Wendi Deng Murdoch, la 'protectora' del magnate de los medios
Es el golpe que se ha escuchado en todo el mundo: Wendi Deng Murdoch poniéndose en medio de su esposo, Rupert Murdoch , y el manifestante armado con un pastel de crema de afeitar.
Deng, de 43 años, ya se había hecho notar con su traje rosa, con su apariencia dura y sentada detrás de su millonario esposo . Pero fue su embestida al agresor de Murdoch lo que encendió Twitter.
De repente, ya no era Wendy la “cazafortunas” –como algunos la llamaban– que atrapó al dueño de News Corp., ahora la llaman “Wendi agachada: dragón escondido” (en alusión a la película Crouching Tiger, Hidden Dragon).
Microblogs chinos han ido más allá: un golpe para Wendy, un knockout para el orgullo de las mujeres asiáticas.
“Entre más fuerte pegaba, más nos percatábamos de lo ansiosa que estaba por defender a su esposo… Sigue siendo una mujer que suspira por amor”, escribió MissWccc.
Otro microbloguero, Yan Yu Qing Liu, escribió: “La gente está empezando a ver a la cazafortunas de manera distinta… Wendi Deng ha redefinido a la Tigresa Madre”.
Sin embargo, hay quienes no pueden olvidar cómo esta joven china conquistó al poderoso magnate de los medios.
“Si Murdoch fuera tan sólo un viejo pobre, se quedaría Wendi Deng con él para tener hijos… Todo lo que hay entre ellos es dinero”, escribió un microbloguero.
En las calles de Beijing los residentes le dan a la señora Murdoch el beneficio de la duad. “Yo pensaba que Deng sólo amaba el dinero de Murdoch. Pero su reacción de el martes fue tan rápida, como instintiva… ¡Esto puede significar amor verdadero!”, comentó una joven china.
Otra comentó: “Admiro su valentía. Ella hizo esto por su deber y responsabilidad como esposa. Lo hizo muy bien”.
¿Pero quién es Deng?
Ella causó revuelo por primera vez cuando se casó con Murdoch en 1999, poco tiempo después de que se divorciara de su esposa de más de 30 año, Anna Tory Murdoch Mann. Desde entonces, la pareja ha tenido dos hijas, Chloe y Grace, las más pequeñas de los seis hijos de Murdoch.
Según las propias palabras de Rupert Murdoch, de 80, durante una entrevista que ofreció junto a su esposa al programa “Dialogue” de CCTV el mes pasado, ambos se conocieron en una fiesta poco tiempo después de que ella se graduara de un MBA en Yale y fuera a trabajar como becaria a Hong Kong a la Star Television, un servicio satelital de televisión que él compró en 1993.
En ese entonces, las filiales de News Corp. incluían al Sunday Times, The Australian, News International, The New York Post, The Times of London, 20th Century Fox y Fox Broadcasting. (Su adquisición del equipo de beisbol los Dodgers de Los Ángeles coincidiría con su época de noviazgo).
Murdoch comentó que siendo originaria de China, Deng fungió como su intérprete durante una gira en ese continente. En la entrevista, también recordó los días en que buscaba conquistar a Wendi –una mujer que tiene casi la mitad de su edad– y sus esfuerzos por lograr que se casara con él.
“Me enamoré de ella y le pregunté. Me dijo que no y me tomó mucho tiempo convencerla”, afirmó.
Se casaron cuando él finalizó los trámites de divorcio de su segunda esposa.
Ha sido un largo camino para Deng. Ha destacado que creció en un pequeño pueblo de China (“muy, muy pobre”), hija de un ingeniero de fábrica.
Su matrimonio con Murdoch no fue su primero. Anteriormente estaba casada con un hombre, quien le financió una visa de estudiante en Estados Unidos a finales de los ochentas. Eventualmente, ella consiguió su tarjeta de residente para quedarse de manera permanente en Estados Unidos. Su primer matrimonio duró poco tiempo.
No se sabe mucho de Deng. Tiene un asiento en la junta de asesores de la Escuela de Administración de Yale, su antigua universidad. Está registrada como cofundadora de Big Feet Productions y es coproductora (junto con Florence Sloan, amiga y esposa del ex CEO de MGM Harry Loan) de Snow Flower and the Secret Fan, una película reciente dirigida por Wayne Wang.
Pero a Wendi se le conoce hoy día como la esposa de Rupert Murdoch.
Y como pudo comprobar el agresor del pastel, nada se interpone entre la amiga golpeadora y su esposo.