Estudiantes chilenos intensifican sus protestas con barricadas en la calle
Jóvenes encapuchados levantaron barricadas y arrojaron bombas molotov a policías que intentaron dispersarlos con chorros de agua y gases lacrimógenos en la capital de Chile al iniciar la segunda jornada de movilizaciones este martes para exigir al gobierno educación pública, gratuita y de calidad.
Alrededor de las 06:30 (local), los jóvenes cortaron el tránsito de la calzada de la Alameda, una de las principales arterias de la ciudad, y levantaron barricadas frente a la Universidad de Santiago (Usach). La policía lanzó chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersarlos a lo que respondieron con bombas molotov.
Incidentes similares ocurrieron en varios puntos de la ciudad, principalmente cerca de universidades y colegios, lo que dificultó la circulación de vehículos.
La Confederación de Estudiantes de Chile (Cnofech) ha convocado a dos manifestaciones en Santiago alrededor de las 10:00 horas (local) de este miércoles que tendrán réplicas en otras ciudades del país. Se prevé que las concentraciones sean multitudinarias.
Al menos 263 personas han sido detenidas desde el martes, cuando comenzaron las jornadas de protestas, informó el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla. El martes, los enfrentamientos entre estudiantes y policías derivaron en el incendio de un autobús del transporte público.
“El Gobierno condena drásticamente estas acciones, cree que estos llamados a paralizar el país que no se expresan de otra manera que no sea la destrucción y el daño”, dijo Ubilla.
El pasado 6 de octubre, estudiantes y gobierno rompieron el diálogo que habían iniciado para destrabar el conflicto que inició en mayo pasado, y que ha provocado más de 40 paros y manifestaciones públicas.
En Chile, la educación superior es privada, por lo que los estudiantes sostienen que el gobierno no garantiza el derecho universal a tener acceso a ella. El gobierno asegura que no puede ofrecer un sistema educativo totalmente gratuito .
El sistema de educación actual fue impuesto durante la dictadura militar de Augusto Pinochet y obliga a los estudiantes a endeudarse para poder cursar la educación superior.