Familiares de Orlando Zapata reciben permiso para emigrar a Estados Unidos
El gobierno cubano concedió el permiso de salida a 13 familiares de Orlando Zapata para emigrar a Estados Unidos como refugiados, confirmó Reina Luisa Tamayo, la madre del disidente fallecido hace un año tras una larga huelga de hambre en prisión.
Reina Luisa Tamayo explicó que las autoridades cubanas les entregaron el pasado domingo las popularmente conocidas "tarjetas blancas" (permisos de salida de la isla), pero aún está pendiente de concretarse la fecha para la exhumación y cremación de los restos de Orlando Zapata, que la familia quiere llevar consigo.
La madre del preso fallecido ha declarado en varias ocasiones que no dejará el país hasta que no pueda llevarse las cenizas de su hijo.
Según dijo Tamayo en una conversación telefónica, se prevé que primero se fije la fecha del vuelo de los familiares a Estados Unidos para proceder a la exhumación y cremación.
"Vamos a seguir ese proceso paso a paso porque no tengo confianza (en las autoridades cubanas)", dijo Tamayo, de 62 años, en relación con el desentierro e incineración de los restos de su hijo.
A mediados del pasado febrero, los familiares de Orlando Zapata recibieron el visado de Estados Unidos para poder emigrar como refugiados políticos.
Unos meses antes, en octubre de 2010, el gobierno cubano a través de la Iglesia católica ofreció a los allegados de Zapata la posibilidad de abandonar Cuba.
Orlando Zapata Tamayo, un albañil de 42 años condenado en la ola represiva de marzo de 2003, murió en un hospital de La Habana el 23 de febrero del año pasado tras una huelga de hambre de 85 días en la cárcel con la que pedía ser tratado como prisionero de conciencia.
Amnistía Internacional le reconocía esa condición, mientras que para el régimen cubano era un delincuente común que "adoptó un perfil político cuando ya su biografía penal era extensa".
La muerte de Zapata Tamayo desató una fuerte oleada de críticas contra el régimen cubano, tanto internacionales (sobre todo de Estados Unidos y Europa) como de la disidencia, al considerar que era una muerte evitable.
Meses después, en julio de 2010, el régimen cubano abrió, con la mediación de la Iglesia católica, un proceso de excarcelaciones de presos políticos que aún sigue en curso.
El gobierno cubano considera a los prisioneros políticos y a los disidentes como "mercenarios" y "contrarrevolucionarios".