Berlusconi comparece ante un tribunal de Milán por un caso de corrupción
El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, acudió ante el Tribunal de Milán para declarar sobre las acusaciones de corrupción en su contra, donde a diferencia de otras ocasiones, no había seguidores ni detractores que le esperaran.
En las afueras del tribunal solo había decenas periodistas y fotógrafos. Berlusconi no hizo declaraciones ni antes de entrar a los tribunales ni después de salir.
Adentro, los jueces rechazaron el pedido de la defensa del primer ministro de considerar al empresario Diego Attanasio, un testigo clave en el llamado "proceso Mills", lo que significa que éste se vio obligado a responder a las preguntas de la fiscalía y la defensa.
La fiscalía acusa al Attanasio de pagar 600,000 dólares al abogado inglés David Mills a nombre de Berlusconi en la década de los 90 para que no declarara contra el primer ministro en dos juicios anteriores, en los que fue convocado como testigo. Attanasio negó la acusación este sábado.
Mills era consultor en el extranjero de Fininvest, una empresa de Berlusconi, y también tenía como cliente a Attanasio.
Attanasio asegura que en varias ocasiones firmó documentos en blanco porque Mills le dijo que era necesario para poder manejar su dinero.
La próxima audiencia del juicio será el 18 de julio, debido a que la petición de colaboración judicial para interrogar a los testigos ingleses estarán listas hasta entonces.
El fiscal Fabio De Pasquale afirma que los abogados de Berlusconi están haciendo lo posible por alargar el juicio. Una ley impulsada por el primer ministro hace que el delito del que es acusado prescriba el próximo 12 de enero, por lo que los jueces probablemente no tendrán tiempo de dictar sentencia.
El primer ministro enfrenta otro juicio por sostener relaciones sexuales con una menor de edad , y uno más evasión de impuestos en la compra de derechos de televisión de películas por parte de una de sus empresas. Él niega los cargos en su contra .
Berlusconi acaba de enfrentar dos derrotas electorales. En la primera, su partido, Pueblo de la Libertad (PDL) perdió la alcaldía de Milán y Nápoles a finales de mayo. En la segunda, los electores italianos ignoraron un llamado de Berlusconi a la abstención y acudieron a las urnas para participar en un plebiscito que ponía a consideración leyes propuestas por el primer ministro.