Japón ordena mejorar condiciones laborales de trabajadores de Fukushima
El gobierno japonés ordenó a la empresa TEPCO, operadora de la planta nuclear de Fukushima , que mejore las condiciones de trabajo de los operarios de la central, pues al menos dos han recibido un nivel de radiación que supera el doble del máximo establecido.
La orden se produjo tras una inspección del Ministerio de Sanidad, Bienestar y Trabajo en las instalaciones de la central, epicentro de la peor crisis nuclear en 25 años, según la agencia local Kyodo.
La semana pasada, TEPCO anunció que dos de sus trabajadores habían estado expuestos a niveles de radiación superiores a los 250 milisievert, el máximo establecido por el gobierno para el caso concreto de Fukushima.
Ese ministerio indicó que los dos hombres habrían estado trabajando, días después de la tragedia, en una sala de control de los reactores 3 y 4, en los exteriores de la planta y en un edificio del centro de control.
Según datos de la Agencia de Seguridad Nuclear, los dos han absorbido una radiación de más de 600 milisievert, lo que le ha llevado a solicitar un informe a TEPCO sobre las posibles medidas de prevención.
La operadora de Fukushima no descarta que haya más personal que haya superado el límite de 250 milisievert y anunció la semana pasada que planea hacer análisis a otros 150 trabajadores que realizaron labores similares a los dos afectados.
Los técnicos de la central trabajan día y noche para controlar los reactores nucleares, cuyos sistemas de refrigeración quedaron dañados por el terremoto y el devastador tsunami del 11 de marzo.
Tres meses después, la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón confía en descontaminar pronto el agua radiactiva, que se acumula en la central para aumentar la protección de los operarios que luchan por controlar los reactores.
TEPCO planea operar con un nuevo método de limpieza que incluye un dispositivo que absorbe el cesio radiactivo mediante el uso de varios minerales, entre ellos el conocido como zeolita, y sustancias químicas que ayudan a disipar los componentes radiactivos.
El objetivo es reducir drásticamente la contaminación del agua que anega la central, que a principios de mes se calculaba en 105,000 toneladas y que, según medios locales, aumenta a un ritmo de 500 toneladas al día.
Desde que se desató la crisis y hasta finales de mayo, habían entrado en las instalaciones de Fukushima cerca de 7,800 operarios que luchan por controlar los reactores 1, 2 y 3.
El sábado se cumplen tres meses desde el terremoto y el tsunami del 11 de marzo , que además de dejar más de 23,000 muertos y desaparecidos, y daños millonarios, desataron la crisis nuclear más grave desde la de Chernóbil, hace 25 años.