Operación 'Rápido y Furioso' fue una "falla colosal", dice agente de EU
Tres agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) testificaron este miércoles ante el Congreso que la estrategia de la agencia para vincular a compradores de armas en Estados Unidos con cárteles de la droga en México era defectuosa y no debió permitirse.
La operación Rápido y Furioso , como se le conoce, fue “una falla colosal de liderazgo”, afirmó Peter Forcelli, un supervisor de la oficina de la ATF en Phoenix.
El objetivo de la comparecencia ante el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental fue precisar quién autorizó la estrategia y quién sabía sobre el asunto , según el representante republicano por California, Darrell Issa.
En un reporte dado a conocer este martes, Issa y el senador republicano por Iowa, Charles Grassley, describieron la estrategia como “una técnica investigativa temeraria”.
La operación se enfocó a seguir a compradores al menudeo, o personas que legalmente compraron armas y que fueron transferidas a criminales y destinadas a México. En vez de interceptar las armas cuando cambiaron de manos, la operación Rápido y Furioso pidió a los agentes que dejaran entrar las armas a México, según el reporte.
La idea consistía en que una vez que las armas entraran a México, fueran rastreadas a los compradores, para arrestar a la red completa de traficantes. Sin embargo, el reporte argumenta que permitir que las armas llegaran a manos equivocadas fue un error de cálculo mortal que resultó en muertes prevenibles, como la del agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry.
Terry murió el año pasado en la frontera entre México y Arizona luego de que se confrontó con un grupo de hombres, presuntos traficantes de personas. Las dos armas encontradas cerca de la escena del crimen provenían del programa.
“Me quedé pasmada. No lo podía creer al principio”, afirmó la madre de Terry, Josephine, cuando se enteró de que la relación entre la ATF y las armas utilizadas en el ataque.
El Asistente del Fiscal General, Ronald Welch, ha dicho que las acusaciones contra la ATF de que permitió el tráfico ilegal de armas a México son falsas.
Al hablar ante el comité, Grassley dijo que la operación comenzó con la suposición equivocada de que existía una red de tráfico de armas grande.
Los supervisores de la ATF en Phoenix, donde estaba basado el proyecto, desestimaron las preocupaciones de varios agentes sobre dejar a las armas cruzar la frontera, según el agente especial, Lee Casa.
“En varias ocasiones, personalmente pedí interceptar o asegurar armas en una manera que pudo iniciar una investigación más profunda, pero siempre me ordenaban que me mantuviera al margen”, afirmó.
La agencia falló en mantener a las armas lejos de manos de los criminales, afirmó por su parte el agente especial, John Dodson.
Dodson testificó que aunque con la evidencia que él tenía estaba convencido de que los compradores traspasaban las armas a los cárteles, la agencia no realizó mayor vigilancia.
“Sólo días después de la compra de las armas, éstas comenzaron a aparecer en escenas de crímenes en Estados Unidos y México, pero no hicimos nada”, afirmó.
Forcelli criticó a la oficina del fiscal en Arizona por no iniciar investigaciones sobre casos de tráfico de armas.
“A pesar de la existencia de una causa probable en varios casos, nadie fue acusado o indiciado y a los criminales se les permitió caminar libremente”, afirmó.
La familia del agente de la Border Patrol muerto quiere que todos los involucrados en el asesinado, y que ayudaron a surtir las armas a criminales enfrenten la justicia.
“Pedimos que si un funcionario del gobierno tomó una mala decisión, debe admitir el error y tomar responsabilidad de sus actos”, afirmó Robert Heyer, primo de Terry y vocero de la familia.