'El reloj corre' para los refugiados que huyen de Costa de Marfil
Organizaciones de ayuda advirten que una crisis humanitaria podría iniciar para decenas de miles de refugiados que llegaron a Libia luego de huir de la violencia en Costa de Marfil.
La agencia internacional Oxfam dice que más de 100,000 personas han cruzado la frontera de Costa de Marfil a Liberia y que están viviendo en condiciones terribles en pueblos en la selva.
La agencia dice que hay muchas historias de mujeres que son separadas de sus esposos, niños que llegan a Liberia habiendo perdido a sus padres y algunos que no sobreviven el viaje a través de ríos y bosques.
Los refugiados han sido desplazados por la lucha que envuelve a todo Costa de Marfil. El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo el viernes que al menos a 800 personas les habían disparado en hechos ocurridos al oeste de la ciudad productora de cacao de Duekoue. Un oficial de la ONU puso el total de muertos en 330 en sólo el viernes pasado.
La violencia inició luego de las elecciones reñidas en noviembre cuando Laurent Gbagbo y su rival Alassane Ouattara se proclamaron como presidentes. La comunidad internacional reconoció a Outtara como el ganador legítimo, pero Gbagbo se rehusó a ceder el poder y la violencia se ha apoderado de la nación.
¿Qué hay detrás del conflicto en Costa de Marfil?
La temporada de lluvia se acerca y con ella la lucha escala en el país. Oxfam advierte que el tiempo se acaba para ayudar a los refugiados en pueblos remotos.
"Cuando empiece la lluvia, no podremos ayudarlos porque toda el área será inaccesible", explicó Carolina Gluck, quien trabaja en Oxfam en Liberia. "El tiempo se acaba para llevar a la gente a áreas seguras y accesibles".
Añadió que la llegada de refugiados está duplicando las poblaciones en algunos pueblos fronterizos y está poniendo una enorme presión sobre los locales, que tienen poca comida y las instalaciones propias.
Gluck ha entrevistado a algunos de lo que han escapado Costa de Marfil, entre ellos Gustave Glawoulou, cuya casa en el pueblo de Blolequin fue atacado por las fuerzas rebeldes. Gluck dice que huyó a mitad de la noche con sus cinco niños cuando empezaron los balazos.
Glawoulou le dijo a Gluck que caminó durante cuatro días con su familia para alcanzar la frontera con Liberia. Lo único que tenía para comer eran cosas que encontraban en el bosque. Ahora, en la ciudad fronteriza de Ponah, dice que las condiciones son duras.
"Hay 35 de nosotros viviendo en una casa; si no llueve podemos salir, pero cuando llueve debemos permanecer adentro, sentados erguidos, porque no hay lugar para acostarse", le dijo a Gluck.
"Nos gustaría dejar este lugar porque ya somos demasiados y se vuelve peor cada día", le dijo Glawoulou. "Después de dos o tres meses podría ser muy difícil porque la gente se enfermará más porque hay poca comida y refugio".
CNN no pudo verificar esta fuente de forma independiente.
Gluck explicó que muchos de los refugiados han ido a pueblos fronterizos porque están cerca de sus hogares y porque creen que pueden encontrar trabajo ahí y llevar vidas relativamente normales.
Dice que muchos se niegan a ir a campamentos en donde sienten no tendrán oportunidades económicas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja también está trabajando con refugiados marfileños en Liberia. También advierte que el número creciente de refugiados está significando una carga pesada en las comunidades anfitrionas en Liberia y dce que ha registrado a más de 50 niños refugiados que han sido separados de sus padres.
Plan Internacional, una organización que trabaja con niños en Liberia, reporta que algunos de los jóvenes están totalmente traumatizados por sus experiencias.
"Por toda la frontera de Liberia en el condado de Nimba, conocí a niños refugiados que no podían sonreír ni jugar. Estaban conmocionados por al violencia que habían visto ", dijo Berenguer Berehoudougou del grupo.
Plan también dice que la mayoría de quienes cruzan la frontera de Costa de Marfil son mujeres y niños. "Sólo vi a pocos hombres. No sé que pasó con los hombres y niños", dijo Berehoudougou. "Algunos jóvenes me dijeron que sus hermanos y padres estaban peleando para algún bando del conflicto en Costa de Marfil. Pero nadie está seguro de lo que está pasando en su patria", añadió.
Gluck dijo que otro de los refugiados que habló con ella fue Stephane Ranhou, de 15 años, quien llegó al pequeño pueblo de Janzon, al sureste de Liberia, con su hermana menor Vanesa. Gluck dijo que estuvieron separados de sus padres y siete hermanos mientras escaban de las peleas en Doku, y que estaban siendo alimentados por familias locales.
"Los aldeanos tienen sus propios problemas, pero han sido muy generosos al abrir sus hogares para darle un techo a los refugiados, pero hay una escasez tremenda de comida, lugares y servicio médico", dijo Gluck.