El gobierno de EU admite que pierde la batalla contra el tráfico de armas
El fiscal general Eric Holder testificará este martes que las controversiales tácticas que permitieron el ingreso ilegal de armas México “nunca debieron haber ocurrido y nunca deben volver a ocurrir”.
En extractos de su testimonio planeado para la audiencia ante el comité judicial del Senado, Holder hace duras declaraciones contra las prácticas de la Oficina de Tabaco, Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) que han manchado su gestión en el Departamento de Justicia y ha llevado a algunos republicanos a pedir su renuncia.
“Quiero ser claro: Cualquier instancia del llamado ‘tránsito de armas’ es inaceptable”, dirá Holder este martes. “ Esta operación fue deficiente en su concepto y en su ejecución ”, asegura el testimonio.
El fiscal general reconoció lo que las críticas han dicho sobre las consecuencias a largo plazo de “dejar pasar las armas”. “Estamos perdiendo la batalla para detener el flujo ilegal de armas a México”, dijo.
“Desafortunadamente sentiremos sus efectos durante los años que vienen mientras las armas perdidas durante esta operación continúen apareciendo en escenas del crimen tanto aquí como en México ”, según Holder.
El abogado general de Estados Unidos defiende sus acciones recordando al panel que pidió al inspector general examinar la operación Rápido y furioso. El reporte podría ser concluido antes de terminar este año.
Holder no asigna culpas por la fallida operación, a pesara de que el fiscal asistente Lanny Breuer expresó la semana pasada “lástima” por su fracaso en alertar a Holder sobre la operación.
Holder escribió que también quiere saber por qué y cómo es que armas de fuego que debieron permanecer bajo vigilancia pudieron terminar en manos de los cárteles mexicanos del narcotráfico.
El procurador general asegura que lo que necesita del Congreso es el fortalecimiento de la autoridad de la ATF para detectar y desarticular el tráfico ilegal de armas. Holder urgió a un financiamiento completo del combate de la ATF al contrabando de armas.
El funcionario federal emprende lo que parece ser un golpe a las críticas republicanas.
“Estoy decidido a garantizar que nuestras preocupaciones comunes sobre la operación Rápido y furioso lleven a más que titulares atractivos, juegos de disparos y cínicas anotaciones políticas en Washington”, concluye Holder.
Se espera que el comentario no sea del agrado del senador Charles Grassley, republicano por Iowa, quien se prevé que encabezará los interrogatorios a Holder sobre quién y cuándo fue informado sobre la fallida operación. El senador John Cornyn, republicano por Texas, también está preparado para inquirir al fiscal por su supuesta mala gestión de la operación.
Holder tiene el firme apoyo de su compañero demócrata Patrick Leahy, quien preside el comité y tendrá el control de la audiencia.
El fiscal general enfrentará muy probablemente un ambiente mucho más hostil el próximo mes, cuando testifique ante un panel de la Casa de Representantes, de mayoría republicana, donde el congresista Darrell Issa, republicano por California, encabezará la sesión y controlará la sesión de preguntas.
La comparecencia de Holder ante el Senado es el último movimiento en el caso Rápido y Furioso, una operación lanzada en 2009 que permitió el paso ilegal de armas de EU a México para rastrear su flujo y desarticular a la red de contrabando.
Más de 2,000 armas de la operación llegaron a miembros del crimen organizado, algunas manos del poderoso cártel de Sinaloa. Más de 1,400 armas siguen sin aparecer, de acuerdo con autoridades estadounidenses.
El caso ha significado un revés para el gobierno de Barack Obama justo en momentos en que promueve su candidatura para reelegirse como presidente en 2012.