Las elecciones en España, entre el desempleo y la crisis del euro
España no celebra campañas electorales este sábado, una jornada tradicionalmente conocida como "el día de la reflexión", antes de que los electores acudan a las urnas el domingo.
Le ley prohíbe cualquier mitin o declaración política en la víspera de la elección, aunque por todo el país se observan pósters y fotos de los candidatos; los políticos que participarán en la contienda son fotografiados mientras pasan el tiempo con sus familias y colaboradores.
El líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, del Partido Popular, se mantuvo por delante en las encuestas de opinión durante la campaña y se espera ser elegido como el próximo primer ministro.
En una venta de bonos gubernamentales a 10 años el jueves pasado, España se vio obligada a ofrecer a los inversionistas casi un 7% de interés, un nivel que finalmente condujo a los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda, y se percibe como un punto de inflexión para un potencial rescate financiero .
En los últimos días de la campaña, Rajoy ha hablado en repetidas ocasiones acerca de la profunda crisis económica de la nación, que incluye las cifras aleccionadoras de desempleo de 21.5% en general, y una tasa de 45% de desempleo de los jóvenes. En total, casi cinco millones de españoles en edad de trabajar no tiene empleo, hay un fuerte déficit público y un tibio crecimiento económico. Algunos trabajadores inmigrantes también están abandonando el país.
Rajoy, de 56 años, insiste en que su propuestas conservadoras pueden impulsar a España. "Y ese es el camino que vamos a seguir en los próximos cuatro años. Austeridad, respeto por el dinero de los contribuyentes, no gastar más de lo que tenemos, no vivir por encima de nuestras posibilidades, y animar a los empresarios", dijo Rajoy en un acto de campaña esta semana.
El candidato ha dicho que él no recortaría las pensiones, las cuales fueron congeladas por el gobierno socialista bajo severas críticas, pero también ha reconocido que todas las demás cuestiones están sobre la mesa con relación a posibles recortes para reducir el déficit.
Rajoy también se compromete a considerar recortes de impuestos para las empresas como una medida para alentarlos a contratar más trabajadores.
Ministro entre 1996 y 2004 en la gestión del primer ministro conservador José María Aznar, Rajoy perdió dos veces ante el líder del Partido Socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, en las elecciones de 2004 y 2008.
Pero su partido conservador arrasó en las elecciones regionales y locales en mayo pasado, presagiando lo que las encuestas dicen que será una de los principales triunfos ministeriales en esta tercera vuelta.
Zapatero ha llamado a elecciones anticipadas y anunció que no buscará un tercer mandato.
El oponente de Rajoy es el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. El hombre de 60 años de edad trabajó para el primer ministro socialista Felipe González y más recientemente con Zapatero, alcanzando las posiciones de viceprimer ministro y ministro del Interior.
Rubalcaba ha hecho un llamado al Banco Central Europeo para defender el euro, que España y otros 16 países, incluidos Alemania, Francia e Italia, usan como moneda común. Ha dicho que la crisis económica en España es más grande que la propia España.
"Quiero insistir, una vez más, que la solución es que el Banco Central Europeo tome medidas y actúe con claridad y decisión. En tanto no lo haga, vamos a tener esta situación de incertidumbre".
El Parlamento de España cuenta con 350 asientos y las encuestas predicen que Rajoy ganará mayoría, lo que le daría manos libres para establecer su política económica. Si gana las elecciones pero no alcanza la mayoría, tendría que llegar a acuerdos con otros partidos.
Eso podría significar unir fuerzas con los socialistas, o numerosos partidos menores, incluyendo los partidos nacionalistas de la región del norte de País Vasco y la región noreste de Cataluña, que por lo general también ganan escaños en la cámara.
Las protestas económicas en España durante los últimos seis meses han sido alimentadas por los jóvenes, los llamados "indignados", pero no está claro cuánto impacto tendrán los manifestantes en los resultados del domingo.
Esteban Guerrero, quien estudia el último año de periodismo en la universidad y ha participado activamente en las protestas, dijo: "Creo que es necesario votar, pero eso no es suficiente. La gente siente que las elecciones no van a cambiar la situación. No habrá un alto a los recortes”.
Guerrero, de 25 años, percibe un panorama sombrío para conseguir un trabajo después de la universidad. "Creo que hay una rabia acumulada. Los trabajadores y los jóvenes de este país están hartos", dijo Guerrero. "Han sido años de frustración, más recortes y salarios más bajos".