El nuevo gobierno de Bélgica toma protesta tras 589 días de incertidumbre
El único país que ha permanecido más tiempo sin gobernante que Iraq después de Sadam Hussein dio por terminada este martes esa condición.
Una pista: está en Europa. Otra pista: es uno de los pocos países multiétnicos que está avanzando dentro de la Unión Europea. ¿Ya? Bien, entonces la última: Es el hogar de Tintín, del chocolate y sede de la Unión Europea.
Sí, es Bélgica, país que estuvo 589 días sin un gobierno electo.
El nuevo primer ministro Elio Di Rupo y sus ministros se reunieron con el Rey y tomaron protesta este martes, informó el Parlamento belga. Di Rupo debe tomar protesta como jefe del gobierno el miércoles.
Con ello concluye año y medio sin gobierno, luego de que fuera aceptada la renuncia del primer ministro Yves Leterme el 26 de abril de 2010 .
Un gobierno temporal ha estado a cargo desde entonces, mientras los políticos que representan al norte de habla flamenca, y los del sur que representan a los francófonos han estado enfrascados en una disputa.
Di Rupo, el Partido Socialista Belga, lidera una coalición formada por seis partido, informó el Parlamento Belga.
Chocolatier Alice Le Fevre dijo a CNN en septiembre que la falta de gobierno tenía pocos efectos en la vida diaria.
"Para nosotros no hay diferencia", comentó. "Todavía tenemos una vida después del trabajo. Podemos ir de vacaciones. Tenemos transporte público".
Incluso en las calles se llevaron a cabo fiestas para celebrar el récord del país que pasado más tiempo sin gobierno. Algunos dicen que el estancamiento ha traído beneficios.
"Un gobierno sin poder no puede imponer nuevos impuestos", dijo Herman Matthijs, un profesor de política de la Universidad Libre de Bruselas. "Por otra parte, un gobierno sin todos sus poderes no puede tomar medidas sobre los desembolsos. La crisis política ahorró dinero a las finanzas públicas".
Los gobiernos estatales siguieron trabajando con normalidad durante la crisis, al igual que la Unión Europea.
Pero en el largo plazo, de acuerdo con Matthijs, Bélgica necesita un gobierno central para ordenar recortes de presupuesto e introducir reformas públicas.