La desolada ciudad de Pripyat, 25 años a la sombra de Chernóbil
Hay una calma espeluznante en los edificios abandonados y las calles vacías de Pripyat. Desde la plaza principal, invadida por hierbas y zarzamoras, la ciudad se ve como una ruina antigua en la selva.
Edificios con ventanas rotas se erigen como gigantes monolíticos. En uno, un señalamiento de neón sin iluminación que dice “restaurante” cuelga del techo. En otro, se asoman el martillo y la hoz desde lo alto.
No puedo imaginarme un sólo lugar que haya visitado que se sienta tan abandonado y perdido. La orden para evacuar Pripyat llegó demasiado tarde. Habían pasado 36 horas desde que una explosión en el Reactor 4 en Chernóbil, el 26 de abril de 1986, había arrojado desechos radioactivos sobre la ciudad. Temiendo que el pánico se desbordara, las entonces autoridades soviéticas bajo el mando de Mikhail Gorbachov ordenaron que los ciudadanos de Pripyat siguieran con su vida normal.
Entonces, mientras el peor accidente nuclear sembraba el caos, acabando con todo en su camino a través de la radiación, los niños de la ciudad fueron a la escuela a tomar sus clases. Parejas se casaron. Cuando comenzó la evacuación una vez que la escala del desastre ya no podía ser cuestionada, se les dijo a los habitantes que regresarían en unos cuantos días. No se llevaron nada con ellos, sólo documentos, algo de dinero y comida para el camino en autobús.
Aún en la Unión Soviética, la vergonzosa manera en que las autoridades manejaron la situación fue fuertemente criticada.
En varias ocasiones desde entonces, Gorbachov –quien es recordado por sus reformas perestroika y glasnost– dijo que creía que Chernóbil fue igualmente responsable de derrumbar a la Unión Soviética.
Aún a 25 años del incidente, el problema de Chernóbil está lejos de desaparecer. Hay un debate sobre cuánta gente murió y cuántos se están muriendo como resultado del accidente.
Trabajadores sociales comentaron a CNN que 140,000 personas empleadas como “liquidadores” para limpiar el desastre radioactivo murieron tras el accidente.
No es claro si esto fue producto de su exposición a los altos niveles de radiación, por lo que el número de muertes atribuidos al accidente aún es discutido.
Los investigadores afirman que a parte de los altibajos naturales en ciertos tipos de cáncer, hay evidencia de severa ansiedad entre los sobrevivientes.
El gobierno de Ucrania mantiene una zona de restricción de 30 kilómetros alrededor de Chernóbil. Esto significa que un área de aproximadamente del tamaño de Suiza ha sido excluida de uso productivo, lo cual se ha traducido en un impacto económico. Y no se espera que el impacto disminuya en el corto plazo. Los desastres nucleares como Chernóbil y Fukushima no se apegan a los tiempos humanos.
Se permite el acceso a un número limitado de turistas que desean realizar breves visitas a la zona del accidente, a pesar de que la radiación está en niveles normales. Sin embargo, científicos afirman que pueden pasar generaciones antes de que sea totalmente seguro para que la gente regrese.