La política acapara la visita relámpago de Barack Obama a Puerto Rico
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realizó este martes un viaje presidencial de apenas cinco horas a Puerto Rico. La visita había despertado el interés por tratarse de la primera de un mandatario estadounidense en medio siglo.
Aproximadamente cuatro millones de residentes de la isla caribeña son ciudadanos estadounidenses, pero no pueden votar en las elecciones presidenciales, mientras que cinco millones de puertorriqueños que viven en Estados Unidos sí tienen derecho al voto, y Obama necesita apoyo en los que hasta ahora ha sido una circunscripción demócrata.
Un flujo importante de puertorriqueños se ha traslado en años recientes a Florida, un estado clave en la campaña de Obama por la reelección. Otros estados con comunidades importantes de puertorriqueños son Nueva York y Connecticut.
El alto nivel de desempleo y de crímenes en Puerto Rico, así como el continuo debate sobre la posible independencia de Estados Unidos, añade incertidumbre al apoyo político que podría otorgarle la isla a Obama.
El viaje de Obama a Puerto Rico es la primera visita oficial de un presidente en 50 años y muestra "la importancia que tiene el voto hispano en la campaña por la reelección", de acuerdo con el analista político, Ángel Rosa.
Los puertorriqueños en Florida han impulsado el crecimiento de la población hispana en Orlando y otras regiones centrales, de acuerdo con Rosa.
Sin contar a Gerald Ford, que viajó a Puerto Rico en 1976 para atender a una reunión de carácter económico, la última visita presidencial ocurrió en 1961 con John F. Kennedy.
En un breve discurso, Obama mencionó el viaje de Kennedy, haciendo énfasis en que ese fue la última vez que un presidente estadounidense le habló al pueblo de Puerto Rico. En ese entonces, Kennedy habló de la necesidad de mejoras educativas y ahora, Barack Obama dijo que su gobierno desea ayudar a los puertorriqueños a construir su futuro.
Obama citó las muchas contribuciones que hace Puerto Rico a Estados Unidos, incluyendo aquellos que sirven en el Ejército, miembros del espectáculo como Marc Anthony, que se encontraba entre la multitud; y el jugador de baloncesto, J.J. Barea, que recientemente ayudó a los Mavericks de Dallas a ganar el campeonato de la NBA.
Tras su llegada, Obama visitó La Fortaleza, la mansión ejecutiva más antigua del hemisferio. También hizo una parada fuera de agenda en un restaurante local, donde ordenó una medianoche, un sandwich de jamón, puerco, queso suizo, pepinillo y mostaza en un pan suave.
Para muchos puertorriqueños, el viaje fue muy corto como para tener un significado mayor.
"Es una visita de relaciones públicas. Lo digo como demócrata. La visita no me satisface"; dijo el senador Cirilo Tirado, del partido demócrata de la isla.
Luis Guillermo Febus, un empleado público, dijo que la visita de Obama fue muy veloz. "Parece que no habrá tiempo para hablar de temas serios y de los problemas que vive este país".