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Una mujer de Libia rompe el cerco de Gadhafi para contar que fue violada

Irrumpió en el hotel de los periodistas internacionales para contar que había sido violada y golpeada por al menos 15 seguidores de Gadhafi
dom 27 marzo 2011 08:46 AM
Libia - partidarios de Gadhafi
Libia - partidarios de Gadhafi Libia - partidarios de Gadhafi

El desayuno en el hotel internacional de Trípoli dio un giro sombrío el sábado.  Una mujer de Libia entró al hotel para contar a los periodistas y al mundo que había sido violada y golpeada por al menos 15 hombres seguidores de Moammar Gadhafi .

Su rostro estaba golpeado fuertemente; también sus piernas: apareció con sangre en la cara interna del muslo derecho.

La mujer de mediana edad dijo que su nombre es Eman al-Obeidy. Estaba bien vestida y hablaba inglés. Describió que era de Benghazi y que había sido detenida por los hombres de Gadhafi en un retén al este de Trípoli.

Lloró al contar que estuvo retenida contra su voluntad durante dos días y violada por 15 hombres.

"Mira lo que las brigadas de Gadhafi me hicieron", dijo. "Mi honor fue violado por ellos".

Describió a los periodistas cómo fue atada de las muñecas y los tobillos. Tenía quemaduras visibles.

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"Estamos todos los libios", dijo la mujer. "¿Por qué no nos tratan igual?"

CNN no pudo verificar independientemente la historia de Al-Obeidy, pero sus heridas parecían consistentes con lo que dijo.

Los funcionarios del gobierno llegaron rápidamente para que dejara de hablar con la prensa, pero ella insistió en hablar con los periodistas que se alojan en el Hotel Rixos para que pudieran ver de primera mano la brutalidad de Gadhafi.

A los periodistas internacionales, incluido el personal de CNN, no se les permite circular libremente en la capital de Libia y salen escoltados fuera del hotel sólo en las salidas organizadas por cuidadores de gobierno. Esta fue la primera vez que una persona intentó acercarse de forma independiente a los periodistas.

Lo que siguió fue una escena inquietante que mostró cómo opera el gobierno de Gadhafi.

Las fuerzas de seguridad trataron de someter a la mujer. Incluso un miembro del personal de cocina del hotel sacó un cuchillo. "¡Traidora!", le gritó con desprecio el hombre a la mujer. Otro empleado trató de poner un mantel oscuro sobre su cabeza.

Un funcionario del gobierno, que estaba allí para facilitar el acceso de los periodistas, sacó una pistola de su cinturón. Otros se enfrentaron con los reporteros. Algunos periodistas fueron golpeados y pateados. La cámara de CNN fue confiscada y deliberadamente estrellada contra el piso, quedó destrozada, sin posibilidad de reparación.

La mujer pateó y gritó. Insistió en que estaba siendo acarreada a la cárcel.

Los empleados de seguridad dijeron que Al-Obeidy estaba "enferma mental" y que la llevarían a un "hospital". La arrastraron sin contemplaciones hasta un automóvil blanco que estaba esperando por ella.

"Si no me ven mañana, eso será todo", dijo Al-Obeidy a los periodistas.

Los periodistas creen que la vida de Al-Obeidy está en peligro, de manera que muchos de ellos pidieron verla. En una conferencia de prensa más tarde increparon al ministro del Extranjero suplente, Khaled Kaim, por lo sucedido. Kaim aseguró que las autoridades estaban investigando el incidente. "Les informaremos", prometió.

Luego, un vocero del gobierno sostuvo que Al-Obeidy estaba a salvo. Dijo que su caso era criminal y no político, que se le había ofrecido ayuda legal. Otros funcionarios informaron que la mujer no estaba loca y que levantaría cargos criminales contra los atacantes. Y agregaron que los periodistas podrían verla.

Pero estas afirmaciones hicieron poco para convencer a los periodistas que habían sido testigos de la presencia omnipresente de Gadhafi en la sociedad libia. Una mujer que se atrevió a hablar fue silenciada rápidamente y los periodistas que se atrevieron a contar su historia pagaron un precio.

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