Decenas de muertos en una explosión en una fábrica de armas en Yemen
Al menos 121 personas murieron por una explosión en una fábrica de armas de Yemen, según reportes médicos, mientras que por lo menos 45 están heridas. Las víctimas son en su mayoría locales que saqueaban la fábrica que fue tomada por militantes opositores al gobierno, dijeron funcionarios de seguridad.
La explosión ocurrió en la provincia de Abyan, en el sur del país.
Los hechos ocurren después de diversas protestas contra el presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh y una semana de violencia entre las fuerzas gubernamentales y el grupo local de Al-Qaeda .
Los enfrentamientos entre las fuerzas yemeníes y miembros de la organización terrorista en la Península Arábiga han dejado muertos de los dos bandos en los últimos días, informaron las fuerzas gubernamentales.
Saleh ha intentado mantenerse en el poder argumentando que es el más preparado para liderar la lucha contra los islamistas.
Tres "terroristas de Al-Qaeda han sido asesinados" y otros seis arrestados en el distrito de Lawdar, reportó el domingo la agencia de noticias oficialista Saba.
También el domingo, siete soldados yemeníes fueron asesinados y otros siete fueron heridos cuando miembros de Al-Qaeda en la Península arábiga los atacaron en Marib, según dijeron dos oficiales de seguridad.
El atentado tuvo lugar en un retén militar ubicado en el norte de la provincia de Marib, al este de la capital, Sanaa.
Los atacantes usaron granadas y ametralladoras, y se llevaron consigo dos vehículos militares.
Después de algunos enfrentamientos durante el fin de semana, el gobierno de Yemen informó que serían necesarias medidas más fuertes para combatir la inestabilidad en el país. La agencia Saba informó que el gobernador de la provincia de Abyan, Saleh al-Zawari dijo que "era importante mejorar el rendimiento de seguridad para enfrentar terminantemente cualquier intento de perturbar la seguridad y la estabilidad en la provincia".
Furia contra Saleh
Yemen enfrenta diversas protestas de personas que critican la corrupción gubernamental, la falta de libertad política y los altos índices de desempleo.
Los pedidos para destituir a Saleh, en el poder desde 1978, se han incrementado en las últimas semanas después de las revoluciones de Egipto y Túnez.
El líder yemení dijo el domingo que no ofrecería más concesiones y describió a la oposición como una alianza que está en contra de la mayoría en el país, informó la agencia Saba.
"Mi fuerza viene de la gente no de los tanques", dijo Saleh en una reunión con el comité del Congreso General del Pueblo.
Líderes de la oposición rechazaron los comentarios del presidente. "Saleh no ha aprendido la lección que están dando los millones que piden su renuncia", dijo Yaseen Noman, presidente del bloque opositor más grande del país.
"Las mentiras de Saleh muestran al mundo que el debe dejar el poder, y la gente lo entiende. Nuestra demanda es simple: debe dejar el poder, esto no está abierto a negociación", agregó Noman.
El país ha sido golpeado por un levantamiento chiita musulmán, una ofensiva de Estados Unidos contra las células de Al-Qaeda y la escasez inminente de agua.
Saleh ha sido un firme aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al-Qaeda en la Península Arábiga.
Al Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, se le preguntó la semana pasada cómo sería la cooperación de Estados Unidos con Yemen en caso de que Saleh dejara el poder.
"Hemos tenido una buena relación con el presidente Saleh", dijo Gates a reporteros durante un viaje por El Cairo. "Ha sido un aliado importante en la lucha antiterrorista. Pero claro, hay mucha infelicidad en el interior de Yemen. Nosotros continuaremos observando la situación. No tenemos ningún plan post-Saleh".
Saleh ha dicho que aceptará las demandas de la oposición sobre impulsar reformas constitucionales y celebrar elecciones parlamentarias a final de este año. También ha dicho que no se postulará a la presidencia en los próximos comicios.
