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Un fugitivo estadounidense es capturado en Portugal tras 41 años

Tras una búsqueda por tres continentes y luego de cuatro décadas, la policía atrapó a un condenador de EU por asesinato y secuestro
mar 27 septiembre 2011 04:04 PM
EFE
Douglas-DC8-EFE EFE

Estuvo prófugo de la justicia por cuatro décadas. Escapó de una prisión cuando Richard Nixon se encontraba en la Casa Blanca, se unió al Ejército de Liberación Negro de Detroit, secuestró un avión y pidió que agentes del FBI en traje de baño le entregaran el pago de un rescate. Y lo hicieron.

Ahora, luego de una búsqueda en tres continentes que a veces pareció detenerse, el FBI ha encontrado finalmente a George Wright. A los 68 años, vivía tranquilamente en el destino turístico de Sintra, cerca de Lisboa, Portugal, donde fue arrestado este lunes.

Estados Unidos busca su extradición de Portugal para servir el resto de una sentencia de 15 a 30 años por asesinato. Las autoridades judiciales portuguesas no pudieron ser localizadas este martes para conocer detalles del proceso de extradición.

La historia de Wright se parece a una novela internacional de crimen. En 1962, a los 19 años, él y tres cómplices realizaron varios robos en Nueva Jersey. Wright y otro hombre dispararon y mataron a un veterano de guerra en un robo a una gasolinera en Farmingdale.

El joven fue arrestado y luego sentenciado de 15 a 30 años de prisión. Pero en 1970, Wright escapó de prisión, al robarse el auto de su guardia para lograr la huida.

Wright se fugó a Detroit, donde incursionó en la política, y se unió al Ejército de Liberación Negro. Ganó algo de dinero durante este tiempo como modelo de medio tiempo, utilizando un apodo.

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El 31 de julio de 1972, Wright y otros cuatro integrantes del grupo fueron al aeropuerto de Detroit y abordaron el vuelo 841 de Delta con destino a Miami. Wright estaba vestido como cura y llevaba un arma dentro de una biblia.

La seguridad aeroportuaria era diferente esos días. Varios grupos palestinos secuestraban aviones de forma regular, así como individuos que querían ir a Cuba. El Departamento de Transporte de Estados Unidos registró 364 secuestros entre 1968 y 1972: más de uno a la semana en promedio.

Los secuestradores del vuelo 841 de Delta —dos hombres y dos mujeres acompañados de tres niños— tomaron el avión mientras se acercaba a Miami. El FBI subsecuentemente identificó a Wright como uno de los secuestradores.

Una vez en tierra, los secuestradores demandaron que agentes del FBI vestidos solo con trajes de baño entregaran un rescate de un millón de dólares. Ellos querían estar seguros de que no llevaran armas. El dinero fue entregado como fue requerido por los agentes.

Los secuestradores permitieron que los 88 pasajeros abandonaran el avión, pero retuvieron a la tripulación, y les ordenaron volar el avión a Boston. Con un navegador extra (que vestía traje de baño y una camiseta), el DC-8 recargó combustible y voló a Argelia.

Argelia en los años 70 era gobernada por un gobierno socialista de línea dura que no era amigo de Estados Unidos y permitió que varios disidentes, militantes y presuntos terroristas tomaran el país como santuario. Un líder del grupo Panteras Negras, Eldridge Cleaver, fue bienvenido como refugiado político en 1968 luego de saltarse la libertad bajo fianza en California.

El gobierno de Argelia confiscó y regresó el millón de dólares a Estados Unidos, pero Wright y sus cómplices se esfumaron. Algunos de los secuestradores fueron arrestados en París en 1976, pero por décadas, nada se supo de Wright.

Entonces, hace nueve años, un investigador de fugitivos del Departamento de Correccionales de Nueva Jersey que trabajaba para el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos tuvo una pista. Funcionarios no confirmaron reportes de que Walker comenzó a contactar con familiares en Estados Unidos.

Juan Mattos, alguacil para el distrito de Nueva Jersey, dijo que “en el transcurso de nueve años, la tenacidad probó que es muy poderosa a la hora de buscar justicia para las víctimas”.

En un comunicado de prensa publicado este martes, Michael Ward, de la división del FBI de Newark, dijo que el caso debe de “servir como evidencia de la determinación del FBI para perseguir a sujetos sin importar el tiempo y la distancia”.

Durante el secuestro, había medidas de seguridad limitadas en los aeropuertos estadounidenses. El sistema no requería revisar a todos los pasajeros, y solo a quienes formaban parte de un perfil establecido por la Administración Federal de Aviación.

Luego del secuestro que terminó en Argelia y otros que acabaron de forma violenta, la administración de Nixon pidió a la agencia adoptar regulaciones de emergencia. Para el fin de 1972, los aeropuertos comenzaron a inspeccionar el equipaje de mano de todos los pasajeros.

Emily Smith contribuyó con este reporte.

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