Los republicanos y demócratas deciden este lunes qué hacer con la deuda
El acuerdo anunciado por el presidente de Estados Unidos , Barack Obama, que aún requiere la aprobación del Congreso, trajo un alivio inmediato a los mercados mundiales que observan de cerca la situación de una nación llena de ira y frustración por la disputa político-partidista que amenazaba con dañar aún más a una economía que se encuentra todavía en recuperación.
Dos días antes de la fecha límite, el presidente estadounidense y los líderes del Congreso llegaron a un acuerdo para que se amplíe el techo de la deuda federal y garantizar con ello la reducción del déficit y el cumplimiento del gobierno en diversos pagos.
Sin embargo, no hay garantía de que el plan gane suficiente apoyo para ser aprobado en ambas cámaras del Congreso.
"Todavía hay algunos votos muy importante que deben adoptar los miembros del Congreso, pero quiero anunciar que los líderes de ambos partidos en ambas cámaras han llegado a un acuerdo que reducirá el déficit y evitará el cese de pagos", dijo Barack Obama.
El acuerdo deberá ser aprobado ahora por ambas fracciones del Senado, que reanudará su sesión este lunes por la mañana. Se espera que la votación se dé por la tarde y en la Cámara de Representantes entrada ya la noche de este mismo día.
Por ley, Estados Unidos limita el monto total de la deuda que el gobierno puede adquirir con el fin de cumplir con sus pagos. Hasta el momento el endeudamiento estadounidense es de 14.3 billones de dólares, cantidad que debe ser aumentada para este martes, de no hacerlo así, el país podría dejar de pagar a sus acreedores.
Información de la Casa Blanca señala que el acuerdo propuesto incluye la reducción del gasto público en 2.4 billones de dólares en más de 10 años, mientras que se autoriza un aumento en el tope de la deuda federal por una cantidad menor, para permitir que el gobierno pague sus deudas hasta el año 2012.
El acuerdo incluye un proceso de dos etapas.
En la primera etapa, se incluyen recortes de 917,000 millones de dólares en gastos, así como un aumento de 900,000 millones en el techo de la deuda.
Debido a la cercanía del día martes, Obama tendría la autoridad inmediata para elevar el techo de la deuda por 400 millones de dólares, que se prolongará hasta septiembre, según el documento de la Casa Blanca. Para los otros 500,000 millones de dólares de deuda de la primera etapa el Congreso tendría que votar la resolución.
En la segunda etapa, una comisión especial conjunta del Congreso recomendará nuevas medidas de reducción del déficit total por 1.5 billones de dólares o más para finales de noviembre, con la obligación de votar sobre las propuestas a finales de año.
Si las recomendaciones son promulgadas, Obama autorizaría el aumento del límite de endeudamiento por 1.5 billones de dólares, siempre y cuando la reducción del déficit sea superior a esa cantidad.
Trágicas consecuencias
El Congreso estadounidense debe elevar el techo de deuda para evitar que el país caiga en cese de pagos, lo que podría ahuyentar a los inversores, provocar un alza de tasas de interés, un desplome en los precios de las acciones y pondría al país en riesgo de otra recesión.
Sin un aumento en el límite de la deuda, el gobierno federal no será capaz de pagar todas sus cuentas en agosto. El presidente Barack Obama ha señalado recientemente que no puede garantizar que los cheques del Seguro Social sean enviados a tiempo por correo.
El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen, dijo este domingo durante una visita sorpresa a Afganistán que no sabe si los soldados seguirán recibiendo sus cheques si no se llega a un acuerdo sobre el límite de la deuda.
"Ciertamente espero que se resuelva", dijo Mullen a periodistas.
El militar de más alto rango de Estados Unidos comentó que los soldados recientemente le habían preguntado por la crisis. "Aquí estamos, al otro lado del mundo, peleando las guerras de nuestro país, y tengo que preocuparme por mi cheque", le dijeron.
A nivel mundial, las consecuencias de no alcanzar un acuerdo no serían menos graves.
El 10 de julio de 2011, la nueva directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advirtió de "consecuencias realmente horribles" si Washington no aumenta su límite de endeudamiento.
Lagarde indicó que dejar sin cambio el tope de deuda haría que aumenten las tasas de interés y caigan los mercados de valores, y alertó que dejar sin cambio el tope de deuda pondría en peligro la meta del organismo financiero: preservar la estabilidad de la economía mundial.
China, por su parte, presionó a Washington para que adopte políticas responsables que protejan los intereses de los inversionistas. El país oriental es el mayor acreedor de deuda estadounidense