Barack Obama y John Boehner liman asperezas con un juego de golf
Una partida de golf amistosa entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el líder republicano John Boehner generó grandes expectativas, dado que cualquier evento que permita una atmósfera política positiva podría impulsar un acuerdo de deuda en el Congreso.
Obama y Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, comenzaron su primera partida de golf el sábado por la mañana bajo un cielo soleado en la base militar Andrews, en Maryland.
Ambos mantienen una respetuosa relación de trabajo, pero con falta de comunicación personal, lo que refleja las profundas diferencias entre sus respectivos partidos por los presupuestos y préstamos que generaron temor en los mercados ante un posible default de Estados Unidos .
Asesores dijeron que el encuentro era una posibilidad para conocerse mejor y posiblemente para armar un escenario en el que demócratas y republicanos puedan llegar a un acuerdo sobre el límite de deuda de 14.3 billones de dólares.
"Esta es una oportunidad que me parece tiene valor más allá del juego", dijo el viernes el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney.
"Puede acercarnos al tipo de compromiso que necesitamos para hacer las cosas que el pueblo estadounidense espera que hagamos. Si unas horas en un campo de golf ayudan a ese proceso, creo que vale la pena hacerlo", agregó.
Sin un acuerdo que permita al país generar mayor deuda, el Departamento del Tesoro advirtió al gobierno que comenzaría a llevar adelante una omisión de pagos el dos de agosto.
El portavoz de Boehner, Brendan Buck, sugirió que la deuda y el déficit probablemente se discutirían en el campo de juego, pero aclaró que las decisiones duras sobre recortes serían dejadas en manos de los legisladores.
"Imagino que pueden charlar sobre algunos temas políticos, pero trataría de separar esta partida de golf de cualquier tipo de sesión seria de negociación", sostuvo Buck.
"Es principalmente una oportunidad de tener un encuentro social y jugar un poco de golf", añadió.
Los presidentes estadounidenses han jugado al golf con amigos y adversarios durante años. Lyndon Johnson sumó votos al realizar el Acto de Derechos Civiles de 1965 en un campo de golf, mientras que Bill Clinton utilizó a menudo el deporte para negociar con aliados y opositores.
No obstante, Obama, quien ha jugado más de 60 partidas de golf desde que llegó a la presidencia, raramente usa el deporte como recurso político y ha preferido jugar con amigos.
Se prevé que Obama y Boehner eventualmente llegarán a un acuerdo, pese al abismo que existe entre sus partidos sobre cómo manejar los ahorros presupuestarios que brindarían a los legisladores cobertura política para subir el techo de deuda.