Muerte de líder de Al-Qaeda en Yemen desata debate jurídico y moral en EU
El ataque perpetrado por Estados Unidos a través de un avión no tripulado en contra del estadounidense y educado musulmán, el clérigo Anwar al-Awlaki, un destacado personaje dentro de Al-Qaeda en la Península Árabe, ha revigorizado un debate nacional sobre los dilemas legales y morales de un gobierno que a propósito mata a un ciudadano.
El asunto ha enturbiado toda la campaña de los Estados Unidos en contra del terrorismo, sin embargo, el misil de un avión no tripulado que el viernes mató a al-Awlaki y a un segundo estadounidense, Samir Khan, brindó un caso crudo y concreto de una política de los Estados Unidos que autoriza dar muerte a los terroristas, incluso cuando son estadounidenses, comentaron analistas.
Una fuente de gobierno que fue informada por la CIA el viernes por la mañana, confirmó el ataque con un misil de Estados Unidos, el cual mató a otras dos personas que estaban en un coche, en Yemén.
Mientras que el presidente Obama aplaudió el viernes la acción como “un gran golpe” contra Al Qaeda, libertarios civiles atacaron la decisión de matar a un ciudadano.
“El programa objetivado a dar muerte viola tanto la ley de los Estados Unidos como la internacional,” comentó en una declaración el vicedirector de asuntos jurídicos de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. “Como hemos visto hoy, este es un programa bajo el cual los ciudadanos estadounidenses lejos de cualquier campo de batalla pueden ser ejecutados por su propio gobierno sin proceso judicial alguno, y bajo criterios y pruebas que son mantenidas en secreto no sólo para la gente sino también para los tribunales.”
El candidato presidencial republicano, el diputado Ron Paul denunció a Obama por “asesinar” a al-Awlaki, y dijo que el clérigo estadounidense debió haber sido juzgado en un tribunal de los EU.
“Si el pueblo estadounidense acepta esto de manera ciega e indiferente, entonces ahora tenemos una práctica aceptada del presidente que asesina a la gente que considera son chicos malos. Creo que es triste,” comentó Paul a periodistas el viernes después de un discurso en Manchester, New Hampshire.
“Al-Awlaki nació aquí, es un ciudadano estadounidense, nunca fue procesado o acusado por delito alguno,” dijo Paul. “Empezar a asesinar ciudadanos estadounidenses sin acusación –deberíamos pensar muy seriamente sobre esto.”
Sin embargo, el diputado por Nueva York, Peter King, presidente de la Comisión de Seguridad al Interior de la Cámara, dijo que el golpe mortal fue en el marco de la ley.
“Fue totalmente legal. Si un ciudadano se levanta en armas en contra de su propio país, él se convierte en un enemigo de su país. El presidente actuó totalmente dentro de sus derechos y apoyo por completo al presidente,” dijo King.
Las autoridades creen que al-Awlaki ha inspirado actos de terrorismo contra los Estados Unidos, incluyendo un tiroteo mortal en Fort Hood, Texas, y el intento de bomba el 25 de diciembre para derribar un vuelo comercial con rumbo a Detroit.
Su facilidad con el inglés y la tecnología lo hicieron uno de los mayores reclutas de terroristas en el mundo, y fue considerado el rostro público de Al-Qaeda en la Península Árabe, o AQPA.
Al-Awlaki fue muerto a unos 8 kilómetros del pueblo yemení de Khashef, al este de la capital, Sanaa , dijo Mohammed Basha, vocero para la Embajada de Yémen en Washington.
En lo que una fuente denominó una operación conjunta del ejército y la inteligencia de los Estados Unidos, el ataque fue lanzado a las 9:55 AM del viernes (hora local), dijeron los funcionarios.
También murió Khan, un estadounidense de origen pakistaní, que estaba especializado en programación de computadoras al servicio de Al-Qaeda y autor de la revista en línea sobre redes de terroristas, Inspire, aseguraron los funcionarios.
Una gran controversia precedió al golpe mortal lanzado por el avión no tripulado.
El padre de al-Awlaki incluso demandó a Obama, al exsecretario de defensa, Robert Gates y al exdirector de la CIA, Leon Panetta, para impedirles el asesinato de su hijo, pero en diciembre, un juez federal desechó la demanda “única y extraordinaria”, dejando abierta la cuestión de si el gobierno de EU puede apuntar legalmente a ciudadanos estadounidenses para su muerte en el extranjero sin un proceso de por medio.
