Habitantes de una isla caribeña temen posible nacionalización de Chávez
Lujosos yates encallan en las aguas prístinas y turquesas de la bahía, mientras que pequeños botes trasladan a través de las olas a adineradas familias con sillas y mesas plegables a las blancas arenas del cayo Francisquí.
Los Roques, el idílico archipiélago en el Caribe venezolano que alguna vez fue guarida de piratas, ahora atrae a miles de adinerados turistas con sus bahías rodeadas de palmeras, arrecifes de coral y aguas ideales para el buceo, pesca deportiva y navegación.
Pero, el archipiélago, considerado el parque marino más grande de América Latina, podría perder su exclusividad, luego de que recientemente el presidente Hugo Chávez dijera que llevará su revolución socialista a las islas .
El militar retirado de 57 años dijo que los ricos han monopolizado Los Roques y él quiere devolvérselo a los venezolanos de a pie, así como algunos de los yates.
"Vamos a construir unas posadas para la gente. Allá hay unas casas que fueron construidas ilegalmente (...) las vamos a expropiar, yo siempre he dicho, eso hay que nacionalizarlo, Los Roques", aseguró Chávez a principios de mes en un contacto telefónico con la televisora estatal.
Chávez, que buscará un nuevo mandato de seis años en las elecciones presidenciales de octubre del 2012 , ha nacionalizado vastos sectores del país desde que asumió el poder en 1999.
Y el nuevo anuncio debe haber deleitado a sus seguidores más leales -la mayoría pobre del país- que ahora tendrán un acceso mucho más fácil al retirado y bello archipiélago.
Una noche en Los Roques, incluido el vuelo de unos 30 minutos desde Caracas, cuesta unos 450 dólares (unos 6,045 pesos mexicanos), fuera del alcance de la mayoría de venezolanos que enfrentan una de las mayores tasas de inflación del mundo.
Incluso, si pudieran llegar, las pequeñas posadas son también costosas.
Los Roques no es un refugio para las celebridades mundiales y sus paparazzi, es más un destino de paz en pleno Caribe con un entorno rústico, pero acogedor.
El Gobierno aún no decidió cómo logrará el acceso de las familias de escasos recursos hacia Los Roques, pero Chávez dijo que podría apoderarse de los yates de "grupos de banqueros que se fueron", que podrían ser utilizados para llevar a los nuevos turistas.
A diferencia de Los Roques, mucha de la costa venezolana sufre del turismo masivo. Latas de cerveza reposan en la arena de muchas playas cercanas a Caracas y letras estridentes de reggaetón retumban los parlantes de las camionetas estacionadas en la arena.
Gran Roque es la isla principal y de mayor extensión del archipiélago. Allí hay sólo dos vehículos. Los porteros de las posadas -la gran mayoría de dueños italianos- son quienes reciben a los turistas llevando el equipaje a través de tranquilas calles de arena.
"Creo que los dueños están asustados", dijo el gerente de una de las posadas en el Gran Roque, que prefirió el anonimato.
Otros también expresaron sus preocupaciones, pero prefirieron no comentar por posibles represalias en su contra.
¿Objetivo empresarios?
Los Roques estuvo deshabitado hasta el siglo XV cuando se convirtió en uno de los muchos escondites de los piratas que saquearon el Caribe. A principios del siglo XX, pescadores venezolanos migraron desde la isla turística más desarrollada, Margarita.
Pero no todos aquí se oponen a las políticas de Chávez.
Una de ellas es Magalis Rodríguez, una venezolana de 59 años que ha vivido desde los 19 en Los Roques, desde que emigró de Margarita.
"Tengo mucha confianza en el presidente Chávez. Es el único presidente que ha puesto la lupa en Los Roques", dijo.
Muchos en el archipiélago creen que el verdadero objetivo de Chávez son los ricos empresarios venezolanos, algunos cuyas casas están en el pequeño cayo Madrisquí, a unos pocos minutos en bote desde el Gran Roque.
Los rumores se han extendido al punto que los propietarios están traspasando la propiedad de sus lujosas casas por el miedo a la expropiación por parte de las autoridades.
Armando Loynaz, que se ocupa de algunas de las casas de vacaciones en Madrisquí, dijo que ello no era cierto. Sin embargo, le preocupa que los rumores puedan afectar la afluencia de turistas.
"Los problemas ambientales que van a surgir son enormes", dijo.
Esos temores hicieron eco en algunos buzos. "¿Qué va a pasar con los corales?", se preguntó uno. "Es un hermoso lugar, pero tenemos que ser cuidadosos", agregó.
Javier Álvarez, dueño de una fábrica en Caracas, habló mientras se asomaba cerca de su yate Hatterras de 22.5 metros en las cálidas aguas de Francisquí. Barcos como el de él es que Chávez quiere expropiar para transportar turistas a las islas.
"Que expropien un barco me parece una cosa absurda", dijo con el agua hasta la cintura. "No veo por qué tienen que quitarte algo por lo cual tú te has esforzado y has comprado", añadió.
Diego Arria, un exministro de Turismo que fue decisivo en la decisión de convertir a Los Roques en una reserva natural en 1972, es un feroz crítico de Chávez. Su propia finca fue expropiada por el Gobierno el año pasado.
"La medida es sólo para tratar de dañar a la gente con dinero", dijo el exembajador de Venezuela ante la ONU. "En realidad va en contra de las personas que trabajan para la gente rica", sostuvo.