La muerte de Mohammed en Somalia priva a Al-Qaeda de una figura líder
La medianoche del martes pasado, dos hombres viajaban en un todoterreno negro a través de la capital somalí de Mogadishu. Uno de ellos era Fazul Abdullah Mohammed, el terrorista más buscado de África.
Mohammed había sobrevivido prófugo por más de una década, al menos un atentado en su contra, y 5 millones de dólares por su cabeza por la planeación de los ataques a las embajadas de estadounidenses en Nairobi, Kenia y Dar es Salaam, Tanzania.
Pero se le acabó su suerte en el caos de Mogadishu, en el frente de batalla entre el gobierno de transición débil y el afiliado a Al-Qaeda, al-Shabaab. Su vehículo se dirigía al punto de revisión del gobierno, posiblemente luego de equivocarse de dirección. De acuerdo con varias versiones, intentó acelerar en ese momento, lo cual provocó disparos de la policía.
Mohammed fue asesinado, pero las fuerzas de seguridad somalí no tenían idea de quién era. No fue hasta que descubrieron sus teléfonos celulares, un pasaporte sudafricano, una cantidad significativa de dinero y una laptop cuando se dieron cuenta que era alguien importante. Así que su cuerpo, que de inmediato fue enterrado, fue exhumado de acuerdo con oficiales militares somalíes. Tomaron una muestra de ADN de su esposa y sus hijos hace algunos años.
El otro hombre en el vehículo pudo ser una figura importante de al-Shabaab de nombre Musa Dheere, de acuerdo con oficiales kenianos. Los oficiales somalíes no han hecho pública la identidad del segundo hombre.
La muerte de Mohammed significa que en las últimas seis semanas, tres de las figuras más importantes de Al-Qaeda murieron, los otros son Osama bin Laden y Ilyas Kashmiri en Pakistán.
En cuanto a operaciones, Mohammed era una de ellas figuras más efectivas de Al-Qaeda: un fabricante de bombas con distintos alias, pasaportes múltiples y disfraces que le permitieron moverse dentro y fuera de Somalia. El pasaporte falso encontrado en el vehículo tenía una estampa de una salida reciente de Sudáfrica, de acuerdo con oficiales somalíes.
Él es responsable del incremento en la letalidad de los ataques de al-Shabaab, usando un influjo de combatientes extranjeros y ataques suicidas. Varios cientos de yihadistas extranjeros (de Kenia, Sudán, Europa, Norte América, Iraq y Paquistán) han hecho de al-Shabaab un grupo más efectivo. Varios yihadistas extranjeros llegaron de Estados Unidos, al menos dos (uno de Minneapolis y otro de Seattle) llevaron ataques suicidas. Mohammed también tuvo la reputación de desarrollar alianzas con Al-Qaeda en la Península Arábiga, con base en Yemen a través del Mar Rojo.
"Fazul Mohammed definitivamente era uno de los miembros clave de la vieja guardia de Al-Qaeda ", dijo Candyce Kelshall del Centro de Estudios de Seguridad e Inteligencia de la Universidad de Buckingham en Inglaterra. Esa estructura "ahora está fragmentada y astillada en operaciones en la red que no están tan vinculadas por asociación alrededor del mundo", dijo.
"Las muertes de Mohammed y Musa Dherre definitivamente han quitado la mitad más importante de los expertos en explosivos de Al-Qaeda en la región", dijo Kelshall.
Los oficiales de Uganda sospechan que Mohammed, quien probablemente estaba a finales de sus 30, recomendó el bombardeo de dos bares en Kampala el año pasado en donde 79 personas murieron. Al-Shabaab atacó Uganda porque tenía tropas en Mogadishu como parte de la fuerza africana (AMISOM) que protegía al gobierno de transición. Los soldados de Uganda ayudaron al gobierno a proteger a los ministros y el palacio presidencial.
Irónicamente, los ataques en Kampala pudieron contribuir indirectamente a la muerte de Mohammed. Esto llevó a Uganda a meter más fuerza en Mogadishu. Y una ofensiva por tropas somalíes, apoyado en las armas de AMISOM, han empujado a al-Shabaab a varios distritos de la capital, por ahora. Mohammed parecía desconocer los nuevos frentes de guerra.
Estados Unidos ha tenido algo de éxito en encontrar a militantes de Al-Qaeda en Somalia, como cuando fuerzas especiales mataron a Saleh Ali Abhan hace dos años. Nabhan estaba involucrado en ataques simultáneos en contra de turistas israelíes en Kenia en 2002, que involucro un ataque suicida en un hotel en Mombasa y un intento de derribar una aeronave israelí con un misil SAM-7.
Lo más cerca que ha estado Estados Unidos de matar a Mohammed parece que fue en un ataque en 2007 en una ciudad costera cerca de la frontera de Kenia. Pudo escapar, pero murieron muchos civiles.
Pero reunir inteligencia útil en un país tan grande y anárquico como Somalia es un esfuerzo constante. Y el gobierno de transición invariablemente está preocupado por la lucha de poder entre clanes que en enfrentar a al-Shabaab. En días recientes, una confrontación entre el presidente y el primer ministro ha resultado en muertes con protestas en la calle.
La semana pasada, el jefe de la CIA, Leon Panett, le dijo al Comité de Relaciones Exteriores del senado estadounidense que "la amenaza de al-Shabaab a EU y los intereses de Occidente en el Cuerno de África y el territorio estadounidense es importante y cobra fuerza. Mientras que al-Shabaab enfrenta un incremento de presión del ámbito internacional, podríamos ver un aumento en sus ataques internacionales".
La muerte de Mohammed podría privar a Shabaab de algo de su alcance internacional. Su habilidad de moverse dentro y furia de Somalia fue importante para las ambiciones del grupo de dispersar la yihad a través del este africano.
Pero al-Shabaab está bien asentado en el centro y sur de Somalia, en donde por unos cuantos dólares reclutas a hombres jóvenes sin esperanza de conseguir trabajo. De acuerdo con fuentes de inteligencia, las ganancias de al Shabaab, ya con impuestos en los puertos como Kismayu, obtienen dinero de la diáspora somalí y posiblemente un tributo de secuestros de piratas.
Kelshall dice que al-Shabaab "está maduro, sus jóvenes líderes tácticos posiblemente sean más potente, más afines a la tecnología y políticamente astutos que cualquier otra red".
Y al-Shabaab no parece haberse tambaleado luego de la muerte de Mohammed. Dos días después de su asesinato, el ministro del interior de Somalia fue asesinado en su casa por una suicida. Al-Shabaab de inmediato se adjudicó el ataque.