La autora francesa que acusa a Strauss-Kahn sabe que puede 'ser destruida'
Tristane Banon, la escritora y periodista francesa que este martes presentará una denuncia por intento de violación en contra de Dominique Strauss-Kahn , "espera ser destruida", pero debe encontrar la fuerza dentro de sí misma para decir "debo hacer esto y lo voy a llevar a cabo", dijo este martes su madre, Anne Mansouret.
Política socialista y miembro del parlamento francés, Mansouret ha estado al tanto de la experiencia sufrida por su hija en 2001, cuando tenía sólo 22 años y era una incipiente periodista.
En mayo pasado, Mansouret dijo a CNN que ella sugirió a su hija que no denunciara a Strauss-Kahn para evitar dañar su carrera y ser reconocida como una más de las víctimas del político ex director del Fondo Monetario Internacional.
Mansouret dijo el martes a BFM, afiliada de CNN, que antes no se había dado cuenta de lo mucho que su hija se vio afectada por el presunto incidente.
"En ese momento, nunca pensé que la había traumatizado a tal punto", dijo.
Consideró que su hija puede y debe "encontrar el instinto combativo que se necesita para soportar el choque" que viene.
Strauss-Kahn, nunca fue acusado con relación al presunto ataque a Banon. Pero a la luz de los cargos contra Strauss-Kahn, después del incidente en el hotel Sofitel en Nueva York , el abogado de Banon, David Koubbi, dijo que estaban considerando presentar una queja.
Koubbi dijo que los casos no estaban conectados.
El lunes, el abogado de Banon hizo pública su intención de demandar penalmente a Strauss Kahn por los hechos ocurridos hace 10 años.
Los defensores del ex director del Fondo Monetario Internacional anunciaron poco después un contraataque a Banon por "falsedad de declaraciones" y calumnias.
Apenas el viernes, Strauss-Kahn fue liberado bajo palabra de su arresto domiciliario luego de problemas de credibilidad de la camarista que lo acusó en mayo de que la había atacado sexualmente en el hotel Sofitel, de Nueva York, donde se encontraba hospedado.
El caso que se persigue en Nueva York cambió drásticamente, pero los fiscales afirmaron que “no se cierra”.