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Barack Obama: factores que pueden influir en su reelección

Nada garantiza la permanencia de Obama en la Casa Blanca, aunque para derrotarlo sería necesario un candidato especial: Zelizer
mié 09 marzo 2011 11:19 AM
EU - figura mediática
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Los republicanos esperan las próximas elecciones presidenciales del 2012, algunos con regocijo y otros con miedo.

Muchos personajes dentro del Partido Republicano, desde e l ex vocero de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich , el gobernador de Indiana, Mitch Daniels, hasta Donald Trump , han comparecido ante los medios para discutir la posibilidad de ser contendientes.

El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, en una muestra de su confianza en cuanto a sus posibilidades, afirmó a los medios que mucha gente le ha estado llamando para decirle "déjame explicarte cómo podrías ganar". Y él les responde: "Le estás ladrando al árbol equivocado. Yo ya sé que podría ganar. Ese no es el problema".

Pero los republicanos han manifestado grandes dudas sobre lanzarse en campaña. Christie dice que aún no planea lanzarse. Gingrich no se define. El ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, ha pospuesto su decisión y el senador de Dakota del Sur, John Thune, ya se descartó.

La mayoría de ellos, incluso los optimistas, saben que será un camino duro el que les espera. A pesar de todos los retos a los que se enfrenta el presidente Barack Obama, no será fácil de vencer.

La realidad es que ha sido extremadamente difícil en la historia reciente derrotar a los contendientes presidenciales que deciden postularse para un segundo período. Desde que Herbert Hoover perdió contra Franklin Roosevelt en 1932, sólo tres contendientes han sido derrotados en su intento de reelección –Gerald Ford en 1976, Jimmy Carter en 1980 y George H.W. Bush en 1992-. Harry Truman y Lyndon Johnson anunciaron que no se postularían a la mitad de las elecciones primarias.

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Las posibilidades no son muy alentadoras para los republicanos ya que es poco probable que Obama no esté en la cima de las preferencias demócratas.

Son varios los factores que impedirían la reelección de un presidente. El primero, sería una gran contienda en las elecciones primarias que debilite el apoyo del presidente dentro de su propio partido. En el caso de Ford, Ronald Reagan se montó inesperadamente en una dura campaña de ataque al presidente por haberse mantenido demasiado cerca del centro del espectro político.

En 1980, el senador Edward Kennedy hizo lo mismo con Jimmy Carter, arremetiendo contra el presidente por haber acogido ideas republicanas como la reducción del déficit, así como el haber vendido la base liberal del partido. El presidente George H.W. Bush luchó contra Patrick Buchanan, quien contendió en las primarias del ala derecha. Antes de que Truman y LBJ se retiraran, ambos tuvieron duras contiendas en las primarias.

Para el 2012, es difícil que Obama se enfrente a una fuerte contienda en las primarias. Los demócratas más prominentes se han abstenido de siquiera evaluar esta posibilidad, a pesar del descontento en la izquierda. Si hay una contienda, es probable que venga de alguien como Dennis Kucinich, representante de Ohio, quien no cuenta con la estatura política para causarle problemas al presidente.

El segundo factor sería una economía mala. En este sentido, Obama sí tiene de qué preocuparse.

Tanto Gerald Ford como Jimmy Carter gobernaron en una época de estanflación. El país sufría de desempleo e inflación al mismo tiempo (lo cual los economistas decían que era imposible). En el caso de Carter, el país también estaba sacudido por un segundo embargo de petróleo por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1979.

Cuando George H.W. Bush se lanzó en campaña en 1992, una recesión tenía preocupados a los estadounidenses respecto a sus finanzas y seguridad de empleo. En los tres casos, sus oponentes pudieron posicionarse como candidatos que revivirían a la economía.

En esta ocasión, la economía seguirá mal de cualquier manera. Dicho esto, con una mejoría en las estadísticas de desempleo y un creciente mercado de valores, existe evidencia de que la economía se mueve en la dirección correcta.

Si esto continua, aunque las condiciones estén lejos de ser perfectas, muchos estadounidenses se quedarán con la impresión de que la economía está mejorando. Y Obama sin duda recibirá parte del crédito por sus políticas. Lo anterior pondrá las cosas más difíciles para los republicanos, especialmente debido a que la crisis comenzó con George W. Bush.

El tercer factor sería una política exterior que afecte la percepción del liderazgo presidencial.

Los oponentes de Gerald Ford criticaron a la administración de mantenerse estática, como consecuencia de la política détente, ante el expansionismo soviético en lugares como África. La crisis de rehenes en Irán de 1980, hizo pensar que Jimmy Carter había perdido el control de las cosas en el extranjero.

George H.W. Bush, quien disfrutó una dramática victoria sobre Saddam Hussein en la operación Tormenta del Desierto en 1991, fue severamente atacado por no haber terminado con el asunto. Hussein recuperó rápidamente su poder y lanzó ataques contra los opositores que lo humillaron.

¿ La actual agitación en el Medio Oriente podría representar un reto similar para el liderazgo de Obama?

Quizá. Pero la política en esta región es tan desorganizada y hay tanta división entre ambos partidos sobre qué se debe hacer, que para cualquier republicano sería difícil armar un caso contra la política de la Casa Blanca.

Finalmente, derrotar a un presidente en turno requiere de un candidato excepcional. Jimmy Carter, aunque sea más recordado por sus errores, supo llevar a cabo una campaña muy hábil en 1976, la cual recogió perfectamente las frustraciones de los estadounidenses con el gobierno en el período post Watergate.

Ronald Reagan tenía una gran experiencia política por haber sido gobernador de California y su destreza con los medios por su experiencia como actor, lo convirtieron en una poderosa fuerza en radio y televisión. Más importante aún, Reagan estaba profundamente integrado al movimiento conservador, el cual lo apoyó durante la campaña.

Aunque al principio no era muy conocido, Bill Clinton desmostró su habilidad política como gobernador de Arkansas, recuperándose de una dolorosa derrota y reinventando su imagen. También había sido un personaje importante en el Consejo de Liderazgo Demócrata, el cual diseñó y promovió una serie de ideas que buscaban impulsar a los demócratas hacia el centro y revitalizar a un partido desgastado. Clinton mostró una impresionante habilidad para manejar los altibajos de las campañas políticas, conectándose con sus audiencias y ofreciendo respuestas rápidas ante casi cualquier ataque.

Los republicanos no cuentan con un candidato con estas características para el 2012. La camada actual de republicanos incluye a funcionarios estatales que no han sido probados en las esferas nacionales, candidatos con más experiencia que carisma, así como veteranos como el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney y la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin , con grandes desventajas políticas. El siguiente Ronald Reagan aún no llega.

La historia debería hacer una pausa en los republicanos antes de elegir su mejor opción. Nada de esto significa que Obama tiene asegurada la reelección. Después de todo, las condiciones pueden cambiar y nuevas voces pueden emerger en los medios de comunicación actuales. Pero se necesitará de un candidato especial y un cambio en el ambiente político para que un republicano se lleve la victoria.

 

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente las de Julian E. Zelizer.

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