Nueva York, vulnerable e inexperta en huracanes, enfrenta 'Irene'
Imagina una isla vulnerable, creada en parte por la mano del hombre, con rascacielos y multitudes hacinadas en pequeños espacios. Ahora imagina que una monstruosa tormenta golpea contra la isla.
Manhattan contra Irene, esto podría ocurrir el domingo. Los expertos advierten a los neoyorquinos que aunque Irene podría no ser tan letal como Katrina, millones de personas podrían quedar atrapadas en sus hogares por días, sin poder, transporte o comunicaciones. Y lo peor, sin experiencia para superarlo.
La tarde de este viernes fue emitida una alerta de huracán para el área urbana de Nueva York, igual que para otros puntos al este de Estados Unidos , avivando temores de que Irene podría ser el huracán más destructivo en impactar en la metrópolis desde 1938.
“El asunto básico es que Nueva York tiene planes de emergencia de clase mundial. Quiero decir, son los mejores. Pero la ciudad está fuera de práctica cuando se trata de huracanes”, aseguró el experto de seguridad nacional, Stephen Flynn, autor del libro The Edge of Disaster (Al borde del desastre).
Pero no sólo es Nueva York la ciudad que enfrenta las amenazas del huracán Irene mientras se mueve hacia el norte.
Un corredor urbano sumamente poblado que va de la capital estadounidense a la zona metropolitana de Nueva York está en riesgo por las lluvias y los vientos.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, advirtió que son probables cortes significativos de energía en la costa este.
“ No es una tormenta mamut en términos de muchos muertos y destrucción, pero lo que hará será muy disruptivo y la gente tiene que estar en posición de acampar fuera de su casa”, explicó Flynn.
“El tiempo siempre es tu aliado antes de un desastre. Y siempre es tu enemigo después del desastre”, aseguró. “Usar ahora el tiempo para prepararse es clave. Cuando tienes a tanta gente en un espacio pequeño, tan dependientes como son del transporte, todos tienen que estar informados y bien preparados”.
Una encuesta publicada el viernes indica que las regiones probablemente menos preparadas son las áreas urbanas del noreste, y muchas de ellas podrían estar en el camino del huracán Irene.
De acuerdo con la encuesta internacional realizada por CNN/ORC, el 45% de los estadounidenses aseguran que tienen provisiones de comida y agua en sus casas en caso de un ataque terrorista o un desastre natural como un huracán o un terremoto.
Ese tipo de personas es mayor en el sur y en el oeste, donde los huracanes y terremotos son más frecuentes, pero sólo el 35% de quienes habitan en el noreste dijeron contar con reservas.
La gente que vive en áreas rurales también está más preparada que la gente en las grandes ciudades. Sólo 42% de las áreas urbanas tienen provisiones de agua y comida, comparado con el 51% de los residentes rurales.
Sin embargo, en días recientes, autoridades públicas han hecho apariciones frecuentes en medios y han tomado otros pasos para indicar que están preparados para la tormenta.
Esto significó en Nueva York suspender al mediodía del sábado todo el transporte público, incluyendo el metro, autobuses y trenes. El gobernador Andrew Cuomo también ordenó a la Guardia Nacional desplegar hasta 900 militares.
“El sol brilla, pero no se confundan”, aseguró Cuomo este viernes. “Hay una tormenta muy peligrosa que se dirige en nuestra dirección”.
El gobierno ordenó evacuar algunas zonas bajas en los cinco distritos de la ciudad . Algunos de los desalojados son los pacientes de cinco objetivos, ocho asilos y otras instalaciones médicas, quienes debían trasladarse antes de las 20:00 del viernes, por órdenes del alcalde.
Bloomberg anunció que han sido abiertas 91 instalaciones de emergencia en la ciudad, que servirán entre otros propósitos como albergues.
“Es una isla. La única manera de bajar y subir es a través de dos distritos, Queens y el Bronx, y lo que sabemos es que vamos a tener una gran cantidad de cortes”, aseguró el experto en seguridad, Stephen Flynn.
Miles de vuelos programados para el fin de semana han sido cancelados en aeropuertos de Washington y Nueva York.
Irene también amenaza casi el 10% de la capacidad estadounidense para refinar el crudo, que recae en Philadelphia, Nueva Jersey y Delaware.