El presidente de Costa de Marfil, sitiado en su casa en medio de una lucha
El sonido de un tiroteo furioso retumbó nuevamente este jueves en la casa del gobernante Laurent Gbagbo en Abidjan , donde se libra una lucha sangrienta para resolver quién sería el presidente siguiente de Costa de Marfil, contó un funcionario de la Cruz Roja.
"Se escuchó toda la noche", dijo Kelnor Panglungtshang, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja. "Hubo disparos pequeños e incluso algunos sonaron como granadas propulsadas por cohetes procedentes de la residencia. Es evidente que la zona está lejos de ser segura".
Costa de Marfil se encuentra en medio de una lucha sangrienta de poder entre el presidente electo Alassane Ouattara y el actual Gbagbo , el hombre que se ha negado a ceder.
Las fuerzas leales a Ouattara irrumpieron en casa de Gbagbo este miércoles, informaron funcionarios de ambas partes. Las fuerzas opositoras señalaron que no han capturado a Gbagbo, quien presuntamente está oculto en el sótano de su casa "dirigiendo la situación" y sin dar indicios de rendirse, agregó Abdon Bayeto, asesor del líder asediado.
Muchos países africanos han ofrecido a Gbagbo un "refugio seguro", informó Noureddine Mezni, un portavoz de la Unión Africana, este jueves, pero no dio detalles sobre qué países han hecho la oferta.
Cientos de personas han sido asesinadas en el país productor de cacao, desde que rechazó los resultados de la elección de noviembre . Las Naciones Unidas y la Unión Africana han dicho que Ouattara, ex primer ministro, derrotó a Gbagbo, quien fue candidato a la reelección.
La situación humanitaria también comienza a empeorarse, dijo la Cruz Roja, que la semana pasado denunció una masacre de 800 personas en el país.
Un avión fletado por esta institución aterrizó este miércoles en la norteña ciudad de Man, con cerca de 12 toneladas de suministros para las personas afectadas por la guerra. Mientras se agrava la situación, este jueves decenas de ciudadanos han pedido desesperadamente la ayuda, agregó la Cruz Roja.
"Las llamadas telefónicas… no se detienen", dijo Panglungtshang. "Tenemos gente que llama y nos relata cómo cae la metralla en sus casas o en casa de su vecino, o de personas que están heridos. Estos son los civiles. Tenemos reportes de gente con diabetes, que no puede obtener la insulina y que están cerca de perder la conciencia. Simplemente es desesperante. Desesperante".
Joyce Joseph contribuyó con este informe.