Malasia: envían a jóvenes a un reformatorio que inculca la masculinidad
Un departamento de educación de un estado de Malasia envió a jóvenes supuestamente 'afeminados' a un campo para "corregir su comportamiento", una medida que despertó intensas críticas de educadores y activistas.
El centro educativo Terengganu seleccionó a 66 jóvenes para que acudan al campo durante el presente mes, como parte de un programa para "ayudar a jóvenes que enfrentan crisis de identidad", reportaron medios en la nación asiática.
El campo ofrece entrenamiento físico y otras actividades y está supuestamente diseñado para evitar que los jóvenes desarrollen rasgos femeninos, reportó el diario The Star, citando a Rizali Daud, el director del departamento educativo.
"Los jóvenes fueron seleccionados de la mayoría de las escuelas del estado”, dijo Daud. "Fueron cuidadosamente examinados antes de que se realizara una selección final".
Daud dijo que puede convertirse en un problema grave para los jóvenes si no se actúa sobre su comportamiento, y citó un par de factores que supuestamente contribuyen: sus parientes vistiéndolos de mujeres “porque realmente querían una niña” o adolescentes “rodeados de hermanas”.
La medida olió a homofobia para muchos.
Donna Guest, la subdirectora del programa de Asia-Pacífico de Amnistía Internacional deploró la medida porque "alimenta los estereotipos de género y la homofobia”.
Malasia es parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, y en un artículo de dicho grupo se llama a los países miembros a que se aseguren que no se estereotipe por motivo de género, dijo Guest.
“Iniciar un campo de reeducación o de entrenamiento contradice dicha petición. Fomenta la discriminación contra todos por su orientación sexual”.
Guest también hizo notar que la homosexualidad es ilegal en Malasia.
"Amnistía se opone a esto y urge al gobierno a eliminar dichos lineamentos de la ley", dijo, agregando que “cualquiera que es arrestado solo por ser gay puede será considerado un prisionero de conciencia, y deben de ser liberados inmediatamente, sin condiciones”.
La ministra de Malasia para el Desarrollo Comunitario, la Mujer y la Familia, Seri Sharizat Abdul Jalil, afirmó que su ministerio ve la medida con “alarma y con gran preocupación”, y dijo que dichos campos deben de ser cerrados.
"La experiencia de ser señalados en la base de las características que se les perciben es una experiencia muy traumática, en particular para los jóvenes adolescentes. Tales acciones tienen repercusiones psicológicas potencialmente graves, que podría perjudicar el desarrollo y la salud mental de los niños, ya que los expone a los prejuicios entre sus compañeros y miembros de su familia y comunidad", dijo.
Aseguró que los campos violan la Ley del Menor de 2001, que indica que “todo niño debe de ser protegido y asistido en todas las circunstancias sin importar distinción alguna, como raza, color, sexo, lenguaje, religión, origen social o por incapacidades físicas, mentales o emocionales”.
El Grupo de Acción Conjunta para la Igualdad de Género, una coalición de organizaciones de Malasia, dijo que estaba consternado por la decisión, señalando que "identificar y señalar a los niños que se comportan como afeminados es muy discriminatorio”.
Afirmó que el departamento socava el rol de la educación, que es criar “la personalidad y los talentos de los niños” e inculcar “el respeto por los derechos humanos como preparativo para una etapa adulta responsable”. También dijo que establecer un criterio para lo que se considera normal es “bastante cuestionable”.
“Los jóvenes en este caso han sido perseguidos por la forma en la que expresan sus personalidades. En lo ideal, las escuelas deben de proveer un lugar seguro y neutral para el desarrollo de los niños sin miedo a que sean discriminados entre ellos mismos”, dijo el grupo.
Agregó que los jóvenes en cuestión no fueron ni consultados.
“Reformatorios para ‘componer’ a los niños no deben de permitirse porque violan los derechos de las personas que son percibidas ‘diferentes’. Se debe de oponer a estos porque promueve la homofobia y el prejuicio. Debemos de enviar un mensaje claro a las instituciones que no tienen entre sus obligaciones lidiar con la identidad de los individuos y sus preferencias personales”, dijo el grupo.
Ellen Kahn, directora de la campaña para derechos humanos de la Fundación Proyecto Familia y trabajadora social, dijo que es “desgarrador que jóvenes sean forzados a acudir a ‘campos de masculinización’ simplemente porque algunos adultos piensan que no son los suficientemente masculinos”. El grupo defiende los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros.
“Es irresponsable para los adultos, en especial parientes, que castiguen a sus niños por lo que son. Esos intentos de cambiar a los niños solo causan daño emocional y angustia. Debemos de seguir las indicaciones de la Asociación Americana de Psicología, y de la Academia Americana de Pediatría, entre otros expertos, y darles amor y apoyo a nuestros niños sin importar su orientación sexual o su comportamiento”.