El reo Troy Davis fue ejecutado por inyección letal en Georgia
Troy Davis, condenado a pena de muerte en el estado de Georgia, fue ejecutado la noche de este miércoles pese a las peticiones de exoneración de la condena a las 11:08 PM (hora del este).
La Suprema Corte de EU negó horas antes un indulto a Davis, sentenciado por el asesinato de un policía en 1989.
Davis fue ejecutado por una inyección letal en el poblado de Jackson, informaron las autoridades penitenciarias de la entidad del sureste estadounidense.
De acuerdo con testigos de la ejecución, Davis dijo a la familia del policía Mark MacPhail que él no era responsable de su muerte y que no tenía un arma. Davis dijo que el caso merece una mayor investigación, según testigos.
La noche de este miércoles también fue ejecutado un supremacista blanco condenado por el asesinato de un hombre negro en 1998 en el estado de Texas, reportó EFE.
Lawrence Russell Brewer, de 44 años, también recibió una inyección letal, informó el Departamento de Justicia Criminal del estado.
En los 34 estados de EU donde se aplica la pena de muerte, desde 1976 se han ejecutado a 1,267 personas y más de 3,250 aguardan la ejecución. El estado de Georgia, con por lo menos 103 personas en el "corredor de la muerte", ha aplicado la pena capital a medio centenar desde ese año, informó EFE.
En los meses recientes ha disminuido el ritmo de las ejecuciones como resultado de nuevas pruebas forenses que han demostrado la inocencia de al menos 138 condenados a muerte, cinco de ellos en Georgia, agregó la agencia española.
El papa Benedicto XVI, el expresidente James Carter y la actriz Susan Sarandon se habían unido a la organización Amnistía Internacional para pedir la exoneración de Davis.
El gobierno francés y representantes de derechos humanos en Alemania lamentaron la condena de Davis.
La ejecución había sido pospuesta en tres ocasiones. La más reciente ocurrió en octubre de 2008, cuando la Suprema Corte la detuvo dos horas antes.
De acuerdo con los fiscales, Davis asesinó al oficial Mark MacPhail luego de disparar contra un hombre en una fiesta y contra un indigente.
El polémico origen de las balas
Un jurado encontró culpable a Davis de dos cargos de asalto agravado, uno de poseer un arma durante un crimen, otro por obstruir a la policía y uno más por asesinato, este último derivó en la sentencia a muerte.
Los abogados de Davis, en una petición a una corte federal, insistieron en que “no hay evidencia que vincule” a Davis con el asesinato de McPhail. Apuntaron a la conclusión de un experto balístico que testificó que no pudo decir de forma definitiva si las balas que hirieron a Cooper y a McPhail eran las mismas.
“Creemos que establecimos duda sustancia en el caso”, dijo Stephen Marsh, abogado de Davis. “Y debido al nivel de duda que existe en el caso, creemos que una ejecución es simplemente no apropiada”.
El fiscal estatal de Georgia, en un comunicado en línea, afirmó que las balas salieron del mismo tipo de arma y notó que los casquillos en la fiesta son iguales que los encontrados en la escena del asesinato de MacPhail.
Al verificar los reclamos de inocencia el año pasado, la Corte de Distrito Sur de Georgia encontró que Davis “exagera el valor de las pruebas de inocencia”.
“Alguna de la evidencia no es creíble y sería desestimada por un jurado razonable”, escribió el juez William T. Moore en un documento de opinión de 172 páginas. “Otra evidencia que presentó Davis es demasiado general para ofrecer otra cosa que humo y espejos”. Pero ese tipo de opiniones no ha movido a los seguidores de Davis.
“Este es uno de los más atroces ejemplos de injusticia que he visto en años”, dijo el activista Al Sharpton luego de la decisión de la junta.
La madre del policía muerto, Anne MacPhail, dijo que los simpatizantes de Davis no entienden los hechos del caso. “Para ellos, el punto es la pena de muerte. 99% no tienen idea absoluta de quién es Troy Davis y quién es Mark MacPhail”, afirmó. “Solo siguen lo que piensan”.
La viudad de MacPhail, Joan, afirmó que tratar a Davis como víctima es “absurdo”. “Vivimos con esto por 22 años. Sabemos cuál es la verdad”, afirmó a reporteros.
Davis declinó pedir una última comida especial que se les ofrece a los reos antes de la ejecución. En su lugar se le dio lo tradicional: hamburguesa con queso a la parrilla, papas al horno, frijoles, ensalada, galleas y una bebida de uva.