Saif al-Islam Gadhafi, de defensor de derechos humanos a líder de guerra
En febrero pasado, Saif al-Islam Gadhafi –el segundo hijo del líder libio Moammar Gadhafi- dijo a CNN Turk que su familia no tenía ninguna intención de abandonar Libia.
“Tenemos el plan A, plan B, plan C. El A es vivir y morir en Libia. El plan B es vivir y morir en Libia. El plan C es vivir y morir en Libia”, sentenció.
¿Qué tan rápido las cosas pueden cambiar?
El domingo, mientras los rebeldes continuaban su avance en Trípoli , que amenaza con poner fin a cuatro décadas del gobierno de Gadhafi, Saif fue capturado por las fuerzas de la oposición. Él tenía un cargo de alto nivel en el gobierno momentos antes de ser capturado.
Saif, junto a su padre, era buscado por la Corte Penal Internacional, que emitió órdenes de arresto en junio por cargos de crímenes contra la humanidad. La CPI tiene programado conversaciones con los rebeldes este lunes para negociar la transferencia y así tener su custodia, dijo a CNN el fiscal en jefe, Luis Moreno Ocampo.
Saif, de 39 años, nunca ha vivido un día sin estar bajo el gobierno de su padre, quien es un líder indiscutible en Libia y una voz enigmática y polémica para el mundo.
Un líder reformador dentro del gobierno libio, Saif se convirtió en uno de los defensores más visibles para el régimen. Se dirigió a la nación durante los disturbios y detalló el plan para hacerles frente.
En algún momento en el levantamiento, fuentes cercanas a Gadhafi dijeron a CNN que cualquier transición en Libia tendría que involucrar a su hijo Saif, quien fue visto por mucho tiempo como un posible sucesor de su padre . Él negó haber tenido algún deseo de gobernar.
Saif hizo siempre llamados para combatir la “última bala”.
El apoyo a su padre, si no del todo inesperado, sorprendió a algunos que lo habían visto antes con una ideología distinta al líder libio.
Mientras que Moammar Gadhafi hacía todo lo posible para destruir ideologías “importadas”, ya sean orientales u occidentales, su hijo hablaba con fluidez el inglés, y obtuvo un doctorado en la Escuela de Economía de Londres, escribió un editorial para el diario The New York Times, y se desempeñó como uno de los principales mediadores entre las conversaciones con funcionarios internacionales.
Moammar Gadhafi rara vez se presentaba en algún lugar sin su beduina y con su traje tribal. Saif viajaba con vestimenta de ejecutivo occidental, con traje y corbata.
Mientras que su padre dirigía una nación, la labor principal de su hijo –por lo menos antes de su nombramiento como coordinador general en 2009, una posición al igual que muchos en el gobierno libio con algunas diferencias- era dirigir la organización benéfica, Fundación Gadhafi.
Además, mientras el líder libio era conocido por su mano dura dentro de su país y las restricciones a los derechos civiles, Saif era un defensor de los derechos humanos e impulsó reformas democráticas e institucionales para poder dar más poder y libertad a los ciudadanos, por lo menos antes de la sublevación popular.
A pesar de todas sus diferencias, Saif defendió en el mundo el papel de su padre. Mientras que algunos lo vieron como el hijo más abierto al cambio, hubo pocas dudas, sobre todo recientemente, debido a la lealtad que le mostró a su padre.
“Él es el heredero natural” dijo a CNN la analista en Seguridad Nacional, Fran Townsend, sobre Saif meses atrás. “La pregunta es: ¿será capaz de mantener el control a la luz del caos actual?”.
La madrugada de este lunes en Libia, la respuesta parece ser un rotundo no.