Aviones de la OTAN destruyen 25 tanques del líder Muammar Gadhafi
Ataques aéreos de la OTAN ayudaron a detener el domingo un gran asalto de las fuerzas libias leales a Muammar Gadhafi en la ciudad rebelde de Ajdabiyah.
La OTAN dijo que bombardeó 11 tanques fuera de la ciudad oriental y que se podían ver seis cascos quemados en las cercanías camino al oeste. Un reportero de Reuters vio 15 cuerpos calcinados esparcidos cerca de dos lugares ubicados a unos 300 metros.
La OTAN indicó que también destruyó 14 tanques de Gadhafi en las afueras de Misrata, un solitario bastión rebelde en el oeste de Libia que ha estado bajo asedio por seis semanas y donde las condiciones para los civiles son pésimas.
En horas previas del domingo, los rebeldes parecían estar perdiendo el control de Ajdabiyah luego del asalto más fuerte del gobierno en al menos una semana. El ataque, que partió el sábado, incluyó un feroz bombardeo de artillería y cohetes, mientras algunos leales a Gadhafi, incluyendo francotiradores, penetraban en la ciudad.
Durante horas, los rebeldes se escondieron en las callejuelas de la ciudad, que es la puerta hacia su bastión de Bengasi, 150 kilómetros al norte por la costa mediterránea.
En un camino se encontraron abandonados los cadáveres de cuatro rebeldes.
"Sus gargantas estaban cortadas y todos recibieron disparos en el pecho. Simplemente no podía parar de llorar cuando los ví", dijo el rebelde Muhammad Saad. "Esto se está volviendo cada vez más duro", agregó.
No obstante, para el anochecer los rebeldes parecían tener de vuelta el control de Ajdabiyah, comandando intersecciones clave, y la artillería y fuego de armas pequeñas se había calmado.
Mancha de sangre
Un rebelde mostró a un reportero de Reuters una gran mancha de sangre en una sala de clases donde dijo que se había escondido un francotirador argelino. El hombre se disparó en el cuello cuando fue rodeado por los insurgentes, relató el rebelde Hazim Ahmed.
Ajdabiyah fue el punto de lanzamiento de los insurgentes durante una batalla de una semana por el puerto petrolero de Brega, que se encuentra 70 kilómetros al oeste, y su caída sería una pérdida grave.
La Unión Africana busca la paz
En tanto, una delegación de alto nivel de la Unión Africana, liderada por el presidente sudafricano Jacob Zuma, llegó a Trípoli el domingo para intentar iniciar conversaciones de paz entre ambos bandos.
Funcionarios sudafricanos dijeron que la delegación, que incluía a los líderes de Mauritania, Congo, Mali y Uganda, se reunirían con líderes insurgentes en Bengasi, luego de conversar con Gadhafi.
Funcionarios occidentales admitieron que su fuerza aérea podría no ser suficiente para ayudar a los rebeldes a derrocar a Gadhafi por la fuerza y ahora enfatizan la necesidad de una solución política.
Pero un portavoz rebelde rechazó una salida negociada para el conflicto, el más sangriento en una serie de revueltas democráticas en el mundo árabe que han derrocado a líderes autocráticos en Túnez y Egipto.
"No hay otra solución que la solución militar, porque el lenguaje de este dictador es la aniquilación, y la gente que habla este lenguaje sólo entiende este lenguaje", dijo el portavoz Ahmad Bani al canal televisivo Al-Jazeera.
Analistas pronostican un conflicto total de bajo nivel que podría llevar a una división entre este y oeste en el Estado árabe del norte de África, un gran productor de gas natural y petróleo.
El gobierno de Gadhafi buscó mostrar una cara amigable con la reforma el domingo, reuniendo a periodistas extranjeros en las primeras horas de la mañana para revelar la "versión libia" de la democracia.
Los detalles eran vagos y funcionarios no pudieron explicar cuál sería el rol de Gadhafi, pero estaba claro que seguiría teniendo un liderazgo. Insurgentes dicen que quieren una democracia en Libia sin Gadhafi, quien ha gobernado con mano de hierro por 41 años.