El comercio sexual infantil marca la reputación de una aldea de Camboya
La aldea de Svay Park, al norte de Camboya, tiene una reputación desagradable. Esta localidad a las afueras de Phnom Penh, la capital camboyana, es famosa por su comercio de jóvenes y niñas a extranjeros en busca de sexo.
Una de las niñas que fue víctima del comercio sexual dijo a CNN que antes de que pudiera leer, ya trabajaba en un burdel.
“Tenía cinco o seis años”, dijo. “El primer hombre me dijo 'quiero tener sexo contigo'. En ese tiempo no supe qué hacer. Nadie podía ayudarme”.
Docenas de niñas han tenido experiencias similares en su vecindario.
Ella recuerda que un hombre se le acercó cuando jugaba afuera de su casa. Le pidió que se acercara y hablara con él, pero cuando se dio cuenta se encontraba sola y el hombre le pedía tener sexo. Algunas de las niñas fueron llevadas al comercio sexual por sus propios padres.
Muchas terminaron en celdas con niñas de su edad. Un cuarto color rosado que no tenía ventanas, apenas de dos por dos metros, es donde eran obligadas a tener sexo.
En el edificio había varios cuartos similares, con una puerta de seguridad a la entrada y barrotes en las ventanas de los baños. El burdel en el que se encontraba se especializaba en niñas que no habían llegado a la pubertad.
Las pequeñas eran buscadas por extranjeros que llegaban a la aldea con un propósito: comprar niñas.
“Al inicio me hablaban de manera amable, peor cuando me violaban también me golpeaban”, dijo la exesclava sexual, mientras baja la cabeza y comienzan a brotar lágrimas por sus ojos.
Ahora ella tiene 18 años y ha salido de esa vida tan terrible y dolorosa. Hace tres años encontró una salida luego de que Don Brewster y su esposa llegaran a la aldea y abrieron un centro de rehabilitación para niñas víctimas de prostitución.
“Creo que en verdad es algo perverso… No puedo comprenderlo. Estas niñas se encuentran en un terrible estado de sufrimiento y es obvio para los hombres que pagan por ellas que las están violando”, dijo Brewster.
Pero las cosas en Svay Park han cambiado en los últimos años, asegura Brewster. Antes era común ver a niñas que se asomaban por la ventas con barrotes ofreciendo sexo a los transeúntes. Los proxenetas ya no se acercan a todos los extranjeros para ofrecerles niñas vírgenes.
Las cosas están cambiando pero aún existe esta situación en la aldea. El comercio sexual es ahora algo ‘subterráneo’, pero no ha desaparecido.
“A primera vista, podríamos decir que ya no hay comercio sexual, pero apenas ayer rescatamos a una niña de cinco años”, explicó Brewster, quien trabaja junto con la organización Agape International Missions.
Este lugar otorga un espacio seguro para que las niñas puedan seguir siendo eso: niñas.