Alfonso Cano, de líder estudiantil a prófugo rebelde colombiano
Alfonso Cano, el máximo líder de la guerrilla colombiana de las FARC abatido este viernes , pasó de ser un líder estudiantil comunista al rebelde más buscado por las fuerzas militares, que lo acusaban de sembrar muerte y destrucción y no cedieron en su búsqueda hasta acabar con su vida el viernes en un ataque.
Su verdadero nombre era Guillermo León Sáenz Vargas. Nació el 22 de julio de 1948 en Bogotá y era considerado como el intelectual más destacado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), por lo que se desempeñó como el principal ideólogo político del grupo rebelde.
A sus 63 años y después de una militancia de más de tres décadas en las filas rebeldes, en las que escaló rápidamente por su formación académica y su cercanía a veteranos comandantes, el gobierno ofrecía una recompensa de hasta 3.7 millones de dólares por información que delatara su paradero.
Cano, quien usaba una espesa barba y lentes gruesos, nació en una familia de clase media, en un hogar conformado por una profesora y un agrónomo. Fue el quinto de siete hermanos y durante sus estudios de secundaria se destacó por su pasión por la historia y la política.
El ahora extinto líder guerrillero ingresó a la Universidad Nacional de Colombia en 1968 en momentos en que estaba en pleno auge la revolución cubana, ganaba espacio la izquierda en América Latina y en el país comenzaban su lucha armada las FARC y el Ejército de Liberación Nacional.
Durante sus estudios de antropología profundizó sus conocimientos en historia y política, mientras se destacaba como dirigente de las Juventudes Comunistas, el brazo juvenil del Partido Comunista Colombiano.
De acuerdo con fuentes de seguridad, combinó sus actividades académicas con las clandestinas entre 1974 y 1980. En la década de 1970 fue detenido varias veces por la Policía en Bogotá por sus actividades de protesta y permaneció seis meses en una cárcel.
Rumbo a la lucha armada
Cano se convirtió en un simpatizante de las FARC y, mientras ganaba prestigio como líder estudiantil, era invitado a dictar conferencias sobre marxismo a algunos frentes guerrilleros.
Fue detenido en 1981 durante un allanamiento a la casa donde vivía con su esposa y su hijo y después de estar en prisión 18 meses recibió una amnistía en el gobierno del presidente Belisario Betancourt.
Después de que recuperó la libertad recibió una oferta de las Juventudes Comunistas para exiliarse en Moscú, pero prefirió incorporarse a la guerrilla de las FARC y tomar el camino de las armas.
Cano ascendió rápidamente hasta que fue nombrado miembro del Secretariado, el máximo órgano de dirección política y militar del grupo guerrillero.
Su rápido ascenso se debió a la confianza y cercanía con Jacobo Arenas, ideólogo histórico de las FARC, así como al respeto hacia Manuel Marulanda y los viejos dirigentes agrarios que fundaron el grupo rebelde, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
El líder guerrillero estuvo al frente de la delegación negociadora de las FARC durante los diálogos de paz en Caracas en 1991 y Tlaxcala, México, en 1992. Años después, en la negociación de paz durante el Gobierno del presidente Andrés Pastrana, entre 1999 y el 2002, mantuvo un bajo perfil.
Pese a su orientación política e ideológica, las autoridades lo acusaron de decenas de crímenes que incluyen asesinatos, masacres, secuestros y extorsiones.
Como miembro del secretariado dirigió el Bloque Occidental, una estructura que agrupa varios frentes que tienen presencia en el suroeste colombiano y que realizan ataques en los departamentos del Cauca, Valle, Nariño, Putumayo, Huila y Tolima.
El Departamento de Estado de Estados Unidos lo acusó de ser responsable de la fabricación y exportación de cocaína hacia ese país y ofrecía por él una recompensa de hasta cinco millones de dólares.