La niñera quemada de la familia Gadhafi recibe atención en Trípoli
Nota del editor: CNN ha recibido muchas ofertas de ayuda para Mullah y se está trabajando con organizaciones humanitarias y médicas para ayudarla. En cuanto esta información este disponible, CNN hará saber como apoyarla en CNN.com/impact.
TRÍPOLI, Libia (CNN) — La brutalmente quemada exniñera de dos de los nietos de Moammar Gadhafi se encontraba este martes recibiendo tratamiento médico en la unidad de quemados en el hospital de Trípoli.
Shwygar Mullah relató como la esposa de Hannibal, hijo de Gadhafi, le derramó agua hirviendo por no lograr mantener a uno de sus niños en silencio.
Está siendo tratada con antibióticos. Sus heridas están vendadas.
CNN conoció a Mullah este domingo mientras visitaba la lujosa casa de Hannibal Gadhafi.
Cuando el equipo de filmación de CNN estaba a punto de irse, uno de los miembros del personal mencionó a la niñera que trabajó para Hannibal Gadhafi; dijo que Aline, la esposa de Hannibal, la había quemado.
Al principio parecía que la niñera estaba usando un sombrero sobre su cara; pero cuando el equipo se dio cuenta que su cráneo y cara estaban cubiertos de heridas rojas y costras, su cara se convirtió en un grotesco mosaico.
A pesar de que las heridas fueron inflingidas hace tres meses, aún se encuentra muy adolorida y relató su historia calmadamente.
Fue la niñera del hijo menor y de la hija de Hannibal. De 30 años de edad, vino a Libia desde su natal Etiopía hace un año. Al principio las cosas parecían ir bien, pero después de seis meses en su empleo fue quemada por Aline.
Tres meses después, el episodio se volvió a repetir, pero esta vez de manera más grave.
En un tono suave, contó como Aline perdió el control cuando su hija no dejaba de llorar y Mullah se negó a golpear a la niña.
“Me llevó a un baño. Ató mis manos a mi espalda y ató mis pies. Me puso cinta en la boca y comenzó a derramarme agua hirviendo en la cabeza”, dijo mientras imitaba la garrafa de agua hirviendo sobre su cabeza.
Se quitó la prenda colocada cuidadosamente alrededor de su cuerpo. Su pecho, torso y piernas están llenos de manchas y de cicatrices, algunas viejas, otras rojas aún, en carne viva. Mientras hablaba, un líquido claro supuraba de una herida abierta en su cabeza.
Después del primer ataque, “había gusanos saliendo de mi cabeza, porque Aline me había escondido y nadie me había visto”, relató Mullah.
Eventualmente, un guardia la encontró y la llevó al hospital en donde recibió tratamiento.
Pero cuando Aline Gadhafi se enteró de las amables acciones de ese guardia, lo amenazó con mandarlo a prisión de por vida si osaba ayudarla de nuevo.
“Cuando me hizo todo esto, por tres días, no me dejó dormir”, dijo Mullah. “Me quede afuera en el frío, sin comida. Aline amenazó al personal 'si alguien le da comida, les haré lo mismo que a ella'. No tenia agua, nada”.
Su compañero, un hombre de Bangladesh que no quiso identificarse, declaró que Mullah también era golpeada y cortada con cuchillos regularmente. Él corroboró la historia, diciendo que los perros de la familia eran tratados considerablemente mejor que su personal. Mullah fue forzada a ver a los perros mientras comían y ella casi moría de hambre.