El juez de distrito, John Bates, desestimó el caso por razones de procedimiento; dijo que Nasser al-Awlaki no tenía derecho a entablar una demanda y que de todos modos los funcionarios eran inmunes a tales demandas.
El año pasado, Dennis Blair, director nacional de inteligencia, dijo al Congreso que el gobierno posee el derecho de matar a ciudadanos estadounidenses en el exterior si ellos representan una amenaza directa para la seguridad.
“Tomamos acción directa contra los terroristas en la comunidad de inteligencia”, dijo Blair a un comité de inteligencia de la Cámara.
El analista jurídico de CNN, Jeffrey Toobin, habló el viernes de los dilemas centrales en tiempos de guerra sobre cómo los terroristas apuntados por las fuerzas armadas estadounidenses no cuentan con un acceso factible a los tribunales para poner en tela de juicio su catalogación en una lista de matar del gobierno.
“El gobierno de Obama dice que está autorizado por el Congreso” de emitir una orden para asesinar o capturar a al-Awlaki, comentó Toobin. “Una de las cosas más importantes de señalar sobre esta controversia jurídica es que ésta nunca ha estado en tribunales.
“Ningún juez la ha evaluado jamás, y por la rara configuración jurídica, no está claro que un tribunal algún día lo haga. Cuando se piensa en Osama bin Laden o en Awlaki, en realidad no tienen la oportunidad de ir a un tribunal estadounidense,” comentó Toobin.
La impugnación jurídica del padre Al-Awlaki fue desechada de la corte porque era el hijo -no el padre– el que estaba en la lista de personas por matar, por lo que el padre no tenía derecho, dijo Toobin.
“No puedo concebir el cómo alguna de estas personas podrían en verdad tener acceso a un tribunal estadounidense,” manifestó Toobin. “¿Alguna vez algún tribunal dará un visto bueno o desarpobará esta política? Francamente, lo dudo.”
Sin embargo, Mary Ellen O'Connell, una experta en derecho internacional en la Universidad de Notre Dame, dijo que la cuestión clave no es la ciudadanía, sino la ubicación. “La verdadera preocupación es, ¿en dónde está esta persona?” dijo. “No se encuentra en una zona de conflicto armado, no está en una zona de batalla.”
Al-Awlaki debería haber sido arrestado, comentó. “Es derecho fundamental, es moralidad básica, el que no matarás a la gente sin previo aviso en situaciones no insertas en un campo de batalla. El derecho internacional es claro acerca de dónde hay un campo de batalla y dónde no lo hay. No tenemos que saltarlo sólo porque particularmente no nos gusta este tipo y queremos declarar de repente que donde él está es una zona de batalla sin hacer la tarea difícil de un país de arrestarlo y someterlo a juicio.”
El derecho internacional, comentó, dice que un campo de batalla en el que una persona puede ser asesinada sin previo aviso “es un lugar donde hay una intensa y organizada lucha entre grupos; esa no fue la situación.”
Comentó que Estados Unidos se suponía iba a liderar al mundo en el avance hacia más derechos humanos, más zonas de paz y un mayor uso de la ley para dar respuesta a sospechas criminales, pero que no ha demostrado ser el caso. “En su lugar, comenzó con la administración Bush, pero, irónicamente, y aún más peligrosamente, la administración de Obama ha llevado esto más allá. De hecho, perpetran más asesinatos lejos de los campos de batalla que lo ocurrido en la administración Bush.”
Comentó que la gente tiende a cooperar más con las autoridades cuando saben que un individuo va a tener un juicio justo en lugar de un juicio sumario.
Sin embargo, Panetta, quien ahora es secretario de defensa, no mostró arrepentimiento. “Este individuo evidentemente era un terrorista y sí, era ciudadano, pero si eres un terrorista, eres un terrorista. Esto significa que tenemos la capacidad de perseguir a aquellos que amenazan con atacar a los Estados Unidos y matar a los estadounidenses. No hay cuestionamientos de que la autoridad y la capacidad de perseguir a un terrorista está ahí.”
Al-Awlaki nació en Las Cruces, Nuevo México, y vivió en los Estados Unidos hasta los 7 años, cuando su familia regresó a Yemen. Regresó a Estados Unidos en 1991 para estudiar la universidad y se quedó ahí hasta 2002. Fue durante ese tiempo que como un imán en California y Virginia, al-Awlaki predicó e interactuó con tres de los hombres que pasarían a convertirse en secuestradores en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, según el Informe de de la Comisión del 11-S. Posteriormente condenó públicamente los ataques.