Noruega: "Mamá, no te preocupes... pero hay un hombre armado aquí"
Poco después de la explosión en el centro de Oslo que provocó la muerte de ocho personas, Marianne Bremnes rastreó el destino de amigos y familiares que pudieran haber estado cerca. Todos estaban a salvo.
Ella, su esposo y uno de sus mellizos de 16 años de edad se encontraban en su cabaña de verano en la ciudad norteña de Bremnes. Llamó a su otra hija, Julie, para contarle la noticia.
La otra melliza estaba en su tercer día, de una visita planeada de cinco días, a un campamento del Partido Laborista en la isla de Utoya , ubicado a unos 1,000 kilómetros (620 millas) al sur, cerca de Oslo.
"Le dijimos: 'Todo el mundo que conocemos en Oslo está bien, y tú puedes relajarte y divertirte en el campamento", dijo Bremnes.
A pesar de que no habían hablado desde el martes, cuando Julie había llegado a la isla, Bremnes estaba convencida de que su hija se estaba divirtiendo.
"Cuando no sé nada de ella significa que lo está pasando maravillosamente", dijo la administradora de arte de 46 años de edad. "No había tenido noticias de ella, así que sabía que se la estaba pasando bien en el campamento".
Pero media hora más tarde, su hija la llamó.
"'Mamá, no te preocupes", me dijo, "pero hay un hombre armado suelto aquí, disparando a su alrededor, así que debes llamar a la policía porque lo he intentado y no puedo llegar a ellos".
Bremnes relató que su hija le dijo que ella y un grupo de jóvenes de su región natal de Troms se encontraban en una reunión en el campamento para discutir las explosiones de Oslo, cuando el terror golpeó en la forma de un hombre vestido de policía.
"Estaban a punto de terminar la reunión, cuando vieron a este policía caminando por la calle", le contó su hija. "Ellos pensaron que iba a venir para hablar de la explosión de una bomba en Oslo. De repente, se dio vuelta y empezó a disparar. Luego, corrieron por sus vidas".
Julie y otros cuatro compañeros alcanzaron el agua en un par de minutos y se metieron detrás de una roca, soportando el frío, donde encontraron un escondite en la tierra, debajo de una saliente.
Desde poco antes de las 18:00 horas y durante las dos horas siguientes hubo un intercambio de mensajes de texto entre madre e hija; un vínculo fundamental entre ellas y una ventana al terror que se había apoderado de la isla, donde el atacante mató al menos a 68 personas.
Bremnes proporcionó los textos escritos en noruego a CNN:
Julie: Mamá, dile a la policía que debe apresurarse. ¡La gente está muriendo aquí!
Madre: Estoy trabajando en ello, Julie. La policía está en camino. ¿Puedes llamarme?
Julie: No.
Julie: Dile a la policía que hay un loco corriendo y disparando a la gente.
Julie: ¡Tienen que apurarse!
Madre: La policía sabe y ha tenido muchas llamadas. Todo va bien, Julie. La policía nos está llamando. Danos por favor una señal de vida cada cinco minutos
Julie: OK.
Julie: Tememos por nuestras vidas.
Madre: Entiendo muy bien, mi amor. Permanece oculta, ¡no te muevas a ningún lugar!. La policía está ya en camino, si no han llegado ya. ¿Ves a alguien herido o muerto?
Julie: Estamos escondidos en las rocas a lo largo de la costa.
Madre: ¡Bien! ¿Debo pedirle a tu abuelo bajar y pasar por ustedes cuando todo esté a salvo de nuevo? Tú tienes la opción.
Julie: Así es.
Madre: Contactaremos inmediatamente a tu abuelo.
Julie: Te amo, incluso si todavía me porto mal de vez en cuando. Y no estoy entrando en pánico, aunque sí estoy muy asustada
Madre: Lo sé, cariño. Nosotros también te queremos mucho. ¿Todavía se escuchan disparos?
Julie: No.
Madre: ¿Has oído algo de las otras personas de Troms? El abuelo está en camino.
Julie: La policía está aquí.
Madre: La persona que disparó llevaba uniforme de policía. ¡Ten cuidado! ¿Qué te pasa ahora?
Julie: No sabemos.
Madre: ¿Puedes hablar ahora?
Julie: No. ¡Él todavía está disparando!
