Un sitio web apunta a mostrar la discriminación existente tras el 11-S
Exhibiendo presuntos crímenes de odio, amenazas físicas y de perfil, un grupo diverso de organizaciones étnicas se ha unido para atraer la atención de lo que llaman discriminación contra los árabes, musulmanes, sikhs y otros, bajo la estela de los ataques terroristas del 11-S .
El proyecto, denominado “Voces No Escuchadas del 11-S”, fue lanzado oficialmente el viernes pasado en línea con un llamado a la gente a compartir sus experiencias de ser discriminados, señalados y desmoralizados debido a sus creencias espirituales y culturales.
“A todos nos afectó el 11-S, pero los medios de comunicación no siempre han hecho una cobertura de nuestras historias”, dijo Sapreet Kaur, directora ejecutiva de la Coalición Sikh, uno de los grupos punta de lanza de los esfuerzos. “Esta página de internet es una oportunidad de contar nuestras historias, para que nuestras voces no pasen más desapercibidas”.
Algunas memorias publicadas en video en unheardvoicesof911.org pertenecen a los días inmediatos a los ataques. A seis días de los atentados, el FBI informó que se iniciaron 40 investigaciones por delitos de odio en supuestos asesinatos, agresiones e incendios provocados, dirigidos a los estadounidenses que son musulmanes, surasiáticos y árabes.
Banjot Sing, un sikh, recordó en un video publicado en el sitio web de “Voces No Escuchadas”, que la policía los interrogó a él y a un amigo a bordo de un tren en las afueras de Manhattan debido a que un pasajero “pensó que éramos peligrosos”.
Rabia Sajid describió a un hombre subiendo a un coche en Nueva York y gritando, “Vuelve a tu país, de lo contrario te voy a matar”. Comentó que el pastor de una iglesia en donde ella recibía clases, y después la policía, le sugirieron que lo mejor era no llevar su pañoleta musulmana para no ser blanco de ataques; algo que sus padres también incentivaron, por su seguridad.
La residente de Nueva York, y que está afiliada al grupo de Acción Juvenil del Sur de Asia, dijo que uno de sus mayores pesares es que ella y otros tomaron el consejo, de no portar la ropa que era parte de su herencia musulmana, por miedo a ser discriminados.
“No enfrentamos el problema, pero huimos de él al tratar de cambiar nuestra identidad y lo que somos”, dijo Sajid en agosto, durante una audiencia en Nueva York, y parte de lo que ahora está en el sitio de internet “Voces No Escuchadas”. “No sabemos cómo enfrentar el problema...no sé qué podemos hacer”.
Ha habido muchos casos de alto perfil de presuntos crímenes de odio y casos en los que musulmanes y sikhs enfrentaron oposición a sus proyectos debido a su religión y herencia cultural.
Uno que recibió amplia atención internacional fue Parque 51, un centro comunitario islámico propuesto a dos cuadras de la zona cero , en el bajo Manhattan. Muchos residentes de la ciudad se opusieron al esfuerzo, calificando a la ubicación del centro -que en su mayoría albergaría programas culturales, sociales y recreativos, así como un espacio para la oración- como inadecuada, dados de los sentimientos persistentes sobre el papel de los militantes musulmanes en los ataques del 11-S.
Otro ejemplo ocurrió el año pasado, cuando una pequeña bomba explotó en una mezquita en Jacksonville, Florida. Alrededor de 60 feligreses estaban en ese momento dentro de ella, aunque nadie resultó herido.
De manera más reciente, los líderes de una creciente comunidad musulmana en Murfreesboro, Tennessee, propusieron la construcción de una nueva estructura de 52,000 pies cuadrados que tuviera una mezquita, gimnasio, parque y cementerio.
Reacciones violentas se suscitaron, incluyendo demandas judiciales y un incendio, en agosto de 2010, el cual destruyó equipos de construcción y ocasionó daños a vehículos en el lugar. La policía lo notificó como incendio provocado. El mes pasado, el candidato presidencial republicano, Herman Cain, dijo que la población debe ser capaz de evitar que ese tipo de mezquitas sean construidas. Más tarde pidió disculpas.
El esfuerzo, sin embargo, avanza a pesar de tal oposición. Essam Fathy, que forma parte del consejo de administración del Centro Islámico, aseguró la semana pasada que la mezquita será construida, con sus líderes sosteniendo que la construcción se iniciará el próximo mes.
Algunos de los participantes en los foros de “Voces No Escuchadas” han destacado esas victorias ante la oposición que describen como alimentada por la discriminación.
Sin embargo, otros ofrecen una perspectiva más negativa, alegando que no ha cambiado mucho el cómo tratan todavía algunos a los árabes, musulmanes y sikhs, y lo que se ha estado haciendo para contrarrestar esto.
“Estos diez años han sido puro miedo, asustados por el próximo paso, por el siguiente lugar al que vamos, lo que mi hermano podría enfrentar, lo que mi padre podría enfrentar, lo que yo”, aseveró Manpreet Kaur, de 21 años, de Oak Brook, Illinois. “Es ese miedo por el que, a cualquier lugar que vamos, algo podría sucedes en tanto que somos sikh, porque nuestros hombres visten con turbantes, porque nos vemos diferentes, porque nuestros nombres son distintos”.
Anoop Prasad, un residente del norte de California que trabaja para la organización Asian Law Caucus. Comentó que se ha enterado de varias personas que han sido visitados por agentes del FBI, afirmando que tal trato siembra entre los musulmanes y otros una amplia desconfianza en contra de las autoridades. “En mi comunidad, la gente está muy asustada; esa es la realidad”, aseguró.