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La reconciliación marca la agenda política de la reina Isabel en Irlanda

La reina británica se reunió este miércoles con el primer ministro Enda Kenny y, por la tarde, seguirá con homenajes en sitios histórico
mié 18 mayo 2011 09:11 AM
Primer ministro de Irlanda Enda Kenny y la reina Isabel II
AFP_Enda_Kenny_reina_Isabel_II_Irlanda Primer ministro de Irlanda Enda Kenny y la reina Isabel II

La reina Isabel II se reunió este miércoles con el primer ministro irlandés, Enda Kenny, en el edificio de Gobierno, como parte de su gira por el Estado, la primera de un monarca del Reino Unido desde que Irlanda obtuvo su independencia en 1921.

"Éste es un triunfo de una planificación muy cuidadosa y muestra una intención fuerte de que ambas partes esperan que funcione", dijo Gerry O'Regan, editor del diario Irish Independent.

Más tarde, la monarca británica tiene previsto visitar el estadio Croke Park de Dublín, como parte de las actividades del segundo día de su gira sin precedentes a Irlanda.

La visita a Croke Park es otro gesto simbólico importante de reconciliación, pues en 1920 las tropas británicas abrieron fuego contra una multitud que observaba un partido de futbol gaélico, y murieron 14 personas.

El martes, la reina Isabel II depositó una ofrenda floral en el Jardín del Recuerdo en Dublín , en una ceremonia conjunta con la presidenta irlandesa Mary McAleese. El Jardín del Recuerdo honra a aquellos que lucharon por la libertad de Irlanda del dominio británico.

Durante su estancia, la reina también visitará los Jardines memoriales de la Guerra en Islandbridge, lugar que es un tributo a los 49,000 irlandeses que murieron en la Primera Guerra Mundial. Por la noche de este miércoles —acompañada por el primer ministro británico, David Cameron—, asistirá a un banquete de Estado en el Castillo de Dublín.

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Por esta visita real, la policía ha montado un operativo importante de seguridad , debido a las amenazas de violencia de los republicanos disidentes. Irlanda ha gastado 42 millones de dólares en seguridad para la visita, según funcionarios.

Este martes hubo enfrentamientos entre manifestantes y la policía irrumpió en el centro de Dublín, donde arrestaron a 22 personas.

La milicia irlandesa desactivó una bomba en un autobús con destino a Dublín. El ejército también detuvo un autobús privado en Maynooth, del que evacuaron a los pasajeros, y halló un "dispositivo viable" en el maletero, dijo un portavoz de la policía nacional de Irlanda.

La visita de la Reina es un acto que muchos en Irlanda creyeron que nunca pasaría, y marca la reconciliación entre los dos países vecinos que, alguna vez se vieron con recelo y hostilidad.

La lucha de Irlanda por liberarse del dominio británico marcha mucho de la narración de la visita.

Habrá constantes recordatorios del pasado violento. Por ejemplo el avión real tocó tierra en el Aeródromo de Casement, un campo de aviación militar donde Roger Casement fue ejecutado por traición en 1916 por conspirar con los alemanes. Su destino se selló cuando el abuelo de la reina, George V, se negó a conmutar su sentencia de muerte.

La Guerra de Independencia de Irlanda ha marcado esa muerte como parte importante de la división del país en 1921. La mayoría de la isla se independizó, pero seis de los nueve condados de la provincia del Ulster eligieron quedarse con Reino Unido, convirtiéndose en Irlanda del Norte.

A finales de 1960, el conflicto entre unionistas protestantes que querían que Irlanda del Norte siguiera como parte de Reino Unido, y los nacionalistas católicos romanos que deseaban que el Norte se uniera al resto de Irlanda, provocó el estallido de una guerra política y sectaria, conocidos como los Disturbios.

Las siguientes tres décadas de violencia entre el Ejército Republicano Irlandés (ERI) y los leales cobraron la vida de más de 3,000 personas, la mayoría de ellos en el norte de la frontera, y a pesar del Acuerdo de Viernes Santo, firmado en 1998 que puso fin al conflicto, las sospechas siguen. Es por esta razón que la visita de la Reina es más que simbólica.

Bajo los términos del acuerdo, los grupos terroristas de ambos bandos depusieron las armas, y los aliados políticos de ambos lados ahora trabajan juntos con el gobierno de Irlanda del Norte.

El cambio ha sido tan rápido que, incluso en la década de 1990, un periodista dijo que nunca podría haber imaginado una visita de Estado por la reina. Toby Harnden, que cubrió la región de Irlanda para el Daily Telegraph, señaló que aunque algunas personas de ambas partes todavía tienen sus dudas sobre la visita —por razones diferentes—, lo más significativa es el lenguaje pacífico usado en el debate.

"Algunos católicos ven esto como si Gran Bretaña quisiera cimentar sus pretensiones sobre el territorio de Irlanda de los seis condados de Irlanda del Norte", dijo Harnden.

En tanto, "los protestantes ven esta visita como la ratificación de un Estado que ellos creen que es constitucionalmente hostil a cualquier presencia británica en Irlanda. Así que en ambos lados habrá reparos".

Gerry Adams, una figura crucial en la historia de Irlanda del Norte como líder del Sinn Fein, brazo político del ERI, mencionó que la visita de la reina Isabel II era "prematura". En comparación con el lenguaje incendiario que había usado en el pasado, el comentario de Adams dice mucho, señaló Harnden.

Por ejemplo, "cuando el primo de la Reina, lord Mountbatten, fue asesinado por el ERI en 1979, (Adams) mencionó que esa ejecución estaba plenamente justificada".

"Cuando yo estuve allí, el ERI había cesado el alto al fuego, hubo violencia y asesinatos, ninguna rendición, ni compromiso. En aquellos días no había ninguna probabilidad de una visita de la Reina".

Fionnuala Sweeney y Peter Wilkinson contribuyeron con este informe.

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