistencia afirman que los tunecinos que viven en la zona han estado repartiendo comida, bebidas y ropa a los refugiados, incluso los han invitado a sus hogares en una muestra espontánea de solidaridad.
Teher Cheniti, secretario de la Media Luna Roja, comentó que "todas las familias que viven cerca de la frontera han ofrecido su ayuda. Muchas familias de refugiados están viviendo con tunecinos. Las familias tunecinas están cocinando y ofreciendo alimentos calientes de manera espontánea a los refugiados. En cada esquina hay gente ofreciendo alimentos".
La agencia de refugiados de la ONU, el gobierno tunecino y organizaciones no gubernamentales han ayudado a evacuar la mayor cantidad de refugiados que les es posible a sus países de origen, sin embargo, no pueden seguir el ritmo de las 15,000 personas en promedio que llegan diariamente a la frontera.
La mayoría de estas personas que cruzan la frontera son trabajadores migrantes egipcios, pero la Media Luna Roja tunecina afirma que ha atendido a personas de más de 30 nacionalidades, incluyendo de Bangladesh, Vietnam y del África sub Sahariana.
El campamento temporal de la ONU cuenta con la capacidad de albergar a 12,000 personas, pero muchos otros se quedan con familias locales o en edificios públicos.
Tarek Ben Ali, quien trabaja en la frontera de Ras Jdir para la Organización Internacional para la Migración, comentó: "tengo a 12 voluntarios bajo mi supervisión en la frontera que le muestran a la gente dónde encontrar agua, les ayudan a hacer llamadas telefónicas y a regresar eventualmente a sus países de origen. Gente de todos los niveles de la sociedad y de diferentes orígenes están ayudando. Tienen una gran motivación para ayudar. La solidaridad con la gente en tiempos difíciles es parte de nuestra cultura. Vemos que mucha gente trae leche, agua potable y comida que han cocinado en sus casas. Si alguien no cuenta con comida o una tienda de campaña en el campamento, la gente se asegura de que se les atienda. Los tunecinos también proveen autobuses para transportar a la gente al aeropuerto".
A pesar de estos grandes esfuerzos en campo, las agencias de asistencia afirman que la ciudad más cercana, Ben Gardane, así como sus alrededores están a su capacidad máxima y que se requiere de más ayuda internacional para evacuar a los trabajadores.
Firas Kayal, vocero de la agencia de refugiados de la ONU en la frontera de Libia y Túnez, comentó que "la situación aquí es tensa todavía. Hay gran congestión en este lado de la frontera y estamos escuchando que varios miles están esperando del lado libio para cruzar. La comunidad local ha sido muy generosa proporcionando comida, medicinas y alojamiento, pero la capacidad de la comunidad local está llegando a su límite ya que los números son enormes. La comunidad local los ha apoyado desde el principio, brindándoles refugio en escuelas, edificios públicos y en hogares de las propias familias. Sin embargo, solicitamos ayuda a la comunidad internacional para aliviar la presión en esta pequeña ciudad fronteriza para permitirle a más gente cruzar la frontera".