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Los neoyorquinos entienden la necesidad de reforzar la seguridad

La población de la ciudad que sufrió los ataques en 2001 entienden el refuerzo de la seguridad y esquivan el temor por nuevos atentados
dom 11 septiembre 2011 07:36 AM
new york 10 años 11-s
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A pesar de la seguridad excepcional con motivo del décimo aniversario de los ataques del 11-S, muchos neoyorquinos confiesan que permanecen impávidos ante una potencial amenaza terrorista.

Si bien la mayoría son conscientes de la posibilidad de peligro este fin de semana, muchos dicen que no le permitirá echar a perder la conmemoración de aquellos que perdieron la vida.

"He vivido en Nueva York 40 años", dijo Lou M. Benard, quien trabaja para el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos como organizador de eventos y vive en el Upper West Side. "No estoy nervioso. No creo en la propaganda de miedo". 

"No me voy a dejar a ganar", agregó Benard. "Justo después de (los ataques), estaba nerviosa, pero ahora no me puedo dejar ganar."

Hace 10 años, estaba en camino a su trabajo en el centro de Manhattan.

Benard salió de la calle Chambers 10 minutos después de que el avión golpeó la Torre Norte del World Trade Center. "Salí y vi la primera torre en llamas", dijo. "Yo estaba en tal estado de shock, que pensé que qué era eso".

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A pesar de que asegura que los ojos de la policía con armas automáticas le ponen nerviosa, se alegra de que estén ahí. "Es bueno que estén atentos", dijo Benard. "Mientras yo trataba de huir, los chicos corrían hacia él". 

El teniente Michael Killeen de la Compañía de Máquinas de la ciudad de Nueva York dijo que nunca olvidará el 11 de Septiembre. La compañía perdió a seis hombres ese día. Killeen toma en serio las amenazas, "sería un tonto si no", pero dijo que él y sus compañeros bomberos están de buen humor. 

A través de la ciudad, en Queens, Shawn Foley, un hombre de 33 años, abogado que trabaja en Manhattan, dice que la amenaza terrorista no ha cambiado sus planes para el fin de semana. "Hay tantas cosas, no sólo las autoridades, sino gente normal que son conscientes de (las amenazas terroristas recientes)". 

Bill Parker, un investigador de una compañía de investigación biotecnológica, que vive en el Upper West de Manhattan, está de acuerdo en la diligencia por parte de las autoridades y por ello se siente seguro.

"Estoy aliviado por el bombardero de Times Square", dijo Parker, refiriéndose al atentado con coche bomba fallido de Times Square en 2010. El ataque fue frustrado cuando dos vendedores ambulantes se dieron cuenta de la bomba y alertaron a un agente de policía.

Aunque muchos se refieren a los actos conmemorativos, otros dicen que quieren ir a sus trabajos como de costumbre.

"Si fuera alcalde, haría lo mismo"

Réplicas en miniatura de la Estatua de la Libertad y los últimos modelos de tazas de café adornan los estantes y el corazón en las camisetas de Nueva York cuelgan de bastidores en una tienda de recuerdos en la 7th Avenue, en Manhattan. El empleado Farhana Mohammad, quien trabaja allí, dijo que ha visto más turistas de lo habitual el fin de semana.

"Creo que la gente quiere mostrar respeto a la memoria", dijo, "No tienen miedo, sólo quieren mostrar su apoyo, y yo no tengo miedo tampoco". 

Rita Silverman, que vive en el Upper West Side, se niega a que la amenaza de otro ataque terrorista pueda asustarla. "Soy optimista", dijo. "Si algo va a suceder es que va a pasar. Prefiero no gastar mi tiempo en estar tenso. "Yo vivo en Nueva York".

Los que están en la Gran Manzana lidian estos días con los controles policiales aleatorios que provocan importantes retrasos de tráfico de pasajeros y dolores de cabeza, pero Silverman cree que las medidas lo merecen. "Es muy molesto en el sentido de que te frena, pero por seguridad, los placeres de Nueva York superan a los inconvenientes o demoras", asegura.

Pero Erfanu Hoque, un taxista de Queens, dijo que las medidas de seguridad han perjudicado a su negocio. "Yo no hago dinero porque estoy atrapado en el tráfico", dijo, sentado en un semáforo en el Círculo de Columbus de Manhattan.

Sin embargo, "no estoy nervioso por este fin de semana debido a la seguridad. Cualquier cosa (que es) para la seguridad está bien". 

Ken Bronstein, un empresario retirado del Upper East Side, dijo que las medidas de seguridad son necesarias. "Si yo fuera el alcalde haría lo mismo, incluso si no hubiera una amenaza". 

Bronstein iba a ir al World Trade Center el 11-S, pero se quedó esperando el refrigerador que le entregaban ese día en su departamento. "Un refrigerador me salvó la vida."

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