Obama viaja a Los Ángeles para impulsar la recaudación de fondos
El presidente Barack Obama pasará parte de este lunes codeándose con famosos y corredores de bolsa en posición de poder en Los Ángeles, siguiendo un viaje por la Costa de Oeste que incluye eventos con alcaldías y de recaudación de fondos para su campaña de reelección .
El primer evento en Los Ángeles tendrá como anfitrión a la estrella de “Modern Family”, Jesse Tyler Ferguson, en la Casa del Blues, en West Hollywood. Con 1,000 asistentes dispuestos a gastar 250 dólares cada uno por el discurso y un concierto que se espera ayude a Obama a recolectar un mínimo de 250,000 dólares.
Después, Obama se dirigirá a Fig & Olive, un restaurante en la moderna avenida de Melrose Place, en Los Ángeles, para un evento de recaudación de fondos privado, cuyos anfitriones son el gerente de inversión John Emerson; el consultor, Andy Spahn; el productor de Hollywood, Jeffrey Katzenberg, y el presidente del Tennis Chanel, Ken Solomon, dijo a CNN un demócrata con conocimiento del evento. El funcionario de la campaña comentó que el costo para asistir es 17,900 dólares por persona.
En domingo por la noche, esa cena había recaudado ya 1.5 millones de dólares para la campaña Obama, según un segundo demócrata familiarizado con el evento.
Estos eventos de recaudación de fondos prosiguen a una serie parecida efectuada el domingo en el estado de Washington, incluyendo un acto en Seattle en el cual el presidente suplicó a sus partidarios apoyarlo otra vez, al decir que el ayudar a asegurar su reelección es la mejor forma de darle la vuelta a una economía inactiva y vencer la estridente oposición política.
“Somos más fuertes que los tiempos en los cuales vivimos, somos más grandes que las política pequeñas de las que hemos sido testigos”, dijo al auditorio en el Teatro Paramount de la ciudad. “Somos personas que escriben nuestro propio destino, y está completamente en nuestro poder el escribirlo una vez más”.
Obama subió al escenario tras ser presentado por los basquetbolistas miembros del Salón de la Fama, Lenny Wilkens y Bill Russell. Este último suplicó a la multitud que “como estadounidenses, debemos apoyar a nuestro presidente”.
Vistiendo con corbata y una camisa desabotonada con mangas alzadas, el presidente comenzó refiriéndose a la “crisis económica inédita” que enfrenta la nación, al decir que su gobierno sabía que “iba a tomar años” reconstruirla. La principal opción ahora, sostuvo, es el seguir adelante con sus proyectos y los de sus compañeros demócratas o utilizar “las viejas ideas agotadas que fueron probadas en la década pasada”.
“La pregunta no es si este país pasa por tiempos difíciles, la pregunta es hacia dónde nos dirigimos”, dijo Obama. “Podemos construir un Estados Unidos del que hablamos en el 2008, unos Estados Unidos donde cada uno tiene una posibilidad justa y cada uno hace su parte justa. Sobre esto trata esta elección”
El presidente ofreció iniciativas, como el sacar de apuros a la industria automotriz, una reforma financiera y la recién abrogada política denominada “No Pregunte, no diga” , lo que significa que ahora los homosexuales y las lesbianas pueden servir abiertamente en el ejército, mención que recibió fuertes aclamaciones por parte de la multitud.
Después, como lo ha hecho en varias ocasiones desde que lo propuso hace unas dos semanas, Obama ofreció la Ley de Empleos como clave para levantar la economía al ayudar a pequeños empresarios, incrementar la educación pública, mejorar la infraestructura, entre otras cosas.
Reiteró su apoyo a una reforma tributaria que saldaría su cuenta, en buena medida, haciendo que los estadounidenses más ricos y las empresas más grades paguen más impuestos. Añadió que siente que es responsabilidad de su gobierno el actuar inmediatamente, y no esperar la decisión de los votantes en noviembre de 2012 para actuar.
“Para nosotros es hora de encontrar las responsabilidades de cada quien inmediatamente”, dijo el presidente. “(Los ciudadanos) no cuentan con el lujo que nosotros tenemos para estarnos peleando durante otros 14 meses”.
El discurso se produjo seis horas después de que Obama arribara al estado de Washington, en las últimas horas de la mañana del domingo. A partir de ese momento en lo inmediato se dirigió a un encuentro de recaudación de fondos en Medina, Washington, cada de Jon Shirley, un expresidente y exjefe de operación de Microsoft. En breves comentarios, comentó a los asistentes que la campaña que está por venir será áspera, especialmente en una atmósfera en la cual muchos están desilusionados con el gobierno.
La aprobación del desempeño del presidente sigue siendo baja, justo cuando la campaña hacia el 2012 empieza a calentarse.
Una encuesta de USA Today/Gallup dada a conocer el pasado miércoles –con base en una encuestra a 1,004 adultos, y con un margen de error de más o menos cuantro puntos porcentuales– halló que un 53% de los encuestados culparon a Obama de manera alta o moderada por la inactividad de la economía.
La semana previa, una encuesta de CNN/ORC International mostró que Obama tiene un porcentaje de desaprobación del 55%, el más alto de su mandato, reflejando otra encuesta nacional de Gallup y NBC/Wall Street Journal.
Su actual viaje a la Costa Oeste sirve a múltiples propósitos, desde juntar dinero para lo que promete ser una campaña con muchos golpes, hasta seguir con el son del tambor al Congreso para que apruebe su Ley de Empleos.
Después de la visita a California, Obama concluirá su gira el martes en el políticamente oscilante estado de Colorado con un discurso en la Preparatoria Abraham Lincoln, en Denver.