La frustración y el enojo marcan la crisis nuclear en Japón a 4 semanas
Bajo los árboles de cerezo del parque Shiba, más de 2,000 personas se formaron para hacer un llamado para que clausuren las plantas de energía nuclear de Japón.
Una semana antes, una protesta similar atrajo a cerca de 250 personas.
Luego de un mes de frustración, desesperación y enojo , los sentimientos explotaron frente a las oficinas centrales de la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (Tepco). Mientras que oficiales de ciudades alrededor de la planta nuclear de Fukushima Daiichi demandan saber cuándo terminará la crisis que afectó a sus comunidades agrícolas.
"La situación de la planta nuclear necesita resolverse lo antes posible. Si no, los granjeros moriremos", dijo uno de los oficiales, Iwao Suzuki, a los ejecutivos.
Pero la respuesta de Naomi Hirose, gerente general de la empresa de suministros más grande de Japón , brindó un poco de aliento a la delegación y al resto del mundo.
"Existe una necesidad de poner fin a la situación actual tan pronto sea posible", dijo Hirose. "Estamos totalmente de acuerdo con esto y estamos tomando todas las medidas posibles para contener la radiación".
Desde el terremoto del 11 de marzo que sacudió al norte de Japón, los trabajadores en Fukushima Daiichi han batallado para enfriar los tres reactores sobrecalentados y mantener los tanques de combustible nuclear, usado pero potente, además de evitar propagar más contaminación radiactiva en el norte de Japón .
A un mes de la crisis, la compañía reconoce que no hay un final a la vista.
Los problemas están "más allá de la capacidad de diseño" de la planta. Los japoneses están trabajando en territorio inexplorado, dijo Michael Friedlander, un ex alto operador de plantas nucleares en Estados Unidos.
"Ninguna planta nuclear ha considerado la inhabilidad de sobrevivir al enfriamiento del núcleo por una semana, mucho menos por tres", dijo.
Algunos expertos japoneses dicen que el esfuerzo está en peligro de fallar, a menos que Japón busque más ayuda de expertos internacionales para llegar a un final. Tetsunari Iiada, un ingeniero ahora crítico industrial, dice que la situación "está fuera del alcance" de la industria nuclear japonesa.
"Una estrategia de salida real debe empezar con una inspección por los mejores expertos de accidentes nucleares del mundo", Iida le dijo a reporteros la semana pasada en el Club de Periodistas de Japón.
Ingenieros y trabajadores hasta el momento han podido evitar una fusión nuclear total en los reactores uno a tres de Fukushima Daiichi y en el tanque de combustible usado de la unidad cuatro. Pero expertos dicen que es probable que las barras de combustible sobrecalentadas hayan sufrido daño considerable y que por cada avance surge una complicación.
Gran parte de la semana pasada estuvieron concentrados en el intento de evitar que cantidades masivas de agua con partículas radiactivas se derramaran al océano Pacífico, ya que se trata de agua que sale de los reactores "con evidente radiactividad", dijo Friedlander. La Compañía de Energía Eléctrica de Tokio ahora batalla por no saber en dónde poner los desechos, incluso tirar toneladas de agua menos radiactiva al Pacífico para hacerle un lugar.
En una planta con funciones normales, el agua de la refrigeración se distribuye fuera de los reactores. Luego es devuelta para alejar el calor de las barras de energía de la planta, que continúan produciendo energía mucho después de que la cadena de reacciones en el corazón de las unidades terminó.
"Tienes que hacer que vuelva a funcionar el sistema de recirculación para que puedan enfriar el agua de manera normal", dijo Gary Was, un profesor de ingeniería nuclear de la Universidad de Michigan y consultor de CNN. Los sistemas de enfriamiento normales no necesitan cantidades masivas de agua; ahora, cerca de siete toneladas por hora, están siendo derramadas en los reactores.
"Ese es un gran problema", dijo Was.
Oficiales de Tepco le dijeron a CNN que no saben cuándo podrán restaurar los sistemas de enfriamiento. El primer paso es sacar el agua altamente radiactiva de los sótanos inundados de las turbinas de la planta y después ver qué tanto se dañó el equipo de adentro.
Durante las primeras dos semanas de crisis, ingenieros inyectaron agua de mar en los reactores. Pero la sal acumulada ha hecho más difícil que circule el agua de refrigeración, dijeron oficiales de seguridad nuclear estadounidenses en marzo.
Además, Was dijo que las barras de energía probablemente queden en un estado de "fusión parcial", lo cual será difícil de determinar. Luego del accidente de Three Mile Island en Pennsilvania en 1979, pasaron mas de dos años antes de que operadores pudieran meter una cámara al reactor para examinar su condición, dijo.
Satoshi Sato, un consultor japonés de la industria nuclear, llamó a las actuales medidas como "esfuerzos en vano". Es probable que los instrumentos en la planta estén dañados y sean poco confiables por el calor intenso que se generó y bombear agua a los reactores está empeorando el problema de contaminación, dijo.
"No hay un final feliz cerca", dijo Sato a CNN. "Tienen que cambiar su enfoque. De eso estoy 100 por ciento seguro".
Luego del accidente en Chernóbil en 1986, el peor del mundo a la fecha, la Unión Soviética encerró el reactor dañado de la planta en un sarcófago de concreto. Iida dijo que los reactores en Fukushima Daiichi están muy calientes para echarles concreto, pero sugirió echar una mezcla de minerales y arena.
Y Was dijo que los reactores deben ser enfriados para que el combustible líquido se endurezca de nuevo. "Sólo cuando se solidifique pueden estar seguros de contenerlo". Dijo que Tepco debería estar a la cabeza, "es su planta", pero añadió, "hay muchas áreas de las cuales se podrían beneficiar de ayuda internacional".
El gobierno japonés está consultando con expertos de la Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos, y la Área, la compañía de combustible nuclear francesa, dijo Hidehiko Nishiyama, vicedirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón y el vocero en jefe de la agencia. Buques de Estados Unidos han llevado agua fresca a Fukushima Daiichi.
"Ya tenemos apoyo de países extranjeros y organizaciones", dijo Nishiyama. Pero añadió, "creo que el tema más urgente es el apoyo de cualquier forma con respecto a cómo podemos deshacernos del agua de refrigeración y construir un sistema de enfriamiento sustentable".
General Electric, que diseñó los reactores, y Hitachi, quien hizo la mayor parte de la planta, también están aconsejando al gobierno y Tepco. Jeffrey Immelt, jefe de General Electric, voló a Japón para consultar a los oficiales y ejecutivos japoneses la semana pasada, y Tokio le ha preguntado a Rusia acerca de usar un barco japonés diseñado como una planta de descontaminación flotante.
Pero por ahora, Japón "no tiene opción" más que continuar echando agua a los reactores, dijo Friedlander.
"No tengo duda de que los hombres y mujeres que están trabajando en la planta de energía en verdad harán el mayor esfuerzo humano para asegurarse de resolver esto", dijo. "Lo que no sé y no puedo decir, y es un signo de interrogación para mí, es si será más pronto que tarde".
"Y de nuevo, mi esperanza es que será lo antes posible. Pero para que sea pronto, la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio tendrá que pedir más ayuda de la comunidad internacional".