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"Medicina de cacahuate", esperanza contra desnutrición de niños haitianos

Una organización reparte alimento terapéutico para ayudar a los niños haitianos que padecen hambre y desnutrición
mié 12 octubre 2011 04:39 PM
Un niño padece hambre en Somalia
AFP. Somalia-hambruna Un niño padece hambre en Somalia

Con sus costillas visibles y su piel prácticamente colgándole, Pierre Wisny está dolorosamente delgado. El haitiano de 11 meses pesa solo 5 kilos y no es de soprenderse el que esté severamente desnutrido .

Lo mismo pasa con Alcincord Guervisco, de tres años, aunque está claro –aún sin mecanismos de medición– que su crecimiento ha sido afectado por la misma
condición. Pesa solo siete kilos.

En la mayoría de estos casos, los niños llegaron a este punto debido a la pobreza y a la falta de acceso a comida de calidad. Si no reciben un tratamiento de emergencia, podrían morir o sufrir mayores consecuencias por la desnutrición, incluyendo bajo desarrollo cerebral.

Para el personal de una clínica al norte de Haití, la ayuda consiste en paquetes de color verde brillante: Medika Mamba, que significa “medicina de mantequilla de cacahuate” en criollo. Se trata de pasta comestible preparada con ingredientes nutritivos que –en sólo unas semanas– da una 'sacudida' al sistema y recupera a los niños.

Este alimento es elaborado por una organización sin fines de lucro estadounidense llamada Meds and Food for Kids (Medicamentos y Alimentos para Niños), y es una de las marcas de alimentos terapéuticos preparados.

“No puedes rehabilitar a un niño con desnutrición severa con un plato de frijoles y arroz. Simplemente no hay manera”, dijo Thomas Stehl, director de operaciones de esta organización. “Sus estómagos son demasiado pequeños y sus necesidades nutricionales son demasiado grandes para ser satisfechos de esa forma. Por ello, la calidad y densidad de la comida es muy importante. Y es por eso que los alimentos terapéuticos preparados, como Medika Mamba, son una gran solución”.

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En otra clínica, donde los niños han recibido alimentos terapéuticos por varias semanas, la diferencia es impactante.

Cuando Guerline d'Haiti llegó a la clínica, pesaba cuatro kilos y medio. Tres semanas después había ganado un kilo y se volvió mucho más activa.

Elcie Thoby, la enfermera de mayor rango del Hospital Limbe, dijo que la comida terapéutica es una salvadora de vidas.

“Si tienes a niños que no pueden comer, no sobrevivirán. Pero con el medicamento Mamba, especial para niños, si ese niño empieza a tomarla de manera regular, se recuperará y empezará a comer nuevamente”.

Haití ha sido durante mucho tiempo uno de los países más pobres del mundo, con mucha gente viviendo con menos de dos dólares al día. Pero la pobreza empeoró en enero de 2010, cuando un gran terremoto azotó la zona, matando a 316,000 personas y desplazando a más de 2 millones. En julio de 2011, casi 600,000 haitianos seguían desplazados, según la Organización Internacional de Migración.

“Cuando ocurrió el terremoto fue más difícil para los niños”, dijo Patrice Millet, uno del top ten de Héroes de CNN 2011. “Ahora, la mayoría vive en carpas y tienen que pelear por todo”.

A través de su programa sin fines de lucro, Millet ha ayudado a cientos de niños de los barrios más pobres de Haití, enseñándoles a jugar futbol, así como valiosas habilidades para la vida. Aproximadamente una vez por semana, también les da comida para llevarla a casa con sus familias.

Aún con Medika Mamba y otros alimentos de emergencia que existen, Millet y muchos más saben que la mejor acción es prevenir la desnutrición.

En el Centro Fort St. Michel Health, en Cabo Haitiano, Haití, 350 niños en riesgo se apuntaron en un estudio de un alimento suplementario conocido como Nutributter.

Nutributter contiene menos calorías que Medika Mamba y está diseñado para ingerirse con comida normal, principalmente “llenando los huecos” de los nutrientes que le faltan a la dieta de los niños. Sin embargo, hay críticos de este tipo de intervención.

Marcos Arana Cedeño, consultor que estudió la desnutrición en Chiapas, México, afirma que alimentos fortificados pueden hacer más daño que bien. “Están promoviendo la dependencia”, señaló.

Arana Cedeño está preocupado de que los países simplemente distribuyan alimentos terapéuticos en lugar de educar al público sobre la desnutrición, algo que “requiere más energía y esfuerzo”.

Sin embargo, Meds and Food for Kids destaca que su programa toma en cuenta los intereses de largo plazo de la comunidad. En lugar de simplemente importar Medika Mamba, la organización elabora el producto en Haití y trabaja con granjeros locales, comprándoles sus cacahuates y enseñándoles cómo mejorar su producción.

“La evolución de su pensamiento en términos de negocio, expansión de su producción de cacahuates y cómo se traduce en otras cosas es verdaderamente impactante”, dijo Jamie Rhoads, el especialista en desarrollo agrícola de la organización. “Está organizándose con la perspectiva de poder vendernos cacahuates”.

También han aprendido mejores técnicas.

“Podemos decir que sí hemos mejorado”, dijo Plovert Petit-Frere, presidente de una cooperativa de granjeros de Haití. “Especialmente evaluando la cosecha, ya que hemos podido conservar más de ella y que durará más tiempo”.

Meds and Food for Kids afirma que planea comprar muchos más cacahuates en los próximos años para producir una nueva versión de su producto: Plumpy'nut Medika Mamba. Este producto es resultado de un acuerdo con Nutriset, el productor líder de comida terapéutica preparada a nivel mundial.

La nueva pasta utilizará la receta de Nutriset, la cual cumple con los requerimientos de las agencias más importantes como el Programa de Salud Mundial y el UNICEF. Cada ración deberá presentarse en un paquete individual de 500 calorías y contar con una vida útil de dos años.

Meds and Food for Kids también planea abrir una nueva fábrica en Haití que, según afirma, creará por lo menos 50 empleos. Y una vez que las agencias de asistencia aprueben las cosechas locales para emplearse como el ingrediente principal del alimento, el grupo prevé que ocupará a cerca de 1,000 granjeros como proveedores de cacahuate.

“Por supuesto, se trata de los niños”, dijo Stehl. “Pero es más que eso. Ha sido la oportunidad de catalizar el desarrollo económico y agrícola de un país que lo necesita”.

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