El gobierno de EU, en riesgo de parálisis si su presupuesto no se aprueba
Políticos que negocian el presupuesto estadounidense trabajan en una propuesta para mantener activo al gobierno federal durante una semana más, mientras los líderes de los partidos Demócrata y Republicano elaboran un presupuesto más amplio, dijo a CNN una alta fuente republicana cercana a las pláticas.
Las disputas sobre temas polémicos como el aborto han sido “esencialmente resueltas”, afirmó la fuente. Sin embargo, advirtió que cualquier arreglo depende de cuáles sean las cifras finales del gasto gubernamental.
Horas antes, una fuente demócrata dijo a CNN que los negociadores consideran extender el presupuesto actual durante tres días más, sin incluir en este acuerdo el tema del aborto.
Más allá de los detalles, la Cámara de Representantes y el Senado necesitan aprobar el nuevo presupuesto hacia la medianoche de este viernes para prevenir que el gobierno quede parcialmente paralizado.
La Casa Blanca ha dicho que el presidente Barack Obama podría firmar otra extensión presupuestaria si las negociaciones sobre un paquete más amplio que cubra el resto del año fiscal progresan.
El líder de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo este viernes que accedería a una medida de corto plazo si se pone en marcha un acuerdo de largo alcance.
Antes, funcionarios federales se mostraron optimistas ante la posibilidad de acordar con el Partido Republicano un presupuesto de 11 horas.
Existe una “buena oportunidad” de que Obama hable en público sobre esta crisis este viernes, dijo una fuente de la Casa Blanca.
De no lograrse un acuerdo, la parálisis gubernamental dejaría temporalmente sin empleo a 800,000 burócratas. También quedarían parados servicios federales como la operación de parques, aunque los vinculados con la ley y la seguridad pública seguirían en marcha.
Fuera de Estados Unidos, la parálisis afectaría servicios como la entrega de visas.
Obama discutió el asunto vía telefónica con Boehner y el líder del Senado, el demócrata Harry Reid, de acuerdo con colaboradores de sus equipos.
Debido al debate presupuestario y a la posible parálisis, el presidente canceló el viaje de fin de semana que tenía planeado a Williamsburg, Virginia.