Madre: Joergen ha nadado hasta la orilla. Acabo de hablar con su padre. Esto está en todas partes en las noticias nacionales, ahora, toda la atención en Utoya ahora. ¡Ten cuidado! Cuando tengas la oportunidad, llega a la parte continental y quédate con el abuelo de Hamar.
Julie: Todavía estoy viva.
Madre: Y gracias y alabanzas por eso.
Julie: Estamos a la espera de que venga la policía por nostros. Oímos disparos ahora, así que no nos atrevemos a levantarnos.
Madre: ¡Bien! Bueno, bien hecho. La evacuación está en curso, dicen en la televisión.
Julie: Esperamos que alguien nos rescate pronto. ¿No pueden detenerlo ya?!
Madre: La unidad antiterrorismo está ahí y están trabajando para capturarlo.
Julie: OK.
Madre: ¿Hay que tratar de conseguir el vuelo a casa mañana?
Julie: No tengo tiempo para pensar en eso ahora.
Madre: Entiendo.
Julie: ¿Sabes si ya lograron atraparlo?
Madre: Te mantendremos informada, mi amor. Estamos siguiendo todo en la televisión.
Madre: Oye, ¿estás ahí?
Julie: Así es. Los helicópteros están dando vueltas por encima de nosotros.
Madre: ¿Entonces estás bien?
Julie: Están buscando gente en el agua, ¡todavía no nos rescatan! ¿Qué están diciendo en las noticias?
Madre: La policía también está llegando en barco a Utoya, además de eso, nada nuevo. No está claro lo que pasó con el tirador, así que permanece quieta. Espera a que alguien te recoja.
Madre: ¡Ahora se lo llevaron!
Bremnes dijo que en su momento no comprendió la gravedad de lo que ocurría.
"No hubo noticias sobre este tema en la radio o la televisión, así que realmente no sabía lo que estaba pasando", mencionó. "Al principio, pensé que era un hombre con una pistola de juguete o algo así, y entonces me di cuenta de que esto era de verdad. Y me preocupé mucho cuando ella me envió un mensaje: 'Mamá y papá, los quiero aunque a veces tengo problemas con ustedes'. Entonces me di cuenta que tenía una especie de pánico por morir, que tenía miedo por su vida".
Tales expresiones de devoción son inusuales en su hija, contó Bremnes. "A veces nos dice algo así, pero no con mensajes de texto. No es como en Estados Unidos, donde son inteligentes al decir que se aman. Pero en Noruega es algo que no hacemos normalmente".
Los eventos del viernes, sin embargo, la han persuadido para tratar de cambiar, mencionó la escandinava. "Debemos hacerlo más".
La familia se reunió la noche del sábado en la norteña ciudad de Troms, a donde Julie había volado con otros jóvenes de su región.
Bremnes dijo que ella no puede recordar exactamente lo que habló cuando se reunieron. "Creo que fue algo así como: 'Te amo, querida', o algo por el estilo. Las dos lloramos mucho cuando nos reunimos. Todos lloramos, los cuatro lloramos cuando nos reunimos".
Sus lágrimas no sólo fueron por la buena fortuna de Julie. Entre los que no regresaron la noche del sábado se encontraban cinco de los mejores amigos de la joven.
Bremnes contó que su alegría por el retorno seguro de su hija se tiñe de tristeza.
"Me permití sentirme feliz aunque también lloré por los que no volvieron con vida de la isla. Así que estoy orgullosa de ella, ella es una chica dura. Una chica fuerte. Y ahora ella está de luto por ellos, los amigos cercanos, que murieron".
El orgullo de la madre por su hija se extiende a sus compatriotas.
"Hemos tenido una reacción saludable a esta tragedia", dijo, haciendo referencia a las manifestaciones masivas del lunes, en todo el país.
"Salimos a las calles y marchamos, tuvimos un buen momento para demostrarnos a nosotros y al mundo que queremos democracia, amor, una sociedad solidaria, y este loco —porque eso es lo que es— este loco no tiene permitido destruir nuestra sociedad. Y si trata de destruirla, entonces sucedió lo contrario. Somos más fuertes juntos de lo que nunca fuimos. Tenemos que ver lo bueno en esto, y el amor es algo bueno que surgió de esta situación".
Julie tiene previsto volver este otoño a la isla, y su madre dijo que la dejará ir. "Sí, por supuesto que lo haré. Por supuesto que sí. Creo que esa es la única cosa que se puede hacer, lo que hay que hacer".