La operación para matar a bin Laden fue seguida en vivo y duró 40 minutos
Todo comenzó el viernes. Antes de emprender un viaje a Alabama, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó la autorización para que un pequeño grupo de soldados de la Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina (SEALS) intentara capturar a bin Laden, vivo o muerto .
Seis meses antes, la CIA había conseguido localizar al emisario de confianza de bin Laden quien, se supo, residía en un complejo valorado en un millón de dólares en Abbottabad, en las cercanías de Islamabad, Pakistán, y con características de construcción para albergar a un objetivo muy valioso.
El búnker tenía dos puertas de seguridad, espesos muros de seis metros de altura rematados con alambre de espino y carecía de conexión telefónica y de internet.
Sus habitantes no guardaban ninguna relación con sus vecinos y quemaban su basura, en lugar de tirarla.
Obama encabezó al menos cinco reuniones con su consejo de seguridad nacional para analizar los datos recabados por los servicios de inteligencia.
Las posiciones eran dispares: no era seguro 100% que se tratara del propio bin Laden, aunque según el consejero de la Casa Blanca para la lucha contra el terrorismo, John Brennan, se trataba de la pista más sólida "desde Tora Bora", cuando hace 10 años Estados Unidos tuvo cercado al líder terrorista en Afganistán.
Algunos de los asesores abogaban por usar aviones espía, para no poner en peligro vidas estadounidenses. Otros preferían enviar a los SEALS, una opción más arriesgada pero con más garantías de éxito.
Esta fue la decisión por la que optó Obama.
El mandatario siguió la operación el domingo desde la Sala de Crisis de la Casa Blanca con sonido e imágenes en directo.
Fue "uno de los ratos de mayor ansiedad en la vida de cualquiera de los que estuvimos allí", dijo Brennan.
Los nervios aumentaron cuando uno de los dos helicópteros enviados a cubrir la misión sufrió un problema técnico. Pudo aterrizar en el complejo, pero ya no pudo moverse.
El comando entró en la residencia sin tener una idea exacta de lo que iba a encontrar.
Al ser conminados a entregarse, los terroristas optaron por abrir fuego. Según Brennan, el propio Bin Laden utilizó como escudo humano a una de sus esposas, que resultó alcanzada por las balas.
Murieron otros tres varones, identificados provisionalmente como uno de los hijos adultos de Bin Laden; el correo que sirvió para localizar al líder terrorista y al hermano de éste. Dos mujeres quedaron heridas.
El comando utilizó el helicóptero que quedaba en operaciones para abandonar el complejo y llevarse el cadáver de bin Laden. En total, la operación duró apenas 40 minutos.
Todos salieron en un aparato . El otro se quedó en el lugar.
Después del ataque se informó de la operación a las autoridades pakistaníes, que se hicieron cargo del complejo.