El mundo de la presunta víctima de Strauss-Kahn 'quedó al revés'
Ella escapó de su natal Guinea bajo circunstancias difíciles e hizo una vida en Nueva York con su hija de 15 años. No tenía muchas opciones de empleo y estuvo agradecida de su trabajo en el hotel de lujo Sofitel .
Al menos pudo poner un techo sobre la cabeza de su hija y tener su estómago lleno.
Hace unos días le dieron instrucciones de limpiar la suite del piso 28, en donde Dominique Strauss-Kahn se alojaba.
Su vida cambió el día que entró a ese cuarto.
No existen muchos detalles públicos acerca de la mujer que asegura que Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional y un personaje importante en la política francesa, la atacó sexualmente en esa suite de hotel.
La policía alega que el sábado Strauss-Kahn atacó a la mujer, que la persiguió por el pasillo antes de dejar el hotel para abordar un vuelo con destino a París. Los abogados de economista y político francés insisten en que es inocente.
En una entrevista concedida en abril, tres semanas de que se desatara este escándalo, el director del FMI imaginó que podría víctima de una acusación falsa .
La información sobre la presunta víctima de Strauss-Kahn está basada en entrevistas realizadas por CNN a su abogado, Jeffrey Shapiro, y a un amigo, Blake Diallo.
"Ella temía por su vida", dijo Shapiro. "Ella estaba siendo atacada física y sexualmente. Y la idea que tenía era la de escaparse de ese hombre, lo que, gracias a Dios, pudo hacer".
Ella se aferró a su fe en los ideales estadounidenses. Este es un lugar en donde la ley no diferencia entre ricos y pobres, entre los poderosos y quienes no tienen nada. Era diferente de su país natal, relatan.
La joven espera que esos ideales no le fallen ahora cuando una empleada de limpieza como ella acusa a un hombre que controla un mundo de dinero, un hombre que estaba entre los posibles aspirantes a convertirse en presidente de Francia.
Ella supo de la identidad del hombre al que había acusado un día después de que acudió a la policía, dijo el abogado Shapiro en el programa Today de la NBC. Inmediatamente supo que formaría parte de una historia que sería observada en el mundo.
Llegó a Estados Unidos procedente de un sitio ubicado en el occidente de África, en la que la venganza y la violencia son la norma. Esta experiencia aumentó su miedo cuando volvió a su departamento tras hablar con la policía y encontrarse con muchos periodistas.
Días después del escándalo, vive ahora en un lugar seguro con su hija.
Estuvo asustada no sólo durante el ataque. También después de él.
Sin embargo, cooperó con las autoridades, colocándose en una posición que percibe como peligrosa.
Así que identificó a Strauss-Kahn de entre varios hombres en una estación de policía en Nueva York. También está lista para testificar ante un gran jurado o hacer lo que sea que la oficina del fiscal de distrito le requiera para enjuiciar al hombre que puso su mundo de cabeza.
Todavía es joven, sólo tiene 32 años. La gente la considera inteligente y digna, alguien sensible a las necesidades de otros y completamente dedicada a su hija.
"Ella no tiene mucha familia aquí, así que su mundo es muy pequeño, ellas dos esencialmente", dijo Shapiro a CNN.
Está consciente de que muchas personas están hablando de ella en este momento. Acerca de su raza. Acerca de su religión: ella es musulmana.
Ella sabe que algunos dirán que ella estuvo dispuesta pero, insiste, esa opinión es falsa.
"No hubo algún aspecto en su encuentro que pueda considerarse como consensual o cualquier otro término que no sea un ataque físico y sexual", dijo Shapiro.
"Ella está en medio de esta polémica", dijo. "Ella necesita consejos. Y ella necesita recibir ayuda para retomar su vida. Ella necesita ayuda para lidiar con el sistema en términos de cómo vivir y cómo sobrevivir".
Ella todavía no sabe cuáles serán las consecuencias de este caso. ¿Podrá volver a encontrar trabajo después de esto? ¿Qué será de ella y, sobre todo, de su hija?
Lo único que puede hacer es recuperarse. Lentamente.