El Senado de Italia vota por austeridad, pese al emplazamiento de huelga
Un importante sindicato italiano hizo un llamado a los trabajadores a iniciar una huelga este martes, mientras el Senado del país prepara una votación sobre medidas de austeridad, en un intento por poner bajo control los presupuestos de la nación.
Las huelgas provocaron el caos en el transporte de distintas ciudades por todo el país, con tramos del metro cerrados en Roma, informó la agencia de noticias italiana.
El sindicato CGIL dijo que las manifestaciones estaban previstas para ciudades como Roma, Nápoles, Florencia, Milán y muchas más.
La huelga se produce en medio de la preocupación de la comunidad internacional por la salud de la economía italiana, la tercera más grande de Europa.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, insistió el mes pasado en que su país podía hacer frente a las inquietudes financieras que ensombrecían a Italia y al resto del continente.
Ante legisladores, aseguró que los desafíos económicos a los que Italia se enfrenta necesitan “abordarse con determinación y sin pánico”.
También enfatizó que "no negamos el que estamos frente a una crisis", y añadió: “Debemos trabajar juntos para superarlo”.
Han surgido temores de que la crisis que envuelve a Grecia y Portugal se extienda a Italia, y que esto pudiera afectar la estabilidad del euro, moneda utilizada por 17 países en el continente.
Italia tiene una de las tasas de crecimiento más bajas tasas del mundo y una de las mayores deudas públicas, advirtió Domenico Lombardi, investigador titular de Brookings Institution y ex miembro del comité ejecutivo del Fondo Monetario Internacional.
Manifestó que la raíz de los problemas de Italia se encuentra en su enorme deuda pública y en su bajo crecimiento económico.
La economía de Italia ha crecido sólo el 0.3%, apuntó, y lo más importante es que se prevé que crezca a un ritmo igual de débil en los próximos años.
“Esta tasa de bajo crecimiento es verdaderamente una de las más bajas del mundo”, dijo, “y encima de eso Italia tiene una deuda pública muy elevada”.
Dicha deuda asciende a cerca del 120% del producto interno bruto (PIB) -en otras palabras, una quinta parte más de la producción económica del país en un año- y es una de las más elevadas en el mundo, exceptuando a la de Grecia, economía que ha tenido que ser rescatado por Europa.
Ponga los dos factores juntos en Italia y entonces “queda claro que la economía no va a ser capaz de generar suficientes recursos para pagar su deuda”, señaló Lombardi.
El profesor Iain Begg, de la London School of Economics, comentó a CNN que mientras el regreso de Berlusconi al timón de la economía fue bien recibido tras una visible ausencia, el voluble primer ministro italiano es también parte del problema.
Bajo el mandato de Berlusconi, Italia no ha podido “agarrar al toro por los cuernos en materia de una reforma económica” para, durante un periodo sostenido, hacerle frente al bajo crecimiento, aseguró Begg. Además, dijo, Berlusconi erró en julio, al criticar públicamente al ministro de finanzas Giulio Tremonti (quien está inmiscuido en acusaciones por corrupción) por las medidas de austeridad anunciadas recientemente.
“Tan pronto como empiezas a jugar este tipo de juegos políticos, los mercados huelen la sangre y, en cuanto les llega el aroma, empiezan a partir carne”, manifestó Begg.
Sostiene que Italia no debería estar en problemas, ya que a pesar de que su deuda es alta, ésta no aumenta.
Además, el déficit del sector público -las diferencias entre el gasto y la recaudación fiscal- es muy baja, en un 4%, en comparación con otros países, como por ejemplo el 10% del Reino Unido y el 11% de los Estados Unidos. Italia no está expuesta al mismo tipo de burbuja inmobiliaria que España, además de que su sistema bancario es fuerte, comentó Begg.
Aunque otros factores, como las nuevos acuerdos sobre la deuda para Grecia, Irlanda y Portugal han, paradójicamente, hecho subir los costos de los préstamos para Italia a niveles nunca antes alcanzados -con rendimiento de los bonos, o tasas de interés por la deuda pública, a un 6%- y la coloca bajo una mayor presión, aseveró.
A diferencia de McWilliams, Begg piensa que para Italia es poco probable que declare un default para pagar su deuda; pero su situación no deja de ser “precaria” si se quiere evitar años de bajo crecimiento.
Aunque la imagen no es del todo desoladora. El desempleo en Italia, con un poco más de 8% parados, no es tan alto como en España o en Grecia, aseguró Begg, lo que da un mayor margen de maniobra al gobierno para llevar a cabo reformas fuertes y darle la vuelta a la economía.