Una jornada de represión deja al menos 44 civiles muertos en Siria
Fuerzas de seguridad sirias mataron a tiros al menos a 44 civiles para dispersar las manifestaciones a favor de la democracia, que surgieron en todo el país el viernes, aseguró este sábado la Organización Nacional Siria de Derechos Humanos.
Más de la mitad de las víctimas murió en la provincia noroccidental de Idlib, donde el viernes se desplegaron tanques para aplastar las marchas contra el mandato del presidente Bashar al-Assad, según el activista Ammar Qurabi, quien encabeza la organización de derechos humanos.
Las protestas emergieron para desafiar la represión del gobierno que, según otro grupo de derechos humanos, ha causado la muerte de más de 800 personas en las últimas nueve semanas.
Assad, de 45 años, ha desestimado las protestas por considerarlas una conspiración respaldada por agentes extranjeros para generar una lucha sectaria.
Las autoridades sirias culpan por buena parte de la violencia a grupos armados, respaldados por islamistas y potencias extranjeras que, según dicen, han matado a 120 soldados y policías. Recientemente, sugirieron que las protestas se han incrementado.
El gobierno sirio dijo el sábado que grupos armados provocaron la muerte de 17 personas el viernes en las provincias de Idlib y Homs, ésta última situada en el sur del país.
Los civiles, la policía y las fuerzas de seguridad habrían muerto cuando grupos armados aprovecharon las órdenes específicas de "no disparar para preservar la vida de civiles" dadas a los oficiales, de acuerdo con la agencia de noticias estatal.
Saboteadores quemaron edificios públicos y estaciones policiales en Idlib, dejando heridos a policías, según la agencia.
Siria ha restringido a la mayoría de los medios internacionales desde que se desataron las revueltas hace dos meses, por lo cual es imposible verificar de forma independiente los relatos de activistas y funcionarios.
Los disturbios en Siria fueron influenciados por movimientos ciudadanos en el norte de África y el Medio Oriente en demanda de reformas políticas y económicas, los cuales ya pusieron fin a los gobiernos de Túnez y Egipto, y desataron una guerra civil en Libia.
Además, de Siria, las revueltas populares han causado disturbios en Yemen, Bahréin y más recientemente en